Mucho les costó arrancar a Tony Fernández y José Marmolejo en la final de 2ª masculina del VI Torneo de Pádel Hipema, disputado del 21 al 23 de septiembre en el club Los Boliches.
Lo suficiente para que ambos se vieran sorprendidos por la agresividad de sus oponentes al resto y cedieran un break en el primer juego (0-1), un duro mazazo psicológico que escenificó la distancia de ritmo con Diego Hernández y Daniel Salcedo. Los dos jugadores, fichados recientemente por Palas y Raquetas, empezaron muy metidos, apretando el saque rival, buscando la red al tercer golpe, haciendo mucho daño por arriba.
Marmolejo comenzó con muchos fallos, inseguro; ni rastro de ese juego sólido y fiable que le define. Tony Fernández tampoco tuvo un inicio afortunado; nada determinante desde la red, sin pegada, y con problemas con el globo; un pecado capital si enfrente tienes a dos pegadores como Dani y Diego, que tuvieron una nueva ocasión de romper el saque rival en el tercer juego. Un mal resto, sin embargo, de Daniel Salcedo desbarató la oportunidad y concedió un respiro a José y Tony, que lograron inaugurar su marcador (1-2) y serenar su juego.
Enormes dificultades tuvieron Marmolejo y Fernández en esta primera manga para desalojar a sus adversarios de la red. Por abajo, sus golpes apenas descubrían huecos en la muralla rival; mientras que por alto, los globos, poco profundos, eran aprovechados una y otra vez por sus oponentes para cerrar el punto.
El segundo golpe del primer acto llegó en el séptimo juego. Con saque de Marmolejo, Diego y Dani se lanzaron hacia la red para gobernar desde allí el encuentro. El jugador de Gurú Pádel, magnífico en defensa y determinante en ataque, acabó decantando el break. Un remate de Tony que no voló lo suficiente, lo devolvió Diego con una bola lenta y profunda que murió junto al cristal para certificar el juego (2-5). ¡Vamos!, lo celebró el zurdo con un grito al cielo y los puños cerrados.
Fue su compañero el que tuvo la oportunidad de cerrar el primer parcial con su saque. Gozaron incluso de dos bolas de set. La primera pelota la desperdició el propio Dani, después de que Tony se plantara en la red para dictar el ritmo del punto. La segunda, en cambio, la falló Diego con un remate que pretendía ser definitorio. ¡Se puede, se puede!, se dijeron ambos tras cerrar el juego y anotarse el break con dos magníficos puntos desde la red (3-5).
Si bien, esa rotura no tuvo peso en el desenlace del primer tramo que se anotaron finalmente Diego y Daniel (3-6); sí que simbolizó un punto de inflexión en el encuentro y anticipó un cambio de tendencia en el juego de ambas parejas. Ese ¡Se puede! fue todo un aviso a navegantes, una clara advertencia de que Tony y José nunca entregan un partido. En momentos en los que su pádel no les permite ponerse al mando del encuentro; Marmolejo y Fernández recurren a su gran virtud, una encomiable tenacidad para resistirse a la derrota; una formidable capacidad para agarrarse a la pista, incluso en escenarios que invitan a bajar los brazos; una férrea voluntad que obliga a sus adversarios a dar siempre algo más para ganar cada punto.
Cambio de tendencia
Con sensaciones muy diferentes, comenzó el segundo set. A punto estuvieron, sin embargo, Diego y Dani de repetir el guión y conseguir un break inicial al saque de Tony. No lo hicieron. La escena era ya muy distinta. Marmolejo y Fernández, mucho más incisivos desde la red, desbarataron la primera ocasión. La segunda, en cambio, la envió directamente al cristal Salcedo. Finalmente, el juego cayó del lado del servicio (1-0), al igual que los restantes.
El pádel de Diego y Dani había perdido ya, a esas alturas, la intensidad inicial. Al resto no presionaban a sus oponentes; mientras que desde la red, no eran tan decisivos. Salcedo era ya presa de una irregularidad alarmante que le hacía alternar grandes puntos con errores incomprensibles.
Mientras, o tal vez fuera la causa de ello, el juego de Tony y José había ido creciendo a ritmo diésel, lento pero imparable. Marmolejo se había despojado de la inseguridad inicial. A su capacidad de sacrificio en el fondo, había unido su juego seguro e inteligente desde la red. Tony, por su parte, había ajustado sus globos, tenía peso en el encuentro y confianza para resolver desde la cinta.
Así llegó el sexto juego, un momento importante, decisivo, en el que los errores de Daniel Salcedo ya no sólo costaron puntos sino también juegos. La línea descendente de su pádel cayó ahí en picado. De los cinco puntos que se disputaron con su propio servicio, tres fueron fallos suyos no forzados. El cuarto, el que decidió el juego, lo decantó con un remate precipitado que Tonyganó desde la red.
Ese break (4-2) confirmó el cambio de tendencia en el partido y situó a Salcedo fuera del mismo.
Tuvieron Diego y Dani, en el siguiente, la ocasión de devolver la rotura, tras un error de Tony con un remate forzado. Sin embargo, una tremenda bajada de pared de Marmolejo agujereó la pala de Salcedo para evitarlo. Correosos, con mucho oficio, y la confianza del que ha recuperado su pádel, Tony y José no dejaron escapar un set que entregó Dani con otra pelota estrellada en el cristal de fondo.
Intensidad en el último acto
Con paciencia y voluntad, Salcedo fue recuperándose en el último acto del partido. Con Tony y José, ahora ya sí, a toda velocidad; Diego y su compañero recuperaron sensaciones para acercarse algo al juego desplegado en el primer set. Subió la intensidad, aumentó la presión y disminuyeron las fuerzas. Los errores penalizaban ya no sólo el marcador, sino también el ánimo.
¡Bien pegado, Tony!, rugió Marmolejo en el cuarto juego (2-2) tras un remate de su compañero. ¡Vamos, Dani!, respondió Diego en el quinto (3-2) tras una formidable bajada de pared de Salcedo. La batalla psicológica discurría por las cuatro mentes, mientras el enfrentamiento padelístico se debatía entre las cuatro palas.
Diego y Daniel tuvieron la oportunidad de dictar el desenlace del encuentro. Con 0-30 en el marcador en el servicio de Tony, Salcedofalló desde la red y no acertó a sacar la bola por cuatro con todo a favor. Hubiera añadido presión a sus rivales en un momento crucial. El juego cayó del lado contrario (3-3).
En cambio, sí aprovecharon su oportunidad José y Tony en el noveno. Otra vez con el saque de Daniel; lograron un break que celebraron casi como la victoria (5-4). ¡Vamoooossss!, gritaron al unísono ambos jugadores conscientes de la importancia de la rotura.
El último tren para engancharse al partido pasó en el décimo juego. Hasta tres pelotas de break dispusieron Dani y Diego. De nuevo, los errores acabaron condenándoles. Dos fallos de Salcedo (un revés y una volea), y una pelota corta del mismo que aprovechó Marmolejo en la red, igualaron el marcador. Una tremenda bajada de pared de José concedió la primera bola de partido. Y tras un punto larguísimo, Diego acabó cruzándose y voleando a la red ese último punto.
Los abrazos de Tony y Marmolejo coronaron el triunfo de la constancia y la tenacidad (3-6, 6-3 y 6-4) en el club de Pádel Los Boliches.