La pelota quedó suspendida en el aire durante milésimas de segundo. Debajo, la pista hervía por el calor de un sol veraniego, mientras que el público, afuera, esperaba impaciente, protegido bajo algunas sombrillas, el desenlace de un punto largo, trabajado, disputado, hermoso. El pequeño esférico amarillo había estado sobrevolando la red a toda velocidad impulsada por cuatro colosales jugadores. Dos de ellos luchaban por igualar el set que habían perdido. Los otros dos, por evitar el empate y el golpe moral que ello supondría. La bola, ahora, flotaba suspendida a dos metros y medio del verde en mitad de la cancha, cuando atronó el grito de Jesús Marquet: ¡Mía! El jugador lanzó su remate liftado, el mismo que había ejecutado de manera brillante en algunas fases del encuentro, el que le había dado ya algunos de los puntos más espectaculares del partido, con el que había conseguido acortar los peloteos y sortear la presión y el ritmo de sus rivales. Pero esta vez, no fue igual. La pelota no tocó el suelo, sino que, propulsada por el borde superior de la Steel Custom de Marquet, salió despedida, directamente, por encima de la pared de fondo.
Por allí se fue la bola, hacia el cielo, y con ella, las opciones de Marquet y Beracierto de provocar un tercer set en la final de 1ª masculina del I Torneo de pádel Transportes Souto que se estaba disputando en la central del Centro Deportivo El Cónsul.
Fue un intenso y bello partido el que ofrecieron. Willy Ruiz y Fran Tobaria se presentaron en la final sin disputar las semifinales por la retirada de Paquito Ruiz y Javi Bravo. Antes, en primera ronda, se habían desecho con rapidez de Adri Reguera y David Narváez. Más espinoso fue el recorrido de Marquet y Sergio Beracierto, quienes primero tuvieron que eliminar a Pierre y David Villaespesa, y después, en semifinales, a la correosa dupla que forman Antonio Portillo y Richi Alcántara.

El encuentro decisivo comenzó con un ritmo trepidante y mucha agresividad por parte de las dos parejas. Willy y Tobaria se lanzaron de inicio a conquistar la red y apretaron mucho el servicio de Jesús Marquet. Tanto que dispusieron de una bola de break que lograron materializar después de que un amago de remate de Marquet despistara a su propio compañero y entregara el primer juego a los rivales (0-1). Sin embargo, el jugador del Cerrado del Águila se rehizo de forma brillante y tuvo una incidencia capital en la rotura que consiguió junto a Beracierto del servicio de Tobaria. La volea de revés de Marquet voló sobre el verde de la pista. Un gran resto también suyo, un remate enorme de Beracierto y otro del propio Marquet que sacó la bola por cuatro de revés tras remate de Willy, hicieron inútiles los esfuerzos de sus rivales y volvieron a situar las tablas en el marcador (1-1).
La intensidad y el vértigo en cada punto fue la nota predominante en los inicios del partido. Willy Ruiz y Fran Tobaria no habían podido aprovechar la primera ocasión de distanciarse en el marcador, pero enseguida tuvieron otra. En concreto, una nueva pelota de break, esta vez, en el servicio de Beracierto, pero que no pudieron materializar. Ahí, surgió un Marquet inmenso que acabó con la amenaza sobre el saque de su compañero. Primero con un gran volea sobre Willy y un remate que la sacó por cuatro de nuevo. Y después, para cerrar, con una grandísima bajada de pared de fondo que filtró la pelota, ajustadísima, en paralelo por el lado de Tobaria (2-1).

Sergio y Jesús habían logrado salir de la emboscada rival cargando mucho el juego sobre Tobaria. Aún así, sufrieron una enormidad para mantener el saque, algo que volvió a repetirse en el séptimo juego, en el que, de nuevo con servicio de Sergio Beracierto, volvieron a tener una pelota de rotura en contra. También ahí inclinaron la pista hacia el lado derecho de Fran y consiguieron hacerse con el juego (4-3).
Sin embargo, Marquet y Beracierto, que sufrían mucho para ganar su saque, no lograban presionar el del rival. Y esa dinámica peligrosa acabó pasándoles factura en el noveno, con servicio de Jesús, que vio como Willy y Tobaria dieron un paso al frente, les arrebataron la red, les robaron la iniciativa, y les plantaron un break, con una espectacular bajada de pared de Willy que Beracierto dejó en la red, en un momento crucial (4-5). Ahí murió el primer set que obtuvo su certificado de defunción con un juego en blanco que firmó Tobaria al servicio (4-6).
La primera batalla cayó del lado de Willy y Fran, que habían ido ganándole terreno golpe a golpe, punto a punto, juego a juego, a sus adversarios hasta asestarles la estocada final en el momento justo. La segunda manga, en cambio, tuvo un guión totalmente diferente.
Más agresividad en la red
Beracierto y Marquet salieron a la pista de otra manera. Bajo un sol cegador y en mitad de un calor sofocante, ambos jugadores afrontaron el segundo parcial con otra mentalidad, y sobre todo, otra estrategia, mucho más agresiva. Se vio desde el principio, con un juego en blanco que Beracierto rubricó al saque, y que remataron él y Marquetdesde la red con determinación y arrojo (1-0).

Pero, sobre todo, se pudo comprobar ese cambio de actitud en el siguiente juego, cuando se lanzaron sobre el servicio de Willy y conquistaron un break muy trabajado (2-0). Marquet y Beracierto habían mordido la presa y no estaban dispuestos a soltarla. Jesús, con algún apuro, mantuvo su saque (3-0), y después, ambos, volvieron a la carga sobre el servicio rival. Ese cuarto juego del segundo set exhibió al mejor Marquet del partido, el que, desde el resto, golpe a golpe, inició su particular cruzada hacia la red, expulsó de ella a sus moradores, y les ganó desde allí los puntos capitales y el juego (4-0).
Se moría el segundo parcial, y más todavía cuando Beracierto mantuvo su saque (5-0) y dejó el partido a un paso del tercer set. Nadie hubiera sido capaz de predecir lo que ocurrió entonces. Willy estaba desconectado del juego, Tobaria sufría mucho para agarrarse a la pista por problemas con sus zapatillas; ambos, además, eran incapaces de frenar la ofensiva rival, de cambiarle el ritmo a sus oponentes. Pero ahí apareció un inesperado compañero de juego que se sumó del lado de Jesús y Sergio: la ansiedad.
Llegó la remontada
Willy Ruiz empezó evitando el rosco al firmar con su saque el primer juego de su lado en el segundo set (5-1). Y después, Marquet, de manera inesperada, vio como su servicio era roto (5-2), después de que él y su compañero se repartieran cuatro errores imperdonables en el mismo juego (dos voleas en la red, una bandeja en la red y otra en el cristal). Tobaria y Willy comprendieron de inmediato la situación y recuperaron el pulso del partido. Firmaron el 5-3 sin apuros con saque de Fran y se prepararon para el momento clave del encuentro: el noveno juego. Y fue ahí cuando Marquet y Beracierto tuvieron la gran oportunidad de resetear el marcador del partido al disponer de dos bolas de set. La primera la salvó de forma magistral Tobaria al pasar a Jesús Marquet. La segunda, en cambio, no la desperdició éste, sino su ansiedad por ganar el punto, el set y quién sabe si el partido.

Marquet se dejó el alma en ese remate fallido, en esa bola que lanzó al cielo junto con sus aspiraciones de ganar el encuentro. Y eso que después, él y Sergio volvieron a gozar de una tercera pelota de set, conseguida por el propio Jesús, pero ese fallo anterior había desvelado ya a sus rivales el camino para ganar. Tobaria salvó la oportunidad de cerrar el set con una pelota cruzada imposible que arrancó los aplausos de los asistentes. Después, el propio Marquet se encargó de entregar el juego con un remate directo al cristal y otro a la red (5-4).
Con Willy al saque, apareció la cuarta bola de set para Beracierto y Jesús, pero tuvo el mismo destino que las tres anteriores. El juego volvió a caer del lado de Fran y Willy que, de esta forma, no sólo empataron el encuentro (5-5) sino que, además, le devolvieron el parcial de 0-5 a sus rivales.
Con esta igualada, ambas parejas se tomaron un respiro y el set se dirigió al tie break. Ahí, en el todo o nada, Jesús Marquet y Sergio Beracierto acusaron su esfuerzo y acabaron siendo presa de sus errores. El grito enrabietado de Willy, ¡vamos!, resonó en la pista y puso el cierre al partido tras haber sacado la pelota por tres y haber firmado así, junto a su compañero, Francis Tobaria, una remontada memorable (6-7).
