En el cartel rezaba como la final de 3ª masculina. En la pista, sin embargo, la realidad era diferente. Ninguno de los cuatro jugadores pertenecía a dicha categoría, una tónica que se repitió durante el I Torneo de Pádel de Todo Torneos Málaga, disputado en el Centro Deportivo El Cónsul del 6 al 8 de julio de 2012.
Sobre la pista, cuatro jugadores de nivel dispuestos a luchar por la victoria… y por los 300€ de premio que tenía la categoría. Así que, desde el principio, Edu Espona y Manu Rocafort apretaron sobre el primer saque rival. Un 0-30 fue el sendero por la que la pareja granadina-marbellí llegó a disponer de hasta dos bolas de ruptura que, sin embargo, no pudo materializar.
Los apuros iniciales para los melillenses vinieron, fundamentalmente, por el lado de Osvaldo Estévanez, al que se le atascó la bandeja al comienzo del encuentro. Hasta cuatro de estos golpes dejó en la red este jugador en el primer juego, junto a un par de bajadas de pared y una volea también falladas, lo que explicó los problemas de ambos para mantener el saque.
Fue precisamente Osvaldo quien cerró el juego con remate tremendo que se trajo la pelota a su campo a una altura inaccesible para sus oponentes (1-0).
La estrategia inicial de Rocafort y Espona quedó clara desde el primer punto y pasaba por empujar hacia atrás a los melillenses con globos altos a Osvaldo. La tremenda pegada de Javier Mizzi y el mal comienzo de su compañero reforzaron todavía más la táctica.
Sin embargo, pronto se le torcieron las cosas a la pareja peninsular. Manu Rocafort mandó en el segundo juego con su saque, y junto a su compañero, llegaron a encarrilarlo con un cómodo 30-0. Pero, incomprensiblemente, no lo cerraron. Javier entró algo más en el partido y Osvaldo empezó a soltar el brazo. El resultado de todo ello fue un sorprendente break, tras una potente bajada de pared de Estévanez que Espona dejó en la red (2-0).
La rotura cogió a Edu y a su compañero con el pie cambiado. Conscientes de la importancia de no regalar ventaja, presionaron en el tercero y se aprovecharon de la irregularidad de Osvaldo, que seguía alternando golpes magistrales con errores tremendos. Precisamente una volea de éste que se quedó en la red certificó el break y permitió a sus rivales recuperar la iniciativa (2-1).
Pero poco les duró. Estévanez y Mizzi recuperaron el pulso respondieron con el tercer break consecutivo del encuentro (3-1), una brecha que consolidaron al ganar el siguiente también (4-1). El acelerón de los melillenses vino propiciado por una mayor firmeza en la red, y sobre todo, por una evidente mejoría del juego de Osvaldo.
Espona y Rocafort se quedaron sin respuestas ante ello. No fueron capaces de contrarrestar el empuje de sus adversarios que, desde la red, marcaron el ritmo.
De esta forma, finiquitaron los de Melilla la primera manga (6-3) y encararon la segunda dispuestos a resolver por la vía rápida.
Dominio melillense
De hecho, se anotaron el primer juego con un nuevo break al servicio de Manu Rocafort (1-0). La irregularidad había cambiado de lado en la pista. Osvaldo era, a esas alturas, otro jugador. Incisivo, preciso, potente. Javier Mizzi era una constante amenaza ante cualquier globo o resto alto. Mientras que Rocafort y Espona, sin plan, habían caído en la precipitación.
Mizzi y Estévanez certificaron la distancia al ganar el segundo, y a partir de ahí, esperaron el momento propicio para asestar el zarpazo definitivo al partido. Pudieron haberlo hecho con una ocasión de break en el quinto juego para el 4-1, pero no fue hasta el séptimo cuando llegó la puntilla.
Espona vio su servicio roto después de un juego horrible por parte de él y su compañero. Tuvieron oportunidad de mantener el ritmo en el marcador si ambos no hubieran desperdiciado claras ocasiones. Espona, con una volea a la red y un remate fácil fallado; y Rocafort con una bajada de pared que no pasó la cinta, entregaron el séptimo juego a sus rivales (5-2).
Osvaldo, con su servicio, y Javier cerraron un partido que de 3ª categoría no tuvo ni el premio, sólo el título en el cuadro.