Hace ya un tiempo quería conocer un club de pádel en Marbella en el que nunca había estado y me habían hablado muy bien de él. El Real Club Padel Marbella, así que hoy, con el permiso de todos, le dedico el artículo.
Está situado en Nueva Andalucía, es enorme, tiene 10 pistas de cristal alineadas con una gran zona de jardines, césped artificial y una recepción, cafetería y zonas comunes muy acogedoras. El baño y los vestuarios, una pasada, muy marbellí, súper cuidado y limpio. La pista 1, bien hecha, puedes ver el partido desde cualquier punto sentado en césped, o en una silla, o comiendo a la sombra de un árbol e incluso desde el castillo hinchable para los niños. Pues aprovechando que hacían un torneo para presentar la marca Padel Revolution, me fui a matar dos pájaros de un tiro. El club y la marca nueva.
Jessica Valverde y Aaron son los encargados del club. Me apunté entre semana, fui con mi amigo A.R y nos atendió el mismo Aaron y nos metimos en Mixto B, (porque no había C). Tengo que decir, que siempre he pensado que un club lo hacen los clientes, pero en este caso, no sería justa si no dijese que este club lo hace el equipo humano que trabaja allí. Son muchos, Jessica, Aaron, Sheila, Gorka, Ángel, Lorena y me dejo un montón porque no me he quedado con el nombre de todos, pero desde luego, que hacen una piña y junto a sus clientes, fieles y totalmente entregados, no hay ni una pista que no esté en movimiento.
El viernes llegamos, y nos encontramos con un montón de chicos jóvenes vestidos de la marca Padel Revolution, todos en colores naranja, verde, azul, magenta, venían del norte, de Gerona, con una imagen increíble, cuidadísima, y con un nivel de juego que no sabría decir cuál era mejor. Completamente sorprendida, los clientes y el personal del club, mezclados con los chicos Revolution, jugando un mix in con un nivel altísimo. Jessica dirigiendo a todos y mezclando gente para tener activas las 10 pistas. Y mi compañero y yo mirando atónitos, cruzando los dedos para no tener que jugar contra ninguno de ellos. Todo era movimiento y color y sobre todo muy buen pádel. Cuando vi todo ese ambiente sabía que me esperaba un buen finde. Y encima el mix in con barbacoa incluida en el precio. ¡Viva el choripan!
Pues entre tanto color, aparece un niño de 11 años sacándola por 4. Alejandro Ramillete, un niño con una sonrisa y un juego que solo podríais haceros una idea si lo veis jugar. Hacía público y con razón. Jugando contra Marc, de Revolution, que le hacía mates para sacarla fuera de pista y que Alex saliera por la puerta. Yo solo puedo decir que es un prodigio de niño, me lo reservo para hacerle una entrevista, aunque es muy tímido, pero ya lo pillaré. Contaros, que es una de las grandes promesas del pádel de Málaga, de Andalucía, de España y del Mundo. Y porque en Marte no le han retado que sino también ganaba. Alex sólo hay uno en el mundo y lo tenemos en Málaga. Ya le conoceréis.
Pues el sábado, después de meternos un palizón el viernes, volvimos a jugar, después de comer una paella que hacen de escándalo. Partidito y a ver otra vez a los catalanes. Arnau, Marc, Sergi y Edu son algunos de los chicos que han estado presentando la marca y jugando el torneo. Qué buen sabor de boca han dejado en Málaga, hay que darles la enhorabuena, qué partidazos han echado. Me sentaba en el césped entre dos pistas y no daba abasto a mirar una pista u otra, Marc con Sheila en un mixto increíble, y Sergi contra Gorka en otro lado de la pista. Mezcladas, las niñas del club con los Revolution Gerundenses, un espectáculo. Y de repente, si ya el sábado por la tarde me había quedado claro que lo mío es más la moda que el juego en sí, aparece en un mixto, Jessica Valverde con Leandro Darío Muñoz El Chino. Yo no sabía si era chino de verdad, medio mulato o sólo tostado por el sol, pero resultó ser un ex jugador protour, un número 1 que no le pude aplaudir más porque si parpadeaba me perdía otro buen golpe.
Pues a pesar de que yo perdí los 2 partidos, como para algunas cosas tengo mucha suerte, pues pude jugar la semifinal por comunión de un familiar de la chica que le tocaba. Así que el domingo, otro día de pádel en el club. No digo cómo quedamos porque siempre hay que ver el lado positivo, y desde luego, el negativo tengo claro cuál es. Sólo deciros que jugué contra un profe del club, Ángel, que además de educadísimo era un gustazo jugar contra él. Y si más se puede rizar el rizo, mirases donde mirases te encontrabas jugadores jugando con la pala Ebalon, esa tan rara, ergonómica, que va entrando en el mercado poco a poco. Todos los del club la usan y machacan que da gusto, yo aún no la he probado, así que no puedo opinar.
Y por último, hablemos de moda de pádel. Dos cosas que me ha gustado de la marca Pádel Revolution. El tejido de poliéster de las faldas de chica lo han usado para hacer polos para los chicos, usando el mismo tejido incluso para el cuello, reforzándolo por dentro para darle consistencia. Para ellas, al revés, el tejido de poliéster de los polos, lo han usado para hacer vestidos y faldas tableadas. Todo colores planos, sin estampación, pero con los detalles cuidados, como los botones o los cordones. Edu, al frente de la marca me explicaba la dificultad de confeccionar en España, el made in Spain que tan pocas veces se ve ya.
Pero vamos a ver. ¿No queremos salir de la crisis? Pues habrá que apoyar al mercado español, digo yo. Cuanto más lo apoyemos, más se abaratarán los costes y con ello, el precio final. Así que, si me hacéis el favor, miráis las etiquetas y barréis para casa un poco, que falta nos hace.
Pues desde aquí, dar las gracias en especial a Jessica Valverde. Qué gran club, qué gran fin de semana he pasado y qué gran trabajo de su equipo y todo el torneo. La paella estaba riquísima, me comí dos platos. Solo una cosa, la próxima vez me pongo protección, me he achicharrado entera en el primer día de primavera, la falta de costumbre. Nos veremos muy pronto, tengo que volver a ver a Álex Ramillete y su perrito Sony. Gracias por el finde y enhorabuena a todos.
A tornear este finde, que hay para elegir, mirad el calendario y a jugar, que luego llueve y nos quejamos.