Uno acelera el el ritmo. Asfixia a sus rivales. Los empuja con el vértigo. El otro, en cambio, ralentiza a su antojo. Pone la pausa. Domina de la escena. Son Javier Serrats y Carlos Muñoz en la final de la 2ª masculina del I Torneo All 4 Padel, en una de las pistas del Colegio Los Olivos. Enfrente, dos grandísimas promesas malagueñas, dos cadetes gloriosos, José Carlos Gaspar y Manu Rocafort, incómodos, se afanan por arrebatarles el mando.
Sí lo consiguen en semifinales. La joven pareja se impone por un apretado 6-4 y 6-4 a Leandro del Negro y José María Vouilloz Coco. Ahora, en cambio, sufren ante Javier y Carlos, que llegan a la final tras derrotar a Paquito Ruiz y Francisco Javier Macías en tres sets (6-2, 3-6 y 6-3).
Es el arranque del último encuentro del cuadro. Serrats se clava en la cinta. Desde allí, despliega su hiperactividad para desarbolar de inicio a sus adversarios. El de Dunlop tapa huecos en la red, aprieta al fondo con la volea, confunde por arriba con remates y amagues que mandan atrás y adelante a José Carlos y Manu. Ambos se ven sorprendidos por este arranque frenético de Javi y ceden terreno al segundo arreón, en el cuarto juego, con el saque del jugador del club Nueva Alcántara. Es Rocafort, precisamente, quien entrega el break al enviar un remate al cristal de fondo (3-1).
Manu, por dos veces, prolonga el descanso en el intercambio de pista. La pausa le sirve para colocar dos grips. Busca el marbellí sujeción en su pala, anhela el de Vairo consistencia en el juego.

El saque de Carlos Muñoz consolida una amplia brecha (4-1) que les permite controlar el partido con cierta comodidad. Reaccionan algo, sin embargo, Manu y José Carlos. Se apoyan en sus saques para activar su juego. Pero continúan sufriendo al resto. Incapaces de presionar desde atrás, ni de robar iniciativa a sus contrincantes, Rocafort y Gaspar ceden la primera manga (6-3) aunque los últimos juegos les sirven para recuperar sensaciones.
Los cadetes cambian el guión
En la reanudación, Manu y José Carlos regresan diferentes. El marbellí se reencuentra con su pegada, mientras que su compañero acepta el fuego cruzado con Serrats. Es un duelo intenso, hermoso, en el que las Dunlop se retan en diagonal, cortan la bola que silba sobre la cinta, buscan la profundidad y huyen del rebote. Gaspar desata su revés a dos manos y por ahí, el del club El Candado frena el ímpetu de su adversario.
De esta forma, la joven dupla se anota el primer juego del segundo set, el que les pone por delante, por primera vez, en todo el encuentro (0-1). El pupilo de Guti se multiplica sobre la pista. Recorre millas, gana confianza, eleva su pádel para ganarle terreno a sus oponentes. En su duelo con Javi ya no aguarda una victoria a los puntos. Ahora busca el ko. Hasta tres pelotazos al cuerpo recibe Serrats de su contrincante cruzado, todos con el poderoso revés a dos manos que aprieta la bola y la envuelve en fuego.

Rocafort, por su parte, gana consistencia, percute desde la red con la volea y saca el mazo cuando surge la oportunidad. Su triunfo en un tiroteo en paralelo, a quemarropa, frente a Javi, abre la puerta al break. Su compañero, José Carlos, certifica la rotura al recuperar una dejada rival que se moría junto a la cinta. La devolución de Gaspar exige a Carlos Muñoz cuyo globo de contrapared se marcha al cristal contrario (0-2).
El break parece dibujar un escenario inédito en el partido. Manu busca consolidar la distancia con su saque. Pero es Carlos Muñoz el que irrumpe para dictar un nuevo guión. El de Padel Goo!!! recurre a la calma para golpear a sus oponentes. Su aparente tranquilidad es un espejismo que le sumerge en las entrañas del juego al tiempo que hechiza a sus rivales. Es Neo en pleno Matrix. Para él, no hay prisas. Domina desde la pausa, así descifra el código que maneja cada punto. El ritmo se ralentiza a su antojo. Mientras la bola vuela en dirección al cristal de fondo de su campo, el malagueño se desliza hacia ella y analiza lo que ve. Sabe que el tiempo le obedece en ese instante. Pregunta por la ubicación de sus adversarios. Observa el frenesí al otro lado de la cinta. Sopla su mano izquierda para secar el sudor antes de realizar el golpe. Eternos segundos en los que aún tiene margen para sopesar las opciones e imaginar cada una de las consecuencias. Finalmente, tras instantes que parecen una vida, decide y ejecuta.
Así, golpea con una una hipnótica bola lenta que gana en paralelo a José Carlos. También, desde la red, doblega a sus contrincantes en dos ocasiones más. Todo ello para marcar la línea, recuperar la iniciativa de nuevo, establecer el rumbo hacia la gloria. Su compañero recobra el brío y firma el break con un amago de remate en paralelo que no devuelve Rocafort (2-1).
Serrats aprieta por arriba

Él y Gaspar acusan la ocasión perdida. Serrats vuelve a subir el tono. Se crece por alto y exhibe un tremendo repertorio de remates que sacan la bola por tres. Aguantan el paso los más jóvenes que se anotan en blanco el saque de José Carlos en el quinto (2-3); pero no apuran al resto. Al final, ceden en el séptimo juego. Javier Serrats se recrea en el remate. Hasta en cuatro ocasiones cierra el punto sacando la pelota por cuatro metros en el servicio de Rocafort. Enormes están el propio Javi y Carlos Muñoz con la volea para mantener en el fondo a sus adversarios. Al actual campeón de España cadete le cuesta ya librarse del acoso de Serrats que cierra el break con una apretada volea de revés que perfora el centro de la pareja contraria (4-3) sin que puedan recuperarla desde el fondo.
El marbellí y el malagueño, guerreros ambos, se resisten a la derrota pese a este nuevo golpe. Apuran sus opciones hasta el final en busca de una grieta que les permita, de nuevo, abrirse camino en la ofensiva rival. Mantienen la vida en el noveno al conservar el saque de José Carlos, que incluso levanta una dormilona de Carlos junto a la red para cerrar el juego a su favor (5-4). Se exprime en el fondo el de El Candado. Se revuelve en el revés el de Nueva Alcántara. Se lanzan ambos a por el servicio de Carlos Muñoz al que exigen como última opción para prolongar el enfrentamiento. Pero, con 40-40, dos restos fuera, uno de cada uno, acaban con sus esperanzas y ponen fin al encuentro (6-4).