El ritmo le pertenece. El juego afloja o acelera al son que marca su brazo. Su particular estilo, original, heterodoxo, eficaz, dañino, gobierna el encuentro. Incomoda con globos que descuelgan perpendiculares a un palmo del cristal de fondo. Amaga con ir adelante pero trabaja desde atrás. Irrumpe luego por sorpresa en la red, brazo firme, para cerrar el debate.
Su danza ágil, eléctrica, cierra espacios, encoge la pista. Su despliegue exige tanto a los rivales como eleva a su compañero.
La exhibición de Pablo Herrera en la final del III Torneo del Málaga Pádel Tour no ocurre contra cualquiera. Sergio Beracierto y Fran Tobaria se enredan en la madeja que teje el jugador de Nox junto a su compañero Javi Bravo en Vals Sport Cónsul. El malagueño va regresando a las pistas tras un periodo de inactividad de algunos meses por cuestiones de salud.
Las dos parejas que ahora se enfrentan, lo hacen como las mejores de sus respectivos grupos, una liguilla que resuelve el cuadro de la 1ª masculina de este circuito malagueño.
En el arranque están mejor, sin embargo, Tobaria y Beracierto. Con mucho ritmo y agresividad, el de Middle Moon y el de Steel Custom empiezan muy sólidos. Mucho más que sus oponentes que ceden hasta seis ocasiones de break en sus tres primeros servicios.
Las tres primeras surgen en el saque inicial a cargo de Javi. Un remate por tres de Pablo salva una de ellas. Tobaria, por error, evita que se marche una volea del espigado jugador de Nox y con ello aborta la segunda oportunidad de rotura. Mientras que la tercera la cierra Herrera al apretar desde la red a Beracierto al fondo (1-0).
Bravo, en este inicio, comienza algo impreciso, sobre todo desde atrás. Poco a poco, sin embargo, le va cogiendo el ritmo al encuentro. A tiempo para afrontar la amenaza que plantean sus adversarios.
En el tercero, con saque de Herrera, Sergio y Fran abren de nuevo la puerta del break pero no aciertan a cruzar el dintel. Javi aprovecha una bola corta de Beracierto y cierra el paso con un remate inabordable (2-1).

En el quinto juego, otra vez el malagueño de Padelenlared, con un gran servicio, salva una ocasión de break en contra. Y en el séptimo, en la sexta concesión que hacen con el saque, el propio Bravo aprieta con la volea y resuelve con el remate para finiquitar el riesgo (4-3).
A esas alturas, el partido ya ha cambiado su fisonomía. El juego de Pablo y Javi ha crecido sobre el peligro. Ahora es Herrera el que traza el mapa y exhibe su pegada. Bravo activa las piernas, reduce los errores y recupera sus eléctricas sensaciones desde la red.
Enfrente, Beracierto y Tobaria acusan el despilfarro de oportunidades. Ya en el quinto evitan una ocasión de break, al servicio de Sergio, cuando un resto de Javi Bravo se marcha fuera. También levantan dos pelotas de rotura, en el décimo, de nuevo con saque de Beracierto, gracias a un remate de Tobaria, primero, y un error con la bandeja de Pablo.
A la tercera, en cambio, la pareja malagueña sucumbe. Javi y Herrera, enormes, manejan los hilos desde el fondo. Mueven a sus contrincantes con mucha astucia. De atrás hacia adelante. De nuevo atrás. Abren huecos, generan dudas, exigen nuevas respuestas, prolongan el riesgo. Una discusión no apta para impacientes. Fran es el primero en perder puntada. Acostumbrado a mandar con su brazo firme, busca recuperar el control del juego y aprieta mucho la volea. Demasiado. La pelota acaba en el cristal del fondo, y con ella acaba el primer set en manos de sus rivales (6-4).
Reaccionan Sergio y Fran
Lo de Pablo y Javi es un meritorio ejercicio de funambulismo que continúa en el segundo acto. Acostumbrados a manejarse en el alambre, otra vez conceden una pelota de break, la séptima, nada más comenzar el set. Un agresivo Beracierto, enrabietado tras la derrota en el primer parcial, filtra una afilada bajada de pared que pone en riesgo el saque de Pablo. Sin embargo, es Bravo el que emerge para evitar el descalabro. El malagueño descuelga una bandeja cruzada, percute con la volea paralela y destroza con el remate. El esfuerzo obtiene la recompensa (aborta el break) pero se cobra un peaje (merma la capacidad física de un Javi entregado al ritmo de su compañero).
Advierte la fisura Sergio que aparca el duelo cruzado en el tercero. Tobaria se clava en la red y Beracierto traza el rumbo en paralelo. Se abren dos nuevas oportunidades para la rotura. Un magnífico paralelo del jugador de La Capellanía sorprende a Bravo. El passing firma el primer break para Fran y Sergio que llega a la octava oportunidad (1-2). La brecha, sin embargo, apenas se prolonga.

Tobaria y Beracierto disponen de un 40-0 para consolidar la rotura. Pablo Herrera recupera el mando a tiempo para reducir la distancia. Su dictado y la firmeza de Javi le dan para devolver el break cuando Bravo saca por tres metros de revés un remate de Tobaria que no voló lo suficiente (2-2).
Otra vez, desde el foso de la adversidad, emergen Herrera y Javi. Su reacción es portentosa. Una amenaza para sus rivales, desconcertados ante una fugaz ilusión de dominio que apenas les alcanza para mantener el marcador igualado. Y lo hacen con mucho sufrimiento. Como en el sexto juego. El servicio de Beracierto se asoma al break con un 15-40. Un paso en falso acerca a Sergio y Tobaria al abismo; a Pablo y Javi, a la gloria. Dos sorprendentes errores de Herrera mantienen el suspense en el encuentro. Un globo que se le marcha fuera y una volea que se le queda en la red cuando lo tenía todo para definir tras haber abierto a sus adversarios por el paralelo.
La igualdad aumenta la presión en el juego, la tensión en la pista. Las fuerzas, en cambio, van en dirección opuesta. ¡Vete y echa la lotería, chico!, explota Fran Tobaria con la enésima cinta de sus contrincantes. Ocurre antes de que Fran y Beracierto se anoten un break en blanco, en el noveno juego. El de Middle Moon se muestra espléndido. Firme y decidido en la red, con piernas para firmar junto a la puerta una dormilona que sale de pista; con tino para perforar en paralelo. ¡Vamos! El que ruge, en cambio, es Beracierto cuando Javi Bravo estrella una bandeja en la red y confirma la rotura (4-5).
Recuperado el centro de la escena, Sergio y Fran no dejan escapar la ocasión y se anotan el segundo set para forzar el tercero (4-6).
Pablo se multiplica
Y comienza el último tramo sin dominio. Un remate por tres de Pablo Herrera corona un break al saque de Sergio, en el segundo juego (2-0). Una gran salida de pared de Fran y su siguiente volea doblegan la resistencia de Herrera para devolver la rotura, en este caso al saque de Pablo (2-1).

El desplome físico de Javi se revela en el quinto. Cuatro errores suyos entregan su propio servicio (2-3). Le anima su compañero, que trata de meterle en el partido al tiempo que se conjura para recuperar el ritmo del juego.
Por eso se multiplica sobre la pista. Amplía su radio de acción y acota el terreno de su aliado. Inexplicablemente, esta vez Sergio y Fran no perciben el agujero, aceptan la propuesta rival y caen de nuevo en su trampa. Los globos de Pablo vuelan sobre la cancha, le quitan velocidad al juego, le dan aire a Bravo que se exprime para volver. Y lo consigue a tiempo para firmar el break que les devuelve a la vida (3-3).
Cada punto se convierte ya en un calvario de tensión y nervios. Se aprietan los saques, se sufre al resto. Con apuros, Herrera mantiene su servicio. También lo consigue Fran que, incluso, salva una pelota de break con una bola lenta que despista a Pablo. Su compañero, Beracierto, evita la segunda gracias a la cinta (4-4).
También Javi tiene que levantar una ocasión de rotura con su saque en el noveno para mantener el pulso (5-4). En cambio, en el décimo, llega el mazazo final. El servicio de Sergio claudica ante la emboscada de Herrera, un ilusionista que concede una falsa apariencia de control a sus adversarios. Un titiritero que maneja la escena sin hilos y con mucha astucia. Un encantador de serpientes, solidario con su compañero, letal con los rivales, que cierra el encuentro con dos remates liftados que arrinconan a Beracierto contra la malla lateral (6-4)
La victoria (6-4, 4-6 y 6-4) acaba con Javi Bravo agotado pero feliz de ir recuperando sensaciones y acercándose al juego que le encumbró antes de su parón.