El grito resulta estremecedor. ¡Llegas, llegas, llegas! Se desgañita sobre la moqueta Ceci Reiter en el último punto de un dramático match ball. Son, en verdad, mucho más que palabras. Es una agónica súplica procedente del corazón. Un anhelo que surge del alma para empujar a su compañera en un esfuerzo más que las sostenga al borde del precipicio en la final femenina del Estrella Damm Valencia Master 2015, su primera final de la temporada.
Y responde la malagueña Carolina Navarro, una faraona del padel alejada de los grandes focos del circuito en el último año y medio. Y llega a esa maliciosa dejada de su rival. Y se contorsiona para evitar el poste de la red al salir de la pista. Y recupera de inmediato su posición en la cancha. No importa que, pese a todo, ese trabajado punto, decisivo, acabe entregando el título a sus oponentes, Alejandra Salazar y Marta Marrero. La derrota, hoy, para ellas no es una tragedia porque la victoria, esta vez, iba más allá de un simple marcador. Carol y Ceci.
Emprenden la vuelta quienes gobernaron el circuito hace apenas tres temporadas. Empieza a regresar del infierno la dupla que ocupó el trono femenino durante tres años. El inicio de World Padel Tour en 2013 coincidió con su extravío. Desde entonces, sólo ellas saben lo que han sufrido, lo que han padecido en esta travesía insoportable para encontrar el camino, para reencontrarse a sí mismas. Un abismo que las ha ido devorando hasta casi desfigurarlas. Una caída que ha ido arrasando todo aquello que las sostenía excepto una cosa.
En ese doloroso derrumbamiento sólo quedó en pie un elemento indispensable, aquello que, pese a todo, les ha mostrado el camino; lo que les ha iluminado en los peores momentos, aquello que les ha servido de brújula, de esperanza, lo que hoy guía su regreso: la fe en sí mismas.
No lo han tenido sencillo. En cada intento de levantarse se han topado con un nuevo golpe. Lo más fácil, lo consecuente, incluso, hubiera sido la ruptura, el abandono. Una búsqueda de nuevas sensaciones, de nuevos caminos, nuevas alianzas para enderezar el rumbo.
Sí, eso era lo simple, lo evidente. Era lo que les insinuaban, primero de manera más sutil, y les vociferaban después con absoluta claridad. Desde todos lados. Puede que aquella vocinglería les hiciera incluso dudar por momentos. Tal vez. Sólo ellas lo saben. Pero pudo más la fe, la confianza, la conciencia plena de que incluso en el fondo del pozo, aún tenían luz, la de la creencia en sí mismas como pareja.
Víctimas de un desplome impensable
En 2012, última temporada Padel Pro Tour, la malagueña y la argentina, en su tercer año como número uno del ranking profesional femenino, tocaron el cielo. Fue un ejercicio impecable. Una sola derrota en todo el año (7-6 y 7-5 contra Icíar Montes y Cata Tenorio en Barcelona). Ocho títulos PPT de nueve posibles y el Master. Además, sumaron el Mundial y, en el caso de la malagueña, el Campeonato de España.
[button link=»https://www.padelazo.com/2012/12/carolina-navarro-sera-imposible-hacerlo-mejor-que-este-ano-1a-parte/» target=»self» color=»00ff1a» icon=»select a icon» style=»pill» size=»large» tooltip=»»]2012: Una temporada de ensueño para Carol y Ceci[/button]
Carol y Ceci apabullaban sobre la moqueta. Aguerridas, incisivas, descomunales. No era sólo una cuestión de juego sino de fortaleza mental. Basta el relato de la semifinal del Master de ese año, un encuentro que les sitúa ante Icíar Montes y Cata Tenorio. Justo antes del inicio, las sensaciones de la malagueña no son las habituales. Un cosquilleo, un runrún interno que desvela unos nervios incontrolables ante unas rivales a las que, meses antes en Madrid, habían pulverizado (6-0 y 6-2).
La premonición se cumple. El desastre se aproxima: 6-1 y 3-1 abajo tras un insoportable ejercicio de errores infrecuentes, inéditos, sobre todo por parte de Navarro. En ese momento, es Reiter quien le pide a su compañera que sea agresiva, que ignore el error, que asuma riesgos y pegue, sin importar el marcador, sin pensar en la derrota, sin contemplaciones. Que sea ella misma.
El resultado fue una trepidante remontada para alcanzar una final (3-6, 7-5 y 7-5) que acabó coronándolas en un año irrepetible.
[button link=»https://www.padelazo.com/2012/12/carolina-navarro-y-ceci-reiter-maestras-ppt-en-una-temporada-de-ensueno/» target=»self» color=»00ff08″ icon=»select a icon» style=»pill» size=»large» tooltip=»»]Reinas del Master PPT 2012[/button]
A partir de ahí, un inesperado hundimiento. Menos pronunciado al principio, vertiginoso durante algunos meses. Un doloroso camino en el que las derrotas pesaron menos que la pérdida de identidad en una pareja absolutamente reconocible hasta el momento. Las dudas, la incertidumbre acabaron descomponiendo un proyecto de éxito.
Contribuyeron a ello varios y precisos contratiempos tan imprevisibles como inoportunos. Dos operaciones a Carolina (una truncó la pretemporada de 2013 y la otra la de 2015) además de varias lesiones que se repartieron entre ambas.
Todo ello avivó las llamas de la desconfianza en una pareja que afrontó en este periodo dos cambios de entrenador (rompieron con Miguel Sciorilli tras siete exitosos años, no funcionó con Bebe Auguste durante 9 meses y acabaron en manos de Rodri Ovide) además de otras situaciones extradeportivas, como un cambio de patrocinador en el caso de la propia Carolina Navarro.
[button link=»https://www.padelazo.com/2014/08/carolina-navarro-y-ceci-reiter-rompen-con-bebe-auguste/» target=»self» color=»00ff00″ icon=»select a icon» style=»pill» size=»large» tooltip=»»]Así anunciaron su ruptura con Bebe Auguste[/button]
Y por si fuera poco, este convulso escenario se produce en plena mutación de un padel femenino que se aprieta, que acelera su juego, que eleva el nivel.
De pronto, todos los pilares que sustentaban su brillante trayectoria juntas saltaron por los aires. Carol y Ceci perdieron su identidad. Mientras que sus rivales sabían quiénes eran y qué buscaban, la dupla hispano-argentina fue olvidando lo que eran y, sobre todo, qué querían ser.
Un instante que refleja bien esta dramática situación, un encuentro que les muestra el fondo del pozo a ambas jugadoras, un espejo que les ofrece una imagen irreconocible de dos reinas sin corona.
Agosto de 2014. Semifinales de la prueba en Marbella de World Padel Tour. Con Patty y Eli como rivales, Navarro y Reiter protagonizan una actuación desastrosa y encajan una dolorosa derrota (6-1 y 6-0). No es sólo el resultado. Sobre todo, la imagen. La ausencia de trazo en su juego, la falta de carácter. Una personalidad hecha añicos por las dudas. Dos espectros sobre la moqueta. De aquel grito de Ceci en el Master de 2012, de la imponente respuesta de Carolina, no hay ya ni rastro.
[button link=»https://www.padelazo.com/2014/08/patty-llaguno-y-eli-amatriain-ganan-la-semi-del-world-padel-tour-marbella-2014/» target=»self» color=»00ff1a» icon=»select a icon» style=»pill» size=»large» tooltip=»»]Crónica de la dolorosa derrota en Marbella[/button]
Tres días después de aquella derrota, la pareja Star Vie volvió a cambiar de entrenador. Rompieron con Bebe Auguste y buscaron el rumbo junto a Rodri Ovide con quien siguen en la actualidad.
[button link=»https://www.padelazo.com/2014/08/rodri-ovide-nuevo-entrenador-de-carolina-navarro-y-ceci-reiter/» target=»self» color=»00ff33″ icon=»select a icon» style=»pill» size=»large» tooltip=»»]Carol y Ceci se unen a Rodri Ovide[/button]
En todo este periodo, los resultados no han regresado. Aunque no era ése el objetivo inmediato. Una final en 2014 y una final en 2015. Un bagaje demasiado humilde para la pareja que coronó 2012 con autoridad incontestable. Sin embargo, no es aquella dupla la que hoy se afana por volver.
La reconstrucción de Carol y Ceci
Tres temporadas después, Ceci y Carol se han reconstruido. A sí mismas y como pareja. Lo han hecho a base de pundonor, mucho sufrimiento y sobre todo, fe. Así, han ido espantando los fantasmas, alejando las dudas sobre ellas como dupla y se han entregado al tajo. Trabajo, trabajo y trabajo. Una reinvención imprescindible que, ahora, empieza a mostrar su nuevo rostro.
En el Estrella Damm Valencia Master 2015, la malagueña y la argentina no sólo alcanzaron la final. Sobre todo, mostraron una puesta en escena diferente, una imagen distinta con roles bien establecidos, con nuevas estructuras de juego. Con Carol, hiperactiva, una amenaza constante, dueña del intercambio, capaz de cambiar cualquier jugada con un sólo toque. Con Ceci, guerrera, trabajadora y atrevida cuando le toca. No fueron la pareja a la que sus rivales amordazaban, la dupla que sus adversarias resquebrajaban sobrecargando a Reiter y aislando a la malagueña.
Ahora hay una clara mejoría física, táctica y sobre todo psicológica, capaz de llevarles a derrotar en cuartos de final a las gemelas Sánchez Alayeto remontándoles un set en contra y destrozando su racha de imbatibilidad.
No es una cuestión de resultados. En la final, las imprecisiones, los nervios (sobre todo de Reiter) las situaron con un 5-1 por debajo en el primer set ante Salazar y Marrero. Remontaron hasta el 5-4 y 30-30. Una muestra de carácter, del coraje encontrado para enfrentarse a situaciones extremas.
[button link=»https://www.padelazo.com/2015/11/final-femenina-estrella-damm-valencia-master-2015/» target=»self» color=»09ff00″ icon=»select a icon» style=»pill» size=»large» tooltip=»»]Crónica: así fue la final femenina de Valencia[/button]
El dúo, en efecto, ha ofrecido una cara renovada en Valencia. También mostró excelentes sensaciones en Valladolid cuando quedó a un palmo de la final tras perder una épica semifinal precisamente contra Marta y Alejandra.
Son esperanzadores síntomas de una recuperación que se va haciendo palpable a través de indicadores interesantes. Ahora sí, empiezan a exhibir una capacidad para alterar su juego durante el partido y para modificar también el de sus rivales. Ofrecen un despliegue más dinámico y menos previsible con eficaces alternativas. Un logro fruto del entrenamiento, desde luego, pero sobre todo, de una toma de decisiones atrevida, valiente, que sólo puede surgir de la confianza.
Porque, ahora sí, Carol y Ceci confían. Este hundimiento les ha permitido poner a prueba su verdadero valor como pareja. Su periplo por las tinieblas ha fortificado su vínculo como dupla. La fe les ha mantenido a salvo. La confianza en sí mismas, en ellas como pareja y, por supuesto, en la otra, las ha rescatado. Saben que a su lado tienen a una incondicional. Y eso no es fácil de conseguir en el padel actual en el que las prisas exigen resultados casi sin margen de error.
Su regreso no ha sido una obligación sino un desafío. Y ahí asoman de nuevo. Probablemente, el éxito de 2012 no se repita. Cecilia y Carolina no son las mismas. Tampoco sus rivales lo son. Pero aquel coraje, aquella determinación y, sobre todo, la confianza en sí mismas les ha guiado de nuevo hasta aquí. El esfuerzo de las ex-número uno, su recuperación es todo un ejemplo para quienes bajan los brazos al primer contratiempo.
El Master Final descuenta ya los días para clausurar la temporada. Y después, vendrá un nuevo año. Sin contratiempos de inicio, sin desafortunados incidentes, Carol y Ceci anuncian su regreso para mostrar un nuevo rostro, la misma fe.