La secuencia es prodigiosa. Paquito Navarro y Sanyo Gutiérrez afilan la volea. Lima y Bela defienden con las rodillas peladas de lado a lado. El sevillano, desde la derecha, luce su remate y saca por tres metros. El de Pehuajó se recorre toda la pista, sale por la puerta y, con el público aplaudiendo un punto aún no finalizado, recoge la bola fuera de la cancha tras rebotar ésta en el marco superior de la malla. Su compañero barre la pista en su ausencia. Bela recupera posición y devuelve apurado de contrapared. El remate de Sanyo lo pulveriza Pablo Lima en la red y certifica un break definitivo.
Con la grada rendida a la exhibición, el brasileño señala a su compañero mientras se le acerca, le abraza y le regala un beso en la mejilla. Es un detalle que desapercibido en plena algarabía de pasiones que este inmenso duelo desata; oculto bajo el dramatismo que desprende el crucial momento en el que se produce el break. Y sin embargo, es un gesto que simboliza bien la diferencia, que define el valor de quien lleva 14 años instalado en la cima del padel.
Bela nunca se rinde.
La jugada está a la altura de una final portentosa. Otra vez con Valladolid como escenario. Con tres de los cuatro protagonistas que en 2015 brindaron uno de los mejores duelos del año. Esta vez, Sanyo Gutiérrez sustituye a Matías Díaz en un partido marcado por un calor asfixiante (35 grados para el público, muchos más para los jugadores encerrados en la pecera) que, sin embargo, atrae al público en masa a las gradas.
Trayecto a la final masculina del Estrella Damm Valladolid Open 2016
Paquito y Sanyo alcanzan su tercera final y buscan su segundo título del año tras el conseguido en Valencia.
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Para ello, superan un camino lleno de minas (vencen a Gaby Reca y Juan Lebrón por 7-5 y 6-4; a Cristian Gutiérrez y Juan Martín Díaz por 7-6 y 6-3; y a Agustín Gómez-Silingo y Adrián Allemandi por 7-5, 2-6 y 7-5). Una actuación que, ya de por sí, bien vale un título.
Los números uno, por su parte, cumplen con su condición de favoritos y resuelven todos sus encuentros en dos sets (6-0 y 6-3 a Adrián Blanco y Uri Botello; 6-3 y 6-3 a Fernando Poggi y Álvaro Cepero; y 6-4 y 6-3 a Miguel Lamperti y Juani Mieres).
Crónica Final Masculina Estrella Damm Valladolid Open 2016
Este duelo definitivo por el título en Valladolid encuentra como precedente inmediato entre ambas parejas la final del WPT Las Rozas en la que Bela y Lima pulverizaron a sus contrarios.
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Sin embargo, es referencia también la final del pasado año en esta misma sede, un encuentro vibrante y ajustado que se resolvió en tres tie breaks (Paquito formó con Mati Díaz).
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La pista, una superficie rápida y viva ubicada al exterior; el calor sofocante; el sol deslumbrante y el molesto viento añaden variables a una pugna que tiene favoritos por estadística (Lima y Bela) y por afecto del público (Paquito y Sanyo).
Esos elementos, inexistentes en la mayoría de los torneos (que se disputan a cubierto), convierten el partido en un duelo de mil caras. El remate es hoy más definitivo y la táctica, tan imprescindible como cambiante. Jugar con viento a favor o en contra, con el sol de cara, de costado o de espaldas. Varientes que se combinan y condicionan el desempeño.
Al contrario que en Las Rozas, hoy la moqueta penaliza a los números uno, exigidos al fondo por el vertiginoso juego de sus contrarios y sin el desahogo habitual de sus globos. Pese a ello, Lima y Bela golpean primero.

Intercambio de golpes
En el cuarto, hacen añicos el saque de Paquito Navarro. El de Pehuajó, una centella, emerge imperial para provocar el asalto en blanco al servicio rival. Una acción suya recuerda a un público entregado a los rivales, la razón del longevo éxito del argentino. Paquito pega duro para definir. Con todos parados en la pista, Bela llega, se cuelga del cielo y devuelve el remate del sevillano; a continuación, recorre la red y tapa huecos, y finalmente, acaba cerrando por cuatro metros.
La rotura (3-1) parece inclinar pronto la balanza. Nada más lejos de la realidad. El andaluz de Mystica y el argentino de Head, a diferencia de su último encuentro frente a los líderes, están espléndidos. Paquito, un tornado desde su esquina, paciente y atrevido, decisivo con su remate. Sanyo, amenazante siempre, indescifrable, maravilloso.
De inmediato, la pareja número dos devuelve el break. Lima, hoy extrañamente irregular, estrella en el cristal de fondo un remate. Después, una bajada de pared suya la tapa bien Paquito en la red y logra la rotura (3-2).
El histrionismo del andaluz aparece en la pista mientras la pugna se acrecienta. Un error de Sanyo y dos de Paquito, el último con un remate que se queda en la red, le devuelven la ventaja a sus contrarios (4-2).
Pero no hay tregua alguna en la final para deleite de una afición que vibra con el espectáculo bajo un sol aplastante.
Tiene Bela la oportunidad de consolidar la brecha pero lo hace con el sol de cara. Lo saben bien Paquito y Sanyo que juegan con ello. No acompaña en la resistencia Lima que regala dos pelotas (un remate fallido y una volea fuera). Dos errores que se suman al del propio Bela en una salida de pared. El resto es obra de Sanyo, que hechiza el espectáculo y termina con un imposible bloqueo paralelo tras un misíl de su rival brasileño en una salida de pared (4-3).

El marcador, de nuevo, se equilibra (4-4) aunque para ello Paquito y Sanyo frenan las acometidas contrarias desde el resto y superan dos bolas de break con saque del sevillano.
Resuelve el tie break el primer set
La igualdad máxima sitúa a ambas parejas sobre el alambre. Un error, una duda, un bajón físico. Cualquier traspié puede resultar definitivo.
Lima y Bela que, habitualmente, tratan de enjaular a Paquito Navarro en su esquina y aislar a Sanyo, se encuentran hoy una respuesta fenomenal en ambos. La pegada del andaluz es un peligro constante. Precisamente, un remate del de Mystica les da opción de volver a romper en el noveno al servicio de Pablo Lima. Pero el martillo de Bela anula la ocasión (5-4).
La proximidad del tie break, sin embargo, no afloja el empuje de ambas duplas. Bela, con muchos apuros, resuelve su saque (6-5). Paquito, salvando una bola de set en contra con su remate, también anota (6-6).
Como en 2015, el tie break resuelve lo que no han conseguido 12 juegos. El 4-1 de Bela y Lima en la muerte súbita no es definitivo. Iguala a 4 la pareja hispano-argentina. Pero Fernando Belasteguin decanta el set.
El de Pehuajó no vacila en momentos en los que lo raro es mantenerse firme. Su pegada destroza un globo de Paquito. Luego saca por cuatro metros un remate del sevillano. Finalmente es Lima quien se anticipa al resto del de Mystica y lo saca por cuatro metros para cerrar el soberbio primer acto (7-6).

Persiste la igualdad en el segundo set…
La reanudación mantiene el mismo trazo. Dos parejas dispuestas a mandar. Dos duplas que se elevan en mitad del calor, que dominan el viento, que regalan un espectáculo vertiginoso, lleno de matices.
Superada la hora y media de partido, la temperatura se multiplica entre los cristales. El público, de manera cada vez más notoria, trata de empujar a sus favoritos. Bela y Lima sufren para mantener su saque. Mérito indudable de Sanyo y Paquito que se despliegan sin dobleces, inaccesibles con el saque, amenazantes desde el resto.
El equilibrio en el electrónico se mantiene a duras penas, entre otras cosas, porque Belasteguin y Lima logran voltear un 15-40 en contra en el octavo juego (4-4).
…hasta que ocurre lo inesperado
Nada hace imaginar lo que está a punto de suceder. Hasta ese momento, los números uno apenas han sumado cuatro puntos en los cinco primeros juegos que disputan al resto en el segundo set. Poco para dos especialistas en defensa.
El 30-0 con el que empieza el saque de Sanyo en el undécimo tampoco advierte el mazazo. Pero a los líderes de World Padel Tour no les hace falta grandes pasillos para imponerse. Les basta con una rendija para hacer saltar por los aires la fortaleza rival. Y así sucede.
Con esa asombrosa acción de Bela que define Lima por cuatro metros en la red y que les permite conquistar el break (6-5) que vale una final. El oportuno rebote de la pelota en el marco superior de la malla facilita la devolución de Belasteguin. Tratar de explicar la rotura con ese detalle casual es un inútil ejercicio de autoengaño. La inquebrantable fe del argentino le lleva a ese lugar, fuera de pista, varios metros más allá de la puerta, donde a otros no les alcanza siquiera la intuición.

Pero antes de esa acción, eclipsados por el brillo de la jugada, suceden tres hechos fundamentales en el desenlace de este juego, y por tanto del set. Todos llevan la misma firma. Una dejada que no pasa la red. Una volea directa al cristal lateral. Un remate al limbo. Tres errores, todos de un Paquito Navarro que, tras firmar un encuentro soberbio, ve cómo un desajuste penaliza sus opciones.
La maravillosa secuencia de Bela y Lima rubrica la condena. Y por más que la grada sueñe con el Sí se puede, Bela, con saque propio, y Lima abrochan su quinto título del año (7-6 y 7-5).
La derrota, sin embargo, deja la mejor versión de Paquito y Sanyo, una actuación sublime a la que deben dar continuidad en Las Palmas de Gran Canaria.