Tres bolas. Tres acciones clave. Tres instantes, uno en cada set, decantan un intenso partido, la final masculina del Estrella Damm Alicante Open 2017.
Es mucho más que un título. Una nueva etapa en el duelo por el número uno del padel profesional. Un momento crucial que confronta a dos parejas, las dos mejores hoy por ranking, su estilo, su ambición.
Fernando Belasteguin y Pablo Lima, los líderes; Paquito Navarro y Sanyo Gutiérrez, los aspirantes. La última vez que se vieron las caras con la pelota en movimiento, la pareja argentino-brasileña aplastó a sus rivales. Ocurrió en la final del Master de Barcelona. Desde entonces, los acontecimientos han convulsionado la escena.
La lesión de rodilla de Bela, que le obligó a retirarse en Valladolid, y su posterior paso por el quirófano, truncó la trayectoria ascendente de los favoritos. Mientras, sus adversarios, como si la baja temporal de sus oponentes hubiera extraviado su foco competitivo, han disminuido su rendimiento hasta el punto de que tampoco han vuelto a alcanzar ninguna final (ni en Mijas ni en Gran Canaria).
Ahora, la central del Pabellón Pedro Ferrándiz recupera este enfrentamiento que trasciende la propia competición.
Para llegar ahí, ambas duplas ofrecen sensaciones muy distintas. Los números dos no se dejan sorprender esta vez y superan cada escollo con tajo suficiente para no ceder set alguno (6-4 y 6-4 a Fede Quiles y Marcello Jardim; 6-4 y 6-3 a Ale Ruiz y Seba Nerone; 6-4 y 7-5 en la revancha de Gran Canaria contra Maxi Sánchez y Matías Díaz).
Por el otro lado, en cambio, los números uno, acostumbrados a exhibir una solvencia incuestionable, sortean con mucha dificultad varios escollos que ponen a prueba su oficio y su raza (6-7, 6-2 y 6-4 contra Chico Gomes y Ernesto Moreno; 6-3 y 6-4 contra Tito Allemandi y Juan Lebrón; 3-6, 6-3 y 6-4 ante la fabulosa revelación de la prueba, Fede Chingotto y Juan Tello).
Crónica de la Final masculina del Estrella Damm Alicante Open 2017
Esta final masculina del Estrella Damm Alicante Open 2017 ofrece la oportunidad a los líderes de equilibrar el saldo de títulos conquistados respecto a sus más inmediatos contrincantes. Paquito y Sanyo suman tres entorchados (Santander, Miami y Valladolid), por los dos de Bela y Lima (A Coruña y Barcelona).
El encuentro ofrece pronto una radiografía que desvela, a modo de diagnóstico, el devenir de esta confrontación. Mientras que a un lado se despliegan con mucha solidez y convicción un Belasteguin incomensurable, y un Lima portentosamente recuperado de su irregular desempeño de semifinales; al otro lado de la cinta, Sanyo y Paquito no logran encontrar el hilo del juego, sobre todo al resto, que resultan intrascendentes.
El primer momento clave llega en el cuarto juego. Sirve el sevillano de Bullpadel. Se complica su compañero. Sanyo, con dos errores (un globo fuera y una víbora al lateral) y una decisión arriesgada (detiene el juego para reclamar que un resto de Bela ha tocado la malla lateral), condenan el saque propio. En efecto, la revisión quita argumentos al puntano y entrega el break a sus oponentes (3-1).

La rotura es suficiente para resolver el primer acto. Un guarismo lo explica con claridad. Después de 38 minutos de partido y tras 9 juegos disputados (6-3); Paquito Navarro y Sanyo Gutiérrez apenas han logrado 4 puntos al resto. Una minucia ante una pareja que va camino de recuperar su incomparable nivel defensivo y que, cuando gobierna, obliga a sus contrarios a batirse en duelos individuales, incapaces de articular táctica alguna.
El guión se mantiene en el segundo capítulo. Los síntomas se repiten. Paquito y Sanyo no pesan desde el resto, mientras que sus rivales, cuando no sacan, encuentran vías para discutir la red. Es un ejercicio de funambulismo que amenaza con despeñar pronto a la pareja hispano-argentina.
El de San Luis, como ya le ocurrió en Barcelona, es víctima de su irregularidad, la que le encumbra como un genio o le confina a las tinieblas como un condenado. Por momentos, sobre la moqueta de Alicante, sus tribulaciones le diluyen. Sólo Paquito, espléndido, sostiene a la pareja. El sevillano, punzante en su juego, y atrevido cuando debe serlo, opone la batalla suficiente para que sus opciones en esta final aún tengan vigencia.

“Responde sol oscuro, ilumina un instante aunque después te apagues para siempre.” Ese instante que invoca el chileno Nicanor Parra en uno de sus antipoemas (Fuentes de Soda, de Versos de Salón. Ed. Nascimento. 1962), aparece en el partido sin aviso.
El diván de Paquito Navarro surte efecto sobre Sanyo. El puntano de Head vislumbra, por momentos, la luz. El ánimo de su compañero activa su desbordante talento. El saque del brasileño Pablo Lima se derrumba. El break (2-4) agita a ambas duplas. Paquito y Sanyo encuentran el trazo para mantenerse. Sus rivales, en cambio, se revuelven para cerrar la brecha.
La determinación de Belasteguin y Lima, su voracidad, es el mejor síntoma de su recuperación. De inmediato, llega la amenaza al saque de Paquito. Son 5 bolas de rotura. El andaluz y su compañero resuelven todas con acierto y esquivan el peligro (2-5). Se tortura el de Pehuajó en el banco tras las oportunidades perdidas.
Aún tienen una más para equilibrar el marcador del segundo set. Sirve Sanyo que falla una derecha después de que Paquito no acertara con el remate. Es la sexta ocasión de break para los números uno en esta segunda manga. Bela, un maestro en esta suerte, no acierta por centímetros a rescatar por la puerta un remate por tres metros de su oponente.
Ahí se esfuman sus aspiraciones. Ahí se nivela el electrónico (3-6).
El último acto, la última estrofa, decide el título de Alicante. Todo permanece igualado hasta que el instante de Nicanor, el de Paquito y Sanyo, se apaga para siempre. Es la hora de Bela y Lima. Su tiempo. Su instante. La solvencia con el saque les aleja del peligro. La voluntad, la decisión, les impulsa hacia el éxito.
En el octavo, la gloria se materializa en un instante. Dos errores de Sanyo, casi idénticos, ponen en jaque el saque de Paquito. Son dos acciones repetidas, dos instantes calcados. Dos bandejas que el puntano descuelga directamente a la malla lateral tratando de encontrarle grietas al incesante empuje de su oponente brasileño. La certificación de la rotura lleva la firma imperial de Bela, que se multiplica en la pista, se abalanza sobre la cinta y gana con una volea cruzada sobre una víbora del sevillano (5-3).
El noveno, finalmente, corona a los números uno. Bela y Lima recuperan el ritmo del triunfo y celebran el tercer título WPT de 2017, el que confirma su vuelta tras el parón, el que les recupera para el segundo tramo de la temporada.
