De pronto, lo anunciado 24 horas antes por World Padel Tour, se convierte en papel mojado. En mitad de la pista central del Vallbanc Andorra Open, tras la entrega de premios de la final femenina, emerge la voz del responsable del micrófono oficial para alumbrar un nuevo esperpento organizativo del circuito profesional de padel: la final masculina se aplaza al lunes.
“Lamentamos comunicar que la final masculina del Vallbanc Andorra Open no se podrá disputar como estaba previsto”.
La lluvia caída el sábado provocó el aplazamiento de las dos semifinales masculinas (una de ellas de manera parcial, la otra íntegramente). Por ello, ambas se disputaron en la jornada de hoy domingo. “(…) una vez finalizada la final femenina, se disputará la masculina, siendo la hora de disputa de la misma siempre tres horas posterior a la hora de finalización del segundo partido de semifinal”. Así se anunció en la web de World Padel Tour el mismo sábado por la tarde.
Hoy, cuando el integrante del departamento de Comunicación realiza el anuncio de este repentino aplazamiento desde la pista, apenas queda una hora para que se cumpla el plazo de tres horas definido por el circuito. Sin embargo, con el público en las gradas, desconocedor de lo que ocurre, el partido se suspende de imprevisto y se reprograma al día siguiente.
[Tweet «Final #WPTAndorraOpen aplazada: cuando falta previsión o sobra improvisación.»]
El motivo que arguye la organización es el siguiente: “Las condiciones físicas de los jugadores no permiten la disputa de un partido intenso de alta competición tras haber disputado un encuentro de tres sets hace apenas un par de horas; aparte de conllevar un altísimo riesgo de lesión, por supuesto, que es por lo que (sic) velamos todos los trabajadores de World Padel Tour”.
Es cierto… en parte. Las dos semifinales se resuelven en tres sets. Penalizan sobre todo a Paquito y Sanyo que disputan hoy su partido íntegro y se ven obligados a firmar una tremenda remontada ante Maxi Sánchez y Mati Díaz para acceder a la final. Desde ese punto de vista, puede resultar comprensible el argumento.
Sin embargo, el circuito recurre a la preocupación sobre el estado físico de los jugadores como escudo para ocultar sus carencias organizativas. Porque es la misma organización quien determinó un día antes que la final masculina se jugase tras las semifinales sin prever la duración ni la intensidad de estos partidos. Lo anunció en su web y sirvió de convocatoria al público para una jornada que debía, incluso, retransmitir Gol Televisión.
Fernando Belasteguin, en las redes sociales, aparca hoy su habitual elocuencia para referirse a este asunto. “Nos acaban de comunicar que la final queda aplazada para mañana lunes 11hs”.
Nos acaban de comunicar que la final queda aplazada para mañana lunes 11hs. pic.twitter.com/PeVTRWUIEu
— FernandoBelasteguin (@FBelasteguin) 1 de octubre de 2017
Su compañero Pablo Lima le da algo más de dirección: “La organización del WPT ha tomado decisión de aplazar la final para mañana a las 11 AM”. ¿A instancias de sus rivales? Es lo de menos.
La organización del WPT ha tomado decisión de aplazar la final para mañana a las 11 AM. pic.twitter.com/KBm5KX9l9x
— pablo lima (@pablojoselima) 1 de octubre de 2017
Más allá de quién promueve la postergación, el escenario resultante (con la escasa información oficial ofrecida) destapa dos alternativas posibles, a cada cual más inquietante. O el circuito adolece de previsión (y por lo tanto, programó la final masculina tras las semis sin reparar en el esfuerzo físico de los jugadores) o abusa de la improvisación (y da marcha atrás en sus decisiones sin pensar en los daños colaterales). La posibilidad de que ambos factores confluyan es terrible.
“Les pedimos disculpas en nombre de la organización del torneo y de World Padel Tour y les agradecemos la comprensión hacia los jugadores del circuito que son los principales actores”. En efecto, los y las jugadores deben ser los protagonistas. Lo son hoy para poner a salvo su salud; lo eran también el sábado cuando no se estimó la (no) idoneidad de hacer coincidir semifinal y final en la misma jornada; lo eran en Miami cuando les obligaron a jugar en un arenal en mitad de un vendaval; y lo son cuando les reducen el streaming y les restan posibilidades, por ejemplo.
No siempre tiene en cuenta la nueva dirección de World Padel Tour el rol de los/as jugadores/as y tampoco, desde luego, cuando la consideración es hacia el público. La afición de Barcelona, Valladolid o La Nucía, entre otras, puede dar fe de ello. Como ahora la de Andorra. Convocar la final masculina un día antes y suspenderla de repente con las gradas llenas es el último ejemplo de ello. Lo agrava la información ofrecida, un intento grosero de ocultar la improvisación o la falta de planificación cuando ya no hay alternativas posibles.
«La final se celebrará mañana a partir de las 11 de la mañana en esta misma pista”, informa el periodista de WPT mientras el público eleva sus quejas y las transforma en silbidos. «Queremos informar que la organización del Vallbanc Andorra Open reintegrará el importe, repito, queremos informar que la organización del Vallbanc Andorra Open reintegrará el importe de las localidades a aquellos que no puedan asistir a la misma». En la web, la información es similar.
Este mismo equipo de Comunicación, dirigido por Enrique Marqués, (sin el periodista Lalo Alzueta) tuvo un bautismo estrepitoso en La Nucía en agosto de 2016 en el que dejó un pavoroso ejemplo de gestión informativa.
Cronología de un esperpento: el bochornoso silencio de World Padel Tour en La Nucía
Un año después, en Andorra, mantiene su línea de actuación. Demora en tiempos de inmediatez. Opacidad en época de demanda de transparencia. Por más que se engañen, ni la afición ni los jugadores lo aguantan todo. Desde luego, no el padel. Tal vez cuando lo comprendan, sea tarde.
“Perdonen y muchas gracias”. La despedida a pie de pista del locutor está a la altura de lo sucedido.