Las dos semifinales del Santander WOpen 2019 son el relato de dos regresos. Por un lado, el de dos hermanas que han estado siete meses separadas en las pistas. Por otro, el de una dupla que ha tardado el mismo tiempo en reconocerse sobre la moqueta.
Ambas han vivido un curso tormentoso por distintos motivos y ahora, en la recta final, emergen para recordar los duelos en la cima que mantuvieron en 2018.
Santander será testigo de uno de ellos.
Semifinales del WOpen de Santander 2019
Gran jornada de pádel la vivida en el Pabellón de La Albericia. Las semifinales del WOpen de Santander han regalado dos vibrantes partidos que recuperan una de las finales más destacadas de la temporada anterior.
Las gemelas Alayeto repiten camino
Santander asiste un duelo trepidante, un enfrentamiento que confronta dos estilos antagónicos. Es un pulso entre dos parejas que sufren una barbaridad para deleite de la grada.
Ocurrió así en cuartos del Open de Menorca y se reproduce de la misma manera en esta semifinal del Santander WOpen 2019.
No es sólo una pugna entre las parejas 1 y 3 del ranking. Se trata, en verdad, de una oposición de estilos entre dos parejas diseñadas para estar en lo más alto. Y cada una encuentra en la otra aquello que más le hace sufrir.
Nadie defiende tanto como Las Martas. Nadie ataca tanto como las gemelas Alayeto. Así que el resultado es intenso, vibrante, precioso, desde el primer minuto.
Se amenazan ambas parejas los saques iniciales hasta que las aragonesas, en el cuarto, aciertan con el break (3-1).
Las hermanas Sánchez Alayeto se encaraman a la cinta sin titubeos y tratan de mandar desde allí. Es su seña de identidad. Pero el ejercicio defensivo con el que se encuentran es tan exigente que, en muchos momentos, las consume. Marrero y Ortega, dos gladiadoras, devuelven el golpe en el tercero e igualan el electrónico (3-3).
Pero Mapi y Majo mantienen el trazo. Confían en que su persistencia acabe erosionando la roca de sus adversarias. Lo consiguen en el octavo con una rotura que les permite amarrar el primer set (6-4).
En el segundo capítulo, sin embargo, son las números uno las que cogen ventaja desde el inicio (2-0). La primorosa exhibición defensiva de Martita Ortega achica los espacios a sus rivales y permite a Marrero irrumpir con firmeza.
Pero las zaragozanas insisten en la fórmula y, en el sexto, consiguen una rotura que vuelve a nivelarlo todo (3-3).
El pulso es muy igualado. La madrileña de Adidas se agita sin descanso en un encomiable vaivén que da respuesta al asfixiante acoso de las hermanas.
Hasta que en el octavo juego, como en el primer set, las de Jorge Martínez encuentran la manera de desequilibrar la contienda. Lo hacen con una rotura que consolidan con su saque para hacerse con el triunfo (6-3).
La victoria les abre la puerta de su segunda final del año, la segunda consecutiva.
- Resultado: Alayeto – Alayeto a Marrero – Ortega (6-4 y 6-3).
El exorcismo de Triay y Sainz les abre las puertas de la final
Cinco meses y medio después, Lucía Sainz y Gemma Triay vuelven a una final. Su clasificación en este WOpen de Santander esconde, además, una magnífica metáfora de la travesía que han afrontado en un curso lleno de lesiones físicas y mermas anímicas.
Comenzaron el año como favoritas a lo máximo y fue, precisamente, ante las rivales de esta semifinal del WOpen cuando empezaron a descubrir el tormento que tenían por delante.
Gemma y Lucía perdieron en marzo con Paula Josemaría y Ana Catarina Nogueira en Marbella. Fue la primera gran campanada de esta pareja que ni siquiera estaba en el Top 8 y que hoy cierra el Top 4 mientras luce un título en sus vitrinas.
Triay y Sainz, en cambio, no han estrenado aún su palmarés. Sólo han jugado una final (la perdieron en el Open de Vigo) y hasta han cambiado de entrenador (dejaron a Marcela Ferrari y se han encomendado a Rodri Ovide).
Son dos parejas que han cruzado sus miradas desde que se encontraron en el primer torneo del año. Paulita y La Portu no han dejado de mirar hacia arriba. Gemma y Triay no han podido evitar hacerlo hacia abajo.
Esta semi del WOpen las sitúan, por cuarta vez, cara a cara. En Suecia, ni llegaron a enfrentarse por lesión de Gemma. Y en Madrid, volvió a imponerse la pareja hispano-lusa en su camino hacia su gran primer trofeo profesional.
Por momentos, en Santander, parece que se impone ese mismo relato porque el inicio de partido es un infierno para Triay y Sainz. Irregulares en su juego, sufren ante el dictado de sus contrarias que marcan el ritmo.
El parcial inicial de 3-0 con el que mandan Paulita y La Portu encuentra continuidad con un 5-2 y dos opciones para anotarse el set.
Son momentos en los que Gemma y Lucía vuelven a esas oscuras catacumbas que las han estado consumiendo. Y no caen del todo porque sus contrarias, con todo para cerrar el primer acto, se atropellan a sí mismas. Desperdician ese 40-15 y acaban perdiendo el saque (5-3).
Sobre la moqueta, más allá de la pugna psicológica (unas por decidir, las otras por engancharse), ese balón de oxígeno descubre un cambio de sentido en el juego.
Lo hace de la mano de Lucía que, poco a poco, afianza su paso y le mete cloroformo a los intercambios. La catalana insiste en paralelo y sólo se concede como recurso el pasillo central para evitar el achique de espacios de Nogueira y, al mismo tiempo, obligar a desplazarse a Paulita a ese espacio.
Todo ello le da pista a Gemma que se conecta al partido. Así, en el décimo, consiguen otro break que equilibra el marcador (5-5).

A esas alturas, Triay y Sainz aún no han vuelto de su exilio pero sí han conseguido trasladar el duelo a esa ciénaga de las dudas que ahora aprisiona también a sus rivales. Y ahí se manejan mucho mejor.
Dueñas del ritmo, más cómodas con las riendas, las de Rodri Ovide acaban despeñando a sus adversarias. La Portu, diluida; Paulita, desesperada, no pueden impedirlo.
En el duodécimo, tras un parcial de 5-0, Lucía y Gemma completan su fenomenal remontada, se anotan el set y cambian, por completo, el signo del partido (7-5).
Porque la pugna en el segundo set está abierta por completo. Mantienen el esquema Lucía y Gemma. Se rebelan Nogueira y Josemaría, conscientes de que deben recuperar el trazo del comienzo.
El pulso lo marca, sobre todo, lo que ocurre en el canal que conecta a Lucía y a Ana Catarina. Ahí se cuece cada intercambio que se desnivela desde el acierto de Paulita o de Gemma.
Un break en el cuarto juego permite a la pareja 6 coger distancia (3-1). Pero sus rivales reaccionan con grandeza.
Devuelven el golpe de inmediato y equilibran el marcador (3-3). No se detienen ahí. En el séptimo, con una nueva rotura, Josemaría y Nogueira inclinan de su lado el duelo (3-4). Su acelerón completa un demoledor parcial de 6-0 que les entrega el segundo acto (3-6).
El golpe sufrido por Triay y Sainz es de tal calibre que no hace mucho las hubiera hundido sin remedio. Ahora, en cambio, no ocurre así. Ya lo demostraron en cuartos rehaciéndose ante Tamara Icardo y Sandra Hernández.
También Paula y Ana Catarina sufrieron enormes adversidades ante Carol y Ceci en la ronda anterior y las superaron.
El inicio de este tercer set es muy igualado hasta que encuentra un claro punto de inflexión. Es el quinto juego. Disputado, kilométrico. Un campo de minas que impulsa definitivamente a una de las dos parejas. Saca Nogueira. Ni ella ni su compañera amarran el servicio. Se imponen sus rivales que adquieren la ventaja decisiva (3-2).
Triay y Sainz gestionan con acierto la brecha y culminan su vuelta a la superficie con otro break en el noveno (6-3); el que les da el triunfo en este partido; el primero que logran ante esta pareja; el que les eleva a su segunda final del curso.
Es el exorcismo de Lucía y Gemma.
- Resultado: Triay – Sainz a Nogueira – Josemaría (7-5, 3-6 y 6-3).