Con 6-5 a favor de sus rivales en el primer set, Matías Díaz recibió atención médica en su gemelo derecho por primera vez en el encuentro. Luego ocurrió en dos ocasiones más y acabó con un notorio vendaje en la zona y la movilidad algo limitada.
Para entonces, ya había perdido el primer set 7-5 y sus rivales, Lamperti y Bergamini, le buscaban con especial ahínco. Él y su compañero Maxi Sánchez se estaban jugando el pase a semifinales del Vuelve a Madrid Open2020 ante dos oponentes que volaban sobre la moqueta. No era una gran noticia tener problemas físicos en esta batalla; todavía menos, si era desde tan pronto y con la obligación de remontar.
El Warrior, sin embargo, no se alteró. Tenía claro hasta dónde podía forzar su pierna, así que tiró de oficio y se acomodó a las circunstancias sin regalar lamento alguno. A cualquier otro, la lesión le hubiera valido como excusa. A Mati, no. Ponderó el riesgo de una dolencia más grave, eligió bien los esfuerzos e hizo su trabajo de la manera más eficaz y eficiente posible. Sobre esa determinación, Maxi pudo abarcar pista, coger vuelo y achicar espacios.
Dos horas y 35 minutos después de comenzar aquel encuentro, Matías Díaz cerró el triunfo con su propio saque (5-7, 7-6 y 7-5). Como es costumbre, el hombre no se regaló ni un gesto. Cumplió con lo que debía. Una vez más.
Matías Díaz: un salvavidas infalible
“Para mí, jugar al lado de Mati, por más que juguemos dos horas y media, es un placer. Lo deja todo en cada bola y me gusta la sensación de trabajo que presentamos dentro de la pista, por eso nos ayudamos y hacemos un buen equipo”.
Fue Maxi Sánchez quien pronunció aquellas palabras ante el micro oficial de World Padel Tour tras el partido. Pero bien pudo haber sido cualquiera de los demás compañeros que el de Star Vie ha tenido a lo largo de su carrera: Franco Stupaczuk, Alejandro Galán, Paquito Navarro, Cristian Gutiérrez, Bebe Auguste, Miguel Lamperti o Gastón Malacalza, entre otros.
Todos estos nombres ilustres del pádel encontraron, en algún momento de su carrera, el infalible sostén de Matías Díaz en la derecha. Como le ocurre ahora a Maxi.
El Tiburón de Villa Mercedes recurrió a este viejo amigo (con quien ya formó pareja en 2016 y 2017) tras liquidar su sociedad con Sanyo Gutiérrez. Fueron dos temporadas en las que Maxi y Sanyo pelearon por la cima, llegaron a ser números uno y acabaron en 2020 con cinco títulos, los mismos que los números uno.
Sin duda, hubo más luces que sombras pero éstas, aunque pocas, fueron muy oscuras. El deterioro deportivo de la pareja arrojó episodios sobre la pista para olvidar. Desconexiones inexplicables que costaron partidos y títulos. Aquello, poco a poco, alteró el ecosistema de la dupla y acabó minando la confianza de Maxi Sánchez que, en algunos momentos, fue un jugador irreconocible.
Rota la sociedad, Maxi recurrió, de nuevo, a la fórmula Warrior. La fiabilidad de Mati, su profesionalidad y su entrega innegociable son la mejor receta para que el de Bullpadel recupere su mejor versión. Va camino de ello. Por lo pronto, Sánchez ya se permite fallar una pelota para atreverse sin reparos en la siguiente. Y eso ya es mucho.
Maxi sabe que, en este binomio, no le basta con ser sólido sino que, además, tiene que ser incisivo, soltarse para definir. A cambio, tiene claro que no encontrará reproche alguno en Matías Díaz. Ni un mal gesto, ni siquiera, indiferencia. Todo lo contrario. El Warrior es absolutamente ejemplar en este sentido. Es el primero que acude a animar, a ofrecer aliento, y tras cada fallo, sea propio o del compañero, se conjura para resarcirlo.
En verdad, es parte del secreto de este jugador: su actitud. Los otros dos factores de la ecuación son entrega y el talento cultivado mediante una disciplina inquebrantable.
El resultado lo conocen bien todos sus compañeros: todos han mejorado junto a él. Los que querían buscar un paso más en su crecimiento, se encontraron con que dieron dos. Los que se habían extraviado, acabaron reencontrándose.
Matías Díaz es el mejor punto de apoyo posible para tomar impulso o recuperar el paso perdido.

Una actitud impecable
El bonaerense es un aliado incondicional. No pierde el paso nunca. Ni por el fallo propio ni por el error ajeno. Cuando ocurre lo segundo, cuando es el compañero quien marra, ahí asoma el bueno de Mati para levantarle sin objeción alguna. Mano tendida, vista al frente y a por la siguiente bola como si fuera la última.
Cuando el error sale de su propia pala, se lamenta como si le hubiera fallado a su partner y se dispone a enmendarse. El jugador no se da un respiro a sí mismo.
Es un maestro que combina la exigencia extrema hacia sí mismo con la indulgencia hacia el fallo de su compañero pero siempre con el compromiso de que el siguiente punto debe caer de su lado. Esto es innegociable.
Entrega sin reservas
Matías Díaz por los suelos. Da igual cuando leas esto. El jugador busca cada pelota incluso más allá de lo razonable. En cada torneo, prácticamente en cada partido, hay alguna instantánea del Warrior con el pecho en la moqueta buscando alguna pelota. Su pelea es tan ejemplar que compromete a sus compañeros. A todos, fajadores y virgueros. O lo entregan todo a su lado o quedan en evidencia.

Un juego que no deja de crecer
El hombre mide 1,68 metros. Es el más bajo de todos los jugadores del cuadro de favoritos. Sin embargo, su juego no deja de crecer. Nunca lo ha hecho. Su padre, Roberto Díaz, director del CEPAC (Centro de Entrenamiento de Pádel de Alta Competencia), cuna de varias figuras del pádel argentino (entre ellas, Fernando Belasteguin), lo explica con mucha claridad. “Gonzalo tenía mucha facilidad. Era mucho más dúctil que Matías. A Matías le costaba más, lo que pasa es que Matías se quedaba diez horas hasta que le salía. A él (Godo) le salía en 5 minutos y se iba a jugar con los amigos”. No, Mati Díaz no dejaba de intentarlo. Nunca lo ha hecho. El trabajo ha sido la clave de su éxito.
Por eso, cada año Mati ha ido incorporando soluciones nuevas que le han permitido ser mejor jugador y poder mantenerse competitivo en un pádel que devora a los rezagados. El Warrior sabe jugar escalonado con su compañero para no perder iniciativa. Ha ajustado la víbora y la aprieta o la desacelera a conveniencia. Se atreve con el remate cuando es necesario. Maneja el juego desde el fondo con una firmeza brillante y un revés sobresaliente,… El suyo es un repertorio creciente que no siempre le da para derrotar a sus rivales pero sí al tiempo. Matías no pierde competitividad por mucho que pasen los años.
Lo mejor es que todas esas armas las pone al servicio del juego. Es un especialista en el lado derecho con una capacidad táctica envidiable. No se pierde en arabescos. Le da a cada jugada lo que necesita. Si el plan trazado desde el banco requiere que evite el cruzado para que su compañero pueda encontrar pista, el de hispano-argentino insiste en el paralelo, por arriba o por abajo, hasta que desgasta la moqueta.
Si debe buscar por alto a algunos de sus rivales para que su compañero entre a bloquear, en cada tiro busca las nubes con insistencia.
No se aparta de lo acordado. Es un soldado que siempre cumple las órdenes. No es extraño que a cada compañero le resulte muy fácil desplegarse junto a él. Saben que no les fallará.

Una carrera de fondo
El próximo 27 de septiembre, Matías Díaz Sangiorgio cumplirá 42 años y lo hará en la élite del padel mundial. Ahí ha instalado su residencia desde hace casi dos décadas. No solo es que se sostenga en el top-10 desde hace más de 15 años sino que, en esta era World Padel Tour (desde 2013), todos los años ha disputado, al menos, una final y en seis de las siete temporadas ha conquistado, al menos, un título.
Lo suyo es una carrera de fondo en la que, por más que no parta como favorito, siempre se asoma al podio.
TEMPORADA 2013 – RANKING FINAL: 6º
2013 fue la primera temporada de la era World Padel Tour. Fue el inicio del actual circuito profesional, la temporada de las finales a cinco sets (un experimento que duró dos años).
Fue el primero de los dos años que Matías Díaz jugó junto a Cristian Gutiérrez. Con él, ganó en ese primer año dos títulos (inolvidable fue aquella larguísima final en A Coruña) y fue subcampeón en cuatro ocasiones.
Ambos son jugadores de derecha así que fue Cristian quien se trasladó a la posición de revés. Sin embargo, él y Mati permutaban sus posiciones sobre la pista para aprovechar la potencia del Warrior, darle respiro a Cristian y sacarle el máximo partido a su talento inmenso en su posición natural.
Matías Díaz acabó el año en la 6ª plaza del primer ranking WPT.
Campeón | Subcampeón |
A Coruña 2013: · 6-7, 7-6, 6-1, 6-3 y 6-3 a Mieres – Lima | Puerto Santa María 2013: · 6-3, 6-2 y 6-3 con Mieres – Lima |
Santander 2013: · 7-6, 6-1 y 7-5 a Mieres – Lima | La Nucía 2013: · 6-3, 6-4 y 6-4 con Bela – JMD |
— | Buenos Aires 2013: · 4-6, 7-6, 6-2 y 6-3 con Maxi – Sanyo |
— | Villa Carlos Paz 2013: · 6-7, 6-1, 6-2 y abandono por lesión de Cristian |

TEMPORADA 2014 – RANKING FINAL: 9º
El segundo año de la alianza entre Cristian y Mati no resultó como el primero. Solo disputaron una final y la perdieron ante Los Reyes, Fernando Belasteguin y Juan Martín Díaz.
El declive de la dupla fue evidente. No lograron sacar provecho de una movilidad que les exigía demasiado a nivel físico. Lo pagó, sobre todo, Cristian Gutiérrez, con menos fuelle que su compañero aunque son de la misma generación.
Fue su último año como pareja y el único de la era World Padel Tour en el que Matías Díaz no pudo levantar un trofeo. Acabó en la 9ª posición del ranking World Padel Tour.
Campeón | Subcampeón |
— | Alcobendas 2014: · 6-4, 4-6, 5-7, 6-3 y 6-4 con Bela – JMD |

TEMPORADA 2015 – RANKING FINAL: 3º
En la temporada 2015, Matías Díaz unió su camino al de Paquito Navarro. La apuesta dio sus frutos enseguida: ganaron el primer torneo de la temporada.
Es cierto que fue su único título del curso pero tuvieron opciones de ganar algunos más. Mati y Paquito disputaron un total de seis finales ese año, incluyendo la del Master Final.
Junto a Paquito, el Warrior ofreció un rendimiento espléndido. Él y el andaluz, que había ganado sus primeros dos títulos profesionales a finales de 2014 con Grabiel, se convirtieron en la alternativa a Bela y Lima, una dupla que arrasó con 11 títulos en su primera temporada.
Mati y su compañero fueron, junto a Maxi y Juan Martín, los que mayor batalla presentaron.
Acabó la temporada en el puesto 3 del ranking.
Campeón | Subcampeón |
Barcelona 2015: · 6-1 y 6-2 a Capra – Gutierrez | San Fernando 2015: · 6-4 y 6-3 con Bela – Lahoz |
— | La Palma 2015: · 6-2 y 7-6 con Bela – Lahoz |
— | Valladolid 2015: · 7-6, 6-7 y 7-6 con Bela – Lima |
— | Montecarlo 2015: · 6-3 y 6-1 con Bela – Lima |
— | Madrid 2015: · 6-3 y 7-6 con Sanyo – Mieres |

TEMPORADA 2016 – RANKING FINAL: 5º
Solo duró un año junto a Paquito Navarro. El sevillano se unió a Sanyo Gutiérrez en 2016 y se convirtió en alternativa clara a los dominadores Belasteguin y Lima.
Matías Díaz, por su parte, formó proyecto con Maxi Sanchez. El Tiburón venía de jugar una temporada con Juan Martín Díaz con quien firmó cinco finales y un título: el Master Final de 2015.
Sin embargo, la presión junto a El Galleguito fue tremenda (reconocida por el propio jugador). Así que el de Villa Mercedes se refugió en el Warrior y juntos se convirtieron en la tercera pareja del ranking, o mejor dicho, la primera dupla más allá de la pugna trepidante que libraron Bela – Lima y Paquito – Sanyo.
Mati y Maxi disputaron 5 finales y ganaron un título. El de Buenos Aires acabó el año en la 5ª plaza de la clasificación de World Padel Tour.
Campeón | Subcampeón |
Mendoza 2016: · 6-4 y 7-5 a Paquito – Sanyo | Gijón 2016: · 6-1 y 6-4 con Bela – Lima |
— | Valencia 2016: · 7-6 y 7-6 con Paquito – Sanyo |
— | Montecarlo 2016: · 6-3 y 6-2 con Bela – Lima |
— | Zaragoza 2016: · 6-1 y 6-2 con Bela – Lima |
TEMPORADA 2017 – RANKING FINAL: 5º
Repitió periplo Matías Díaz con Maxi Sánchez en 2017. De nuevo, la dupla rocosa lideró el pelotón de parejas más allá del pulso entre Paquito y Sanyo con Bela y Lima.
El Warrior y El Tiburón volvieron a repetir en cinco finales y conquistaron un título. Lo hicieron en Bilbao, una plaza muy especial para el Sangiorgio que mantiene una conexión directa con la ciudad (sus hijas nacieron allí).
Ese ha sido, hasta el momento, el último título de esta pareja.
Mati acabó, otra vez, en la 5ª plaza del ranking.
Campeón | Subcampeón |
Bilbao 2017: · 7-6, 4-6 y 6-1 a Bela – Lima | Mijas 2017: · 5-7, 6-4 y 6-4 con Stupa – Gutiérrez |
— | Las Palmas 2017: · 7-5 y 6-1 con Stupa – Gutiérrez |
— | Zaragoza 2017: · 6-4 y 6-2 con Bela – Lima |
— | Master Final 2017: · 6-3 y 6-2 con Bela – Lima |

TEMPORADA 2018 – RANKING FINAL: 6º
En 2018, Maxi se unió a Sanyo Gutiérrez para dar forma a la dupla que acabaría dominando el ranking.
Mati, en cambio, se juntó con Ale Galán, un joven madrileño sin palmarés aún en el circuito que despuntaba por su potencia y atrevimiento.
Junto al Warrior, Galán terminó de explotar y consiguió sus primeros entorchados World Padel Tour. Fue, junto a 2013, la temporada en la que Matías Díaz cosechó más títulos: Valladolid y Lugo.
Acabó en la 6ª posición del raking.
Campeón | Subcampeón |
Valladolid 2018: · 7-5, 3-6 y 6-3 a Maxi – Sanyo | — |
Lugo 2018: · 6-0 y 6-4 a Capra – Moyano | — |

TEMPORADA 2019 – RANKING FINAL: 9º
La temporada 2019 fue muy complicada para el Warrior. Galán formó junto a Juani Mieres (aunque luego le dejó y se unió a Lima) y Matías Díaz se alió con otro prometedor joven, Franco Stupaczuk.
Las expectativas en torno a la pareja eran amplias. Stupa venía de despuntar tras dos temporadas junto a un Cristian muy castigado físicamente y Mati podía aportar su consistencia y experiencia para el despegue definitivo del argentino.
No fue así. El de Star Vie arrancó el curso con problemas físicos que le mermaron en el primer torneo (Marbella) y le impidieron saltar a la pista en el segundo (Stupa tuvo que buscar un compañero provisional para Logroño).
La lesión dificultó su puesta a punto en pretemporada y, cuando regresó, tuvo que ir con cuidado.
A la pareja le faltó regularidad en un año en el que tres parejas disputaron hasta el final la primera plaza del ranking.
Aún así, Mati logró un título y disputó dos finales. En Córdoba, él y Stupa mostraron el potencial que se les adivinaba y levantaron el trofeo de campeones.
Sin embargo, en este 2019, Matías Díaz fue menos fiable de lo habitual y su compañero, menos atrevido de lo que venía siendo. Aún así, terminó en la 9ª plaza de la clasificación.
Campeón | Subcampeón |
Córdoba 2019: · 6-3 y 6-2 a Paquito – Lebrón | Bastad 2019: · 6-3 y 7-6 con Paquito – Lebrón |

TEMPORADA 2020 – EN CURSO
La anómala temporada 2020 está en curso. De momento, son tres los torneos disputados y Matías Díaz ya suma dos semifinales y unos cuartos de final.
Aún no ha podido pelear por ningún título este año. El hispano-argentino no se apura y junto a Maxi Sánchez mantiene el rumbo. La competencia es tremenda pero conviene no descartar a Matías Díaz y su fórmula de la juventud. El Warrior es un valor seguro.
