La descomunal cumbre se eleva ante ellos. Es el Annapurna el que amenaza con devorarles tras haber logrado coronar el Himalaya. Todo es ya territorio de depredadores.
Allí, justo al otro lado de la red, dos titanes les atormentan sin descanso, sin respiro, sin concesiones. Percute con todo Juanjo Gutiérrez por arriba. Poderoso, intimidante, sublime. Teje Matías Marina el hilo del juego, afilado, imprevisible, decidido.
No hay resquicio para Jesús Espejo y Javi Ruiz frente a dos rivales que les exigen desde la primera bola en esta final de la III Open Benéfico de Padel del club Matagrande (Antequera).
La pareja hispano-argentina empina el encuentro desde el principio, prevenida por el estrépito de la brillante victoria (7-5 y 6-4) que sus rivales logran ante Germán Tamame y Guillermo Demianiuk en semifinales. Por eso, de inmediato, Juanjo y Matías arremeten contra la servicio inicial a cargo de Javi.
Con una voracidad irrefrenable y una firmeza impecable, el malagueño y la perla de Dunlop abren tres bolas de break en el arranque. Una sensacional bajada de pared de revés de Gutiérrez perfora en paralelo y provoca una brecha en el primer juego (0-1).
Parte el malagueño de Wilson, inicialmente, desde el revés. La derecha queda para Marina. Es la parrilla de salida de esta dupla que permuta de lado en cada saque. La propuesta borra sus huellas y complica el patrón de juego a sus rivales.
Espejo y Ruiz tardan en descifrar el enigma. Les cuesta, al principio, evitar el mazo de Juanjo, inconmensurable por alto en este tramo.
Sin embargo, y pese a las dificultades, no se descomponen los granadinos. Peli, desde el revés, es el primero en tomarle el pulso al duelo. Javi le va a la zaga. Se ajustan con el saque para contener la presión contraria, pero les falta empuje al resto.
Juanjo y Mati se anotan en blanco dos de sus cuatro primeros servicios, una solidez que les vale para mantener la distancia (3-5). Es oficio y mucho padel lo que les deja a un palmo de cerrar la primera manga.
Nada insinúa el vuelco que está a punto de sufrir el enfrentamiento.
La cinta certifica el vuelco del primer set
Juanjo es quien sirve para clausurar el primer set. Un 40-15 mantiene la tendencia al saque y pone en la balanza dos bolas de set.
Espejo y Javi Ruiz, en plena persecución, no han encontrado ni un resquicio para filtrar su juego. La consistencia de sus oponentes, la solidez del juego rival, les ha impedido disponer de ocasión alguna. Ahora, no obstante, cuando el telón está a punto de caer sobre la escena en este primer acto, un nuevo horizonte se abre de imprevisto ante la pareja de Granada.
Dos errores seguidos de Juanjo complican su saque. Es una volea que deja en la red y un remate que manda al cristal, el primero que falla en todo el encuentro el malagueño.
Con 40-40, el azar juega a favor de Peli y Javi. La cinta les concede a los granadinos la primera oportunidad de break en una decena de juegos. El de Wilson se atrapa por alto de manera inesperada y estrella en la red una bandeja (5-5).
Es la rendija en la muralla, la pequeña grieta en el dique. Suficiente para que el padel sinuoso y valiente de Espejo y Ruiz se abra paso justo a tiempo.
Tras anotarse el saque propio en el undécimo, por primera vez, toman ventaja. Es Marina quien saca para el tie break. Pero se le tuerce el plan. Juanjo remata con 30-30. Javi Ruiz, eléctrico, vuela y, junto a la red, saca por cuatro metros la bola. De nuevo, en pleno ejercicio de funambulismo, la cinta decanta la suerte. Otra vez, contraria a Juanjo y Matías (7-5). Dos instantes de adversidad que tambalean el transcurso inicial del encuentro.
La firma de la remontada, no obstante, la pone en verdad la disposición al trabajo de los granadinos, su capacidad para sufrir y no descolgarse; su habilidad para aprovechar las dos únicas concesiones de sus contrincantes y llevarse el primer set.
Espejo y Ruiz se aplican al resto
Se agita el encuentro en el segundo. Se iguala mucho la contienda. Aprietan cada uno los saques. En blanco se anota Javi el suyo (1-0), del mismo modo, lo hace Juanjo con su servicio (1-1). Algo ha cambiado, sin embargo, en el enfrentamiento.
Espejo, desde el revés, ha desentrañado ya la escena y aplica una fórmula que empieza a darle resultados. Ágil y flexible en torno a la cinta, se atrinchera en la esquina cuando debe y trabaja con calma y tesón sobre Juanjo. Le mide por arriba, ya sin miedo a su remate. El frío de Antequera apaga poco a poco el cañón del malagueño. De esta forma, va ganando metros el granadino para coger cinta y, al mismo tiempo, mantiene a su rival en zonas menos dañinas.
Es Matías, desde la derecha, quien trata de cambiar la dinámica con arrebatos explosivos. Secuencias de tres golpes en las que se planta cara a cara ante Javi Ruiz para medirse en un duelo sin refugio en torno a la red. El granadino, sin embargo, es el vencedor de la mayor parte de esos escarceos. Su brazo firme y poderoso marca la raya, frena la acometida y provoca el fallo rival.
Dos bolas de break están a punto de desequilibrar el juego. Ocurre en el sexto con saque de Juanjo. Mati, hiperactivo y algo impreciso en este juego, resulta determinante en las dos ocasiones para resolver el peligro y mantener la igualada (3-3).
El aviso, no obstante, queda grabado. Y se vuelve a repetir en el décimo, en otro saque del malagueño de Wilson. Esta vez, la amenaza puede ser definitiva. Una bajada de pared de Marina, tocadita, cruzada, se le queda en la red y les otorga la posibilidad de cerrar el partido a sus oponentes que ganan por 5-4. Lo tiene todo a su favor, Javi Ruiz, para lograrlo en la red. Algo forzado, y de revés, no se atreve a sacar la bola de pista y ve cómo se esfuma su oportunidad.
Espejo, espléndido, genera la segunda opción al apretar la bola y provocar el fallo de su rival de Dunlop. La premura por cerrar lo conseguido, no obstante, lleva al granadino a forzar demasiado después. Peli manda su volea al cristal de fondo. Dos errores más del de Black Crown permite a sus rivales tomar aire y mantenerse a flote (5-5) tras levantar dos bolas de partido.
Pero no serán las únicas. En pleno terreno abisal, con las profundidades preparadas para engullir a los autores de cualquier paso en falso, el servicio de Matías se mete en apuros cuando Espejo gana su duelo contra Juanjo. Es la tercera bola de partido para los de Granada. Una vez más, las ganas de triunfo, la avidez de gloria, la codicia por atajar para llegar antes, oscurece el final del trayecto y les impide alcanzar la meta.
Peli, con la bola en pleno vuelo, quiere sorprender, quiere resolver, busca finiquitar pero remata directamente al cristal. El juego, perdida la ocasión, es para Juanjo Gutiérrez y Matías Marina, tras un descomunal trabajo que les permite mantener el pulso (6-6).
Tie break con opciones para ambas parejas
Se traslada el duelo al alambre. Sin red debajo para la dupla hispano-argentina, el tie break les abre la oportunidad de continuar su trayecto o les envía directamente al averno. Se nota en el comienzo.
Sigue Mati, sigue Mati!, se desgañita su compañero ante un remate de Javi Ruiz que el de Dunlop gana en la red. Los granadinos aflojan el paso. El brazo se encoge. La pala gana peso. Crecen los rivales que se ponen 2-5. No logran, sin embargo, Juanjo y Marina conquistar ninguno de los dos saques de Ruiz. Lo peor es que tampoco aprovechan, a continuación, el servicio de Juanjo. El parcial de 4-0 pone de nuevo contra las cuerdas al malagueño y su compañero (6-5).
Si bien, el cuarto match ball del partido vuelve a disolverse en el aire con un fallo con la volea de Javier Ruiz (6-6). La quinta ocasión de matar el partido (7-6) también se esfuma, esta vez, gracias a un remate de Juanjo.
La tensión achica espacios. La presión cierra huecos y eleva la red. Las emociones confunden un juego en el que el instinto le puede al orden.
Las ocasiones perdidas de unos son oportunidades salvadas de otros. Lo que para uno incrementa el lastre, para otros aligera el vuelo. Así, a punto están Mati y Juanjo de resolver a su favor el tie break en el decimoquinto punto. Juanjo salva un remate y Marina emerge en la red para cerrar cruzado con la volea (7-8). La oportunidad de Gutiérrez y Marina es propicia para enderezar lo ocurrido y comenzar un nuevo relato en el tercer set. Pero una volea de Matías, en el último momento, se estrella en la red y recupera la agonía (8-8).
La decepción cambia de lado. Una sensacional tocadita de Javi pilla a Marina en su lado (9-8). Esta vez, a la sexta, llega la sentencia. Juanjo tira de mazo. Peli Espejo vuela en la red y saca por cuatro metros la bola (10-8).
El triunfo corona a la formidable pareja granadina que inscribe su nombre en el III Open Benéfico de Padel del club Matagrande. Sus dos conquistas World Padel Tour, en semifinales (Demianiuk – Tamame) y en la final, elevan aún más la magnífica victoria de estos dos espléndidos jugadores.
