Inés, orgullosa, presencia desde la grada el despliegue felino de su hijo en la pista. Recién llegada de México, asiste a una exhibición de constancia y firmeza, de ímpetu y determinación. Gabo Loredo brilla en la central de Ocean Pádel Club. Junto a él, se eleva el marbellí Fran González, el hombre sereno, un asesino impasible con guantes de terciopelo que te destroza desde la derecha.
Ambos vuelan sobre la cancha ante la atenta mirada de Inés que no pierde detalle del espectáculo que ofrece la final de 1ª masculina del I Open Malakapadel y ScreamPadel, disputado del 22 al 24 de marzo de 2013.
La dupla de San Pedro Alcántara llega tras derrotar, por la mañana, a Sergio Contreras y Fran Ramírez (6-4 y 6-2), las penúltimas víctimas de un recorrido que comienza frente a Javi Fernández e Iñaki Moreno, y que tiene continuidad ante Dani Salcedo y Javi Márquez.
Sus rivales, en cambio, apenas abandonan la pista tras imponerse en la otra semifinal. Sergio Beracierto y Francis Tobaria se aprovechan del súbito hundimiento de Cayetano Rocafort y Juan Lebrón en el segundo set para lograr el pase al último peldaño del cuadro (7-5 y 6-0). En primera ronda, han eliminado a Villafañe y José Huertas; y a continuación, a Jesús Marquet y Manu Fernández.
La semi, sin embargo, esconde un caro peaje para la pareja malagueña. Tobaria, con 4-0 en el segundo set, sufre un leve tirón en su pierna izquierda. Las molestias no le incomodan para acabar ese encuentro, pero sí amenazan la final frente a unos exigentes adversarios que van a imponer un ritmo elevado de juego.
Lo confirman Gabo y Fran en el arranque de partido. Aprietan sobre el saque de Beracierto en el segundo juego y se anotan un tempranero break tras un error de Tobaria con la volea (2-0).

El de Middle Moon y su compañero tienen la oportunidad, a continuación, de devolver la afrenta. Pero tres errores consecutivos de Francis desaprovechan un amenazante 0-30 al servicio de González.
Fran y Gabo tienen clara su hoja de ruta. Huyen del mazo de Tobaria. Evitan su pegada. El mexicano se reta con Sergio en el cruzado. Le fija en la red, le busca en las alturas, le gana metros junto a la cinta. Desde allí, el de Nueva Alcántara impone por su exuberancia física.
Su compañero, imperturbable, acierta casi siempre en su elección. De apariencia calmada y movimientos serenos, Fran González no rehúye el cuerpo a cuerpo. Oculta cada golpe, plantea un enigma imposible de descifrar en cada bola, hasta que él mismo decide resolver el misterio, en paralelo o cruzado; tocadita o con potencia; buscando los ángulos o por el centro.
Ambos se quedan a un paso de ampliar la brecha en el cuarto. Sufre Tobaria con su servicio. Tres errores suyos de nuevo ponen en bandeja la rotura. Pero Gabo y su pareja de Varlion desaprovechan dos bolas de break (3-1).
Respiran Sergio y Francis. Algo menos éste último que sabe que no podrá esconder por mucho tiempo la debilidad latente en su pierna izquierda.

Superado el escollo, los dos malagueños afrontan el quinto con la aspiración de nivelar la contienda. Inmenso está Beracierto en este tramo sosteniendo el juego desde el revés para apretar el servicio de Gabo.
Al otro lado de la red, Fran González acepta el desafío y maravilla con un par de golpes mágicos que evitan apuros mayores. Entre medias, Tobaria exprime su talento para ocultar su creciente limitación física, y regala un golpe imposible por detrás de la espalda que se apoya en el cristal lateral para cruzar al otro campo.
El juego cae del lado de la pareja marbellí (4-1) que, unos minutos después, rugen al unísono con los puños apretados. Ocurre cuando, tras desaprovechar una pelota de break, aciertan a la segunda para quebrar el saque de Beracierto. Levantan, primero, un 30-0 y después, un 40-15, para anotarse finalmente el juego (5-1) con un amago de remate al que no llegan sus oponentes.
A continuación, González sirve para echar el cierre a un set impecable por su parte y la de Gabo (6-1).
El sufrimiento de Tobaria
El inicio del segundo parcial convierte en realidad lo que era una sospecha. Tobaria sufre un break en blanco en su saque (1-0). Sus gestos son elocuentes. No puedo, le indica a Beracierto en referencia a su lesión mientras recibe los ánimos de su compañero.
A partir de ahí, el despliegue del de La Capellanía se multiplica en cada punto. Sergio se expande por la pista para reducirle el terreno a su maltrecho aliado. Francis da un paso adelante buscando el auxilio de la cinta, marcando la dirección del juego hacia el revés. Con eso, y el leve bache de sus contrincantes, el partido casi cambia de rumbo.

Contra pronóstico, el saque de Gabo se enreda más de la cuenta. Tanto que él y Fran conceden dos bolas de break a sus rivales, con dos errores no forzados (primero, González falla un remate; después Loredo le estorba en la red y no se entienden por el centro).
Por fortuna para ellos, corrigen la situación a tiempo y consolidan la rotura anterior (2-0). El susto les sirve de escarmiento. No se fían de la debilidad de los contrarios. Al contrario de lo que ocurre en el primer set, Fran descuelga ahora cada pelota aérea con bandejas que mueren a los pies de Tobaria. Es ahí donde le duele al malagueño que padece un calvario para levantar esas bolas de la esquina.
Lo cierto es que así, la misión es imposible. Fran y Gabo no dan opciones. Se anotan sus respectivos servicios en blanco abortando cualquier atisbo de reacción milagrosa. Hasta que en el noveno, firman el último break para finiquitar el encuentro (6-3). Una bajada de pared de Tobaria no pasa la red y entrega la victoria a la pareja de Marbella.
El público felicita a los campeones mientras despeja las gradas.
Gabo reparte besos para su madre, Inés, y su novia, Rocío, al tiempo que extraña a su padre, Óscar, que regresó a su país días atrás.
Su compañero, Fran González, fisioterapeuta de profesión, acaba los estiramientos y atiende a su rival, Tobaria, sobre la misma pista en la que acaba de batirle. Y Beracierto se apresura en su camino a la ducha.
Todo esto sucede mientras el sonido del pádel va dejando paso a la lluvia que golpea el exterior del recinto. Se apagan los focos hasta la próxima.
