En un primer momento, el gesto es imperceptible para gran parte del público que abarrota las inmediaciones de la pista 1 de Vals Sport Cónsul. ¡Álex, Álex! El jugador argentino trata de captar la atención de su compañero. ¡No puedo! le confiesa al malagueño que acaba de fallar una pelota cuando trataba de ganar la red para zafarse del acoso rival.
La revelación, en realidad, conecta irremediablemente el relato de ese partido, la final de 1ª masculina del Torneo de Pádel Diario Sur; con el encuentro de semifinales. Pero eso, de momento, nadie lo sabe. Únicamente, el malagueño Alejandro Ruiz y su compañero, Matías Marina, que ocultan el síntoma y pugnan por coronar su brillante periplo por la competición con un triunfo ante dos poderosos adversarios: Juanjo Gutiérrez, que también juega en casa, y su pareja en el World Padel Tour, Cutu Pérez Millán.
El malagueño de Wilson y su compañero derriban la puerta de la final tras firmar una agónica victoria en semifinales (6-4, 6-7 y 4-6), una remontada imponente de unas tres horas de duración ante Guillermo Demianiuk y Chiqui Cepero, toda una delicia para los presentes, una auténtica tortura infernal para los cuatro gladiadores que han luchado por su destino en mitad de un calor asfixiante.
Exigente pero de menor duración es la clasificación de Marina y Ruiz para el último partido del cuadro. A la joven pareja le bastan dos sets para apear a Fran Tobaria y Ernesto Moreno.
Tan desigual trayecto por las dos duplas finalistas apunta al factor físico como un argumento de peso a la hora de relatar el encuentro, un condicionante clave que puede pesar en el despliegue de Gutiérrez y Pérez Millán.
La duda, en cambio, se disipa pronto. Juanjo y el argentino de Middle Moon aprietan desde el comienzo. La experimentada pareja no quiere sobresaltos que les obliguen a remar contracorriente, así que se aplican bien al saque. Desde la cinta, Juanjo dicta el ritmo. Sensacional y muy agresivo, Gutiérrez asfixia con la volea, abre ángulos imprevisibles, perfora con una descomunal pegada que intimida desde el inicio. A su lado, Cutu, pistolero silencioso, asesino impasible, está mucho más entonado que en semifinales y recurre al mazo para zanjar cualquier discusión que se prolonga demasiado.
Enfrente, Ale y Mati, sin embargo, no se arredran. Todo lo contrario. El de Vairo y su compañero se aferran a la red con el servicio y, desde allí, desarman a sus adversarios. La volea a dos manos de Marina es una incógnita que resuelve en paralelo o filtra cruzada. Alejandro, eléctrico, se multiplica para evitar el avance de sus oponentes. El duelo cruzado entre malagueños es, por momentos, sobresaliente.
El problema para ambas parejas son los restos. Ninguna consigue inquietar el servicio de la otra. Apenas algún apuro surge en el cuarto, al saque de Cutu, y en el quinto, con servicio de Ruiz Granados. Juanjo Gutiérrez, imperial en el primer caso; y Alejandro, espléndido, en el segundo, abortan la amenaza (3-2).
La igualdad es, por tanto, extrema. La iniciativa pertenece inexorablemente al saque mientras el encuentro se va perfilando para el tie break.
¡Vamos Alejandro! El grito de ánimo, repentino, inesperado, único, quiebra el silencio en la grada. La voz no es anónima. El momento no es cualquiera. El padre de Álex eleva su aliento cuando un error de Juanjo con el remate (le da con el canto) y otro de Cutu con la volea (que estrella en el cristal lateral, a la izquierda de Marina) destapan un inquietante 0-30. Es la primera concesión del partido con el servicio. Dos fallos seguidos, uno de Ale y otro con la volea de Matías, dan al traste con la ocasión. ¡Vamos! ruge Juanjo cuando abriga su propio saque con un remate que cierra el juego (5-5).
Sin remedio, el duelo alcanza la docena con la equidad en el marcador (6-6), y se adentra así en el corredor de la muerte.
¡Vamos, Mati, vamos! De nuevo es el progenitor de Alejandro Ruiz quien regala lo que, en principio, es una señal de ánimo hacia un jugador que exhibe una inquietante inacción, todavía más pronunciada en contraste con el torrente hiperactivo de su compañero. El grito de apoyo esconde, sin embargo, un secreto al que le quedan pocos minutos de vida.
Antes, el tie break se decanta del lado de Juanjo y Cutu. Un portentoso remate y una secuencia de resto paralelo y volea de revés por el medio abren brecha con dos minibreaks (1-4). Sin embargo, no es suficiente. Marina y Ruiz aprovechan dos errores de su rival malagueño, una volea que falla y un remate que va a la red, para empatar de nuevo (5-5).
Pero, en esta fase del partido, cuando la carne se vuelve trémula y la razón se cobija en los impulsos, la consistencia es un valor que cotiza alto. No la tienen Alejandro y Mati. El primero tira directamente fuera un globo. El segundo estrella una chiquita en la red. Con ello, muere el primer set, y al final también, sus opciones en el partido.
Porque en el segundo acto, se precipita el desenlace. Apenas cumple el tercer juego, se destapa el misterio. Marina no aguanta el ritmo de partido y decide abandonar. ¡Álex, Álex, no puedo! Avisa de esta forma a su compañero que ya intuía el problema desde hace rato. Es su pierna izquierda la que le obliga a poner fin al duelo. La lesión en el psoas es el peaje que abonó el argentino por la victoria en semifinales ante Tobaria y Ernesto Moreno. Ocurrió en un desplazamiento sobre la pista en el que Marina clavó su pierna sobre el verde.
Incierto el alcance del daño, obligado a forzar la remontada, y ante la proximidad del difícil estreno en el cuadro del Costa del Sol International Open del World Padel Tour (su debut está previsto para el miércoles a las 18.00h contra Gómez-Silingo y Fede Quiles), el argentino de Dunlop junta la mano con su pala, pide disculpas al público y agradece su comprensión en un mismo gesto, y anuncia su retirada de la final.
La sorpresa en los rivales y la decepción en el público se disipan de inmediato para felicitar a los campeones. Juanjo Gutiérrez y Cutu Pérez logran el triunfo (7-6 y 2-1) en un torneo que ya regaló a modo de final anticipada un trepidante y hermoso duelo de semifinales.
El bravo jugador malagueño y su inmutable compañero adelantan con esta victoria el desembarco en Málaga del World Padel Tour que brilla ya, y hasta el 4 de agosto, con la prueba que más inscripciones suma del presente circuito 2013.