La desigual batalla se esparce sobre la central del club Reserva del Higuerón. La final masculina del Torneo Mercedes Benz Pádel & Tenis Tour en Fuengirola es un enfrentamiento entre dos categorías, un duelo por la velocidad y por el espacio, contra el calor y contra la edad.
La mano prodigiosa de Carlos Abón e Ignacio Ramos brilla cuando desciende el ritmo. Ahí abren ángulos, encuentran pista hacia la cinta, gobiernan con mano de seda, desquician a sus oponentes.
Por eso, la propuesta de Javier Zafra y Manolo Martínez apunta en otra dirección: marcar un tempo vivo y llevar el enfrentamiento hacia lo físico, el terreno en el que además de la mano hay que exhibir piernas; en el que además de cabeza, hacen falta pulmones. Y ahí, dominan ellos a sus veteranos contrincantes.
De esta forma, es como Zafra y Martínez decantan pronto el primer parcial con una rotura en el tercero al saque de Carlos Abón (2-1) que consolidan con ciertos apuros en el siguiente (3-1). La reacción de la experimentada pareja, no obstante, es soberbia. Se apoyan en el saque propio, afianzan el pulso, toman la red y exhiben la célebre consistencia que tantas victorias les ha dado en el circuito.
El quinto juego, en blanco, con servicio de Ramos (3-2) no es más que el preparativo de su ofensiva en el siguiente. Al resto, exigen a sus rivales desde el fondo, les cambian la velocidad, se abren paso hasta la cinta y, desde allí, apuntan a las esquinas. Una portentosa acción de Carlos que devuelve un remate de Javier Zafra junto a la red cierra el break y con él, la brecha en el marcador (3-3).
Para consolidar su impecable rebelión, se anotan el segundo servicio consecutivo en blanco (3-4) y se ponen por delante en el set tras firmar un parcial de 3-0 a su favor. Todo un desafío el que lanzan a sus rivales. Un rugido desde la cima que advierte de su disposición para pelear hasta el último punto.
El calor y el cansancio, sin embargo, juegan en su contra. La ansiedad por atajar hacia la meta del primer puerto, también. Un fallo al resto y dos acciones en las que el propio Carlos Abón se precipita para cerrar un punto antes de tiempo abortan cualquier posibilidad de complicar el saque de Zafra (4-4) que emerge, a partir de ahí, en el encuentro.
El granadino asume el mando y da un paso al frente, empuja hacia atrás a sus oponentes, les busca por alto y les exige abajo; acelera los intercambios y los prolonga a su antojo. Él y Manolo aprietan el saque de Ramos para recuperar la iniciativa, percuten por el centro y definen por los costados. En especial, Javi en paralelo sobre Abón al que se impone en dos duelos consecutivos; el último sirve para cerrar el break en el noveno (5-4).
La ofensiva de Zafra y Martínez saca de rueda a sus rivales que no reaccionan ya y entregan el primer set (6-4).
Javi y Manolo, muy superiores
En la reanudación, Zafra se desata. El corpulento jugador se despliega desde el revés y encoge la pista a sus rivales. Con brazo firme y mucha determinación gana la red. Desde allí, domina, dicta con la volea y remata con la pegada. El primer break llega precisamente tras un remate suyo. La rotura al saque de Ignacio (1-0) anticipa un escenario diferente.
Sin embargo, el pádel sinuoso y deslizante de Carlos y Ramos tiene la virtud de encontrar rendijas y grietas incluso en muros aparentemente infranqueables. La categoría de estos dos jugadores, su experiencia y su solidez mental sobre la pista, les ayuda a no desconectar nunca. Por eso, son temibles. No importa el mazazo que reciban. Para ellos, cada golpe es una oportunidad para coger impulso. Cada derrota señala la ruta de la siguiente victoria.
Por eso, lejos de bajar los brazos, se agarran a la pista dispuestos a no conceder más ventaja. Y a punto están de dar un nuevo susto, pese a desperdiciar dos restos al servicio de Zafra que saca para poner tierra de por medio en el segundo parcial. Pero nada les arredra. Devuelven, trabajan, hacen millas y sufren hasta que una volea de Javi se marcha al lateral y les abre una ocasión de break. Lo evita la prodigiosa intervención de Manolo Martínez con un paralelo hipnótico que obliga a Ramos a una forzada contrapared que Javi saca por cuatro metros. Ahí se diluyen sus opciones (2-0).
A esas alturas, el esfuerzo reclama una deuda mayor a un lado de la pista que al otro. ¡No me lo puedo creer!, se lamenta Ignacio tras fallar un remate sencillo junto a la red. El calor y el cansancio se agarra a los tobillos para restarles velocidad; les sujeta la pala para provocarles más errores; atormenta su cabeza para confundir sus decisiones. Por contra, enfrente sus rivales vuelan sobre el verde. No dejan resquicio alguno y ejecutan el plan fijado.
El break en el tercero, con otra acción precipitada de Carlos que aparece en la red en auxilio de su compañero, empina el camino hacia la gloria y les sitúa más cerca del abismo (3-0). El dominio de Javi y Manolo es abrumador. Su frescura física y su solidez de juego no dan opciones a sus contrincantes, con recursos en su pádel, sin posibilidades en el físico.
Con 4-0, Ignacio mantiene su saque gracias, en parte, a dos grandísimas acciones de Abón (una combinación de volea y remate por cuatro metros; y una volea de revés que se muere junto a la malla) que detienen la hemorragia en el marcador (4-1).
No son, sin embargo, suficientes argumentos para frenar el vendaval que tienen enfrente. Manolo Martínez y Javi Zafra, lanzados hacia la victoria, acaban cerrando el partido en el octavo juego, con una víbora del primero que Carlos Abón no acierta a devolver de contrapared.
El triunfo (6-4 y 6-3) corona un año más a ambos como la mejor pareja del cuadro masculino de este prestigioso torneo que llenó de espectáculo las instalaciones de Reserva del Higuerón.