El joven de Wilson revolotea por la pista. De atrás adelante, de lado a lado. Contiene desde el fondo, descuelga globos, gana metros a la red y afila la volea. Todo bajo el dictado de quien hoy es su compañero sobre la cancha. Su danza, constante y eléctrica, teje el juego y agrieta el muro adversario.
Marco Musso, el pupilo de Fede Posadas en el club Cerrado del Águila, trabaja a destajo en la final de 2ª masculina del Torneo Drop Shot de Vals Sport Churriana. Los focos iluminan una actuación sensacional que firma junto a Paquito Ruiz, el potente jugador de Padel Goo!!!, en verdad, dueño absoluto del escenario.
Ambos, no sólo contienen a sus rivales, sino que les dominan, les someten, les asfixian. Jesús Marquet y Javier Zafra son víctimas de la inquebrantable consistencia rival y acusan también su endeble puesta en escena.
Los primeros 12 puntos retratan el calvario que ambos padecen en el encuentro. Pese a sostener el bastón de mando con el saque de Marquet, desaprovechan todas las opciones que tienen para mantener la iniciativa en este arranque. Conceden de primeras hasta tres bolas de break. Un error de Zafra con el remate pone fin a ese inquietante ejercicio de funambulismo y les abre pista directa al abismo (0-1).
Porque J&J, sin hilo en su juego, caen en barrena. La firmeza de Paquito y Marco genera de inmediato una distancia insalvable, sustentada en dos roturas de saque consecutivas. A la del servicio de Marquet le sigue un break al saque de Zafra. En total, arrastran un parcial de 0-4 que refleja la diferencia a ambos lados de la cinta.

El granadino, Javi Zafra, con plomo en sus piernas y niebla en su mente, elige mal con demasiada frecuencia. Este genial jugador acusa su cambio de posición (suele jugar en el revés) casi tanto como la luz artificial de los focos cuando la noche oscurece la pista. Desde la derecha, una y otra vez, Javier pierde el duelo inicial con Musso. A su lado, Marquet se multiplica para tratar de compensar, sin éxito, el flojo inicio de su compañero. En realidad, su hiperactividad acaba añadiendo caos a un juego ya de por sí errático.
Pese a todo, el espíritu combativo de ambos detiene la caída. Al juego en blanco que se anotan en el quinto (1-4) le sigue un break imprevisible. Marquet y Zafra se aferran a la cinta y, desde allí, discuten el control a sus rivales. El de Steel Custom, felino, se cruza en la red y certifica una rotura al saque de Paquito que les da algo aire (2-4). ¡Vamos!, brama el de Cerrado del Águila, mitad celebración, mitad arrebato de ánimo hacia su compañero.
Pero enfrente tienen a una pareja con las ideas cristalinas. Musso, con el cuentakilómetros en marcha, construye impecable el juego desde atrás. La intervención de Paco Ruiz es diferente. Su mano derecha agita a los rivales, su brazo derecho les aplasta. El de Padel Goo!!!, muy cómodo, radiografía el duelo en cada golpe. Detiene el juego o lo acelera. Prolonga el punto o lo finiquita con su pegada. Su permanente predisposición a invadir el lado de Marco para exhibir su descomunal remate amenaza el juego de sus contrincantes, a quienes exige globos muy ajustados. Demasiada precisión para dos jugadores a los que les cuesta una enormidad mantener el diálogo en cada punto.

Los errores propios y un descomunal Marco Musso devuelven de inmediato el break. El joven de Wilson, pese a jugar desde hace años en el revés, se adapta al lado derecho a la perfección. Desde allí, no sólo trabaja; también inventa. El resto directo con el que consolida la rotura al saque de Zafra es un regalo que celebra el público presente (2-5).
El break desarma definitivamente a Javi y Jesús que sucumben en la primera manga cuando un resto de Zafra al cristal echa el telón al octavo juego (2-6).
La brecha abierta en el primer acto, insólita por la categoría de los cuatro jugadores, refleja la formidable actuación de Paquito y Marco, firmes y sin concesiones.
En el segundo set, Marquet y Zafra buscan la reacción sobre el saque del primero. Mandan con el servicio y se ponen por delante por primera vez (1-0). Y al resto, incluso, aprietan a sus oponentes que sufren pero consiguen mantener el saque de Paquito (1-1).
¡A muerte, a muerte! le pide Musso a su compañero. Es una declaración, una promesa, un objetivo. El arrebato de esta perla del padel malagueño le agita, le subleva, eleva su juego de nuevo. Paco Ruiz marca la línea en la cancha, levanta el muro y percute con la artillería. En el último punto devuelve un remate de Zafra, en paralelo, recupera la iniciativa y dicta el sentido del punto. Javier acaba fallando una salida de pared que condena su propio saque (1-2).
Es el cuarto break en contra en 11 juegos disputados. No terminan Marquet y Zafra de entrar en el encuentro. La quinta rotura llega en el quinto juego. Esta vez al saque de Jesús. El último punto retrata la debacle. Dos ocasiones tienen J&J para abortar la tercera bola de break que sufren con saque de Marquet. No aprovechan ninguna. El primer remate de Zafra toca cinta y lo devuelven sus rivales. El segundo remate, este de Jesús, se estrella directamente en la red (1-4).
El servicio de Paquito les sitúa a un palmo de la victoria (1-5). Ni siquiera la tímida reacción de sus rivales hace peligrar el triunfo. Zafra y Marquet se abalanzan, desesperados, sobre el servicio de Musso. Encuentran en la agonía el camino que debieron hallar en la calma. El break, sin embargo, es un espejismo (3-5).

La sexta rotura que encajan Jesús y Javi (3-6) acaba echando el cierre a la final de 2ª del Torneo Drop Shot en Churriana y corona la intachable actuación de Paquito Ruiz y Marco Musso.