Donde antes había luz, ahora reina la oscuridad más petrificante. Lo que antes era sencillo, ahora se ha vuelto demasiado complicado. Lo que hace un instante era atrevido, ahora es imprudente. Cecilia Reiter, integrante de la dupla número uno del ranking World Padel Tour, lucha por salir del pozo al que ha caído en plena final del Costa del Sol International Open.
La emboscada preparada por sus adversarias ha empujado a la argentina de Star Vie hacia el fondo del abismo. Un pádel ordenado, limpio, muy táctico, ha tejido una tela de araña de la que ahora lucha por escapar.
Tira de ella su compañera, Carolina Navarro, que ve como las opciones de volver a entorcharse en su tierra están en serio peligro. Alienta el público en la grada que quiere ver a la guerrera malagueña levantar el trofeo en el Palacio de los Deportes Martín Carpena. Pero la situación se ha enredado hasta tal punto que son Eli Amatriain y Patty Llaguno quienes gobiernan el juego.
El relato es insólito atendiendo al fulgurante inicio de partido de las números uno. Carolina y Cecilia, hipermotivadas, aprietan desde la primera bola. Son apenas ocho minutos en los que se deciden 14 puntos. 12 de ellos caen del lado de Reiter y Navarro que, break incluido, se colocan con un 0-3. Impresionantes.
La volea de Ceci peina la pista. Su bandeja afila la red y se acuesta al fondo, junto al cristal. A Carolina, mermada físicamente por una microrrotura en el gemelo de la pierna derecha, le basta su prodigiosa mano para abrir ángulos imposibles y percutir con el remate.
La ejecución de la fórmula es incontestable para Amatriain y Llaguno que no encuentran la manera de detener el vendaval. Su intento por empujar atrás a la argentina no da resultados. Combativa, hiperactiva, eléctrica, Reiter les gana la partida en todo momento.
Una bola de break en el sexto juego da la oportunidad de ampliar aún más la brecha aunque, finalmente, Eli y Patty salvan el escollo (2-4). Sin embargo, el set acaba cayendo con una rotura del saque de la jugadora de Head. El repertorio de Ceci en el juego incluye todo tipo de recursos en el fondo, voleas vertiginosas junto a la cinta y una bandeja paralela con la que sorprende a Llaguno. Carolina, que llega primero a un remate de Elisabeth, define después con una volea de terciopelo que echa el telón al primer acto y acerca el sueño de triunfar en su Málaga (2-6).
En la reanudación, se precipitan aún más los acontecimientos, de inicio, en la misma dirección. Intratable, la mejor pareja del circuito se anota en blanco el primer servicio (0-1) a cargo de Navarro; y a continuación, firma un nuevo break que se antoja casi decisivo. Ceci defiende lo imposible en la esquina. Sus movimientos en la pista son toda una danza tribal que exhibe giros, saltos, aceleraciones y carreras de espalda. La capacidad de resistencia de la argentina, la fe en sus propias posibilidades contribuyen a elevar aún más el pádel de su compañera. No es casualidad que un remate a quemarropa que le dirige Patty lo devuelva la bonaerense a la altura de su rostro, con la espalda pegada al cristal de fondo. El punto lo acaba definiendo la malagueña de Varlion desde la red rompiendo así el saque Llaguno (0-2).
Con su servicio, Ceci tiene la oportunidad de consolidar el break y convertir en cuesta abajo el trayecto que resta hacia la meta. Nada anticipa lo que va a suceder… pero sucede.
Súbito hundimiento
Aflojan el paso Reiter y Navarro en ese servicio del tercer juego. Se vienen arriba sus adversarias, en especial, una formidable Eli Amatriain cuyo pádel empieza a coger mucho vuelo. Ya no está tan incómoda con los envíos cruzados de Cecilia; todo lo contrario. Ahora es la riojana la que perturba a su oponente. Así, paso a paso, van comiendo terreno, van asumiendo el mando y consiguen una ruptura que se antojaba imposible instantes antes. Son dos errores seguidos de Reiter los que acaban por entregar su propio saque (1-2).
Desde la grada parece un simple accidente en una impecable actuación. Dentro de la pista es algo más. Patty y Eli olfatean la sangre pese a que apenas es un rasguño. Actualizan su plan de acoso.
Repentino, inesperado, inexplicable es, sin embargo, el desplome que sufre la jugadora zurda de Star Vie en su juego. Uno tras otro encadena una secuencia de fallos que lastran su pádel y hunden su confianza. Lo que era motivación por lograr su segunda corona de la temporada, se transforma poco a poco en una presión que empieza a resultar insoportable.
Amatriain aprovecha el nuevo escenario y reta permanentemente a Ceci en un hermoso duelo estratégico que combina ritmos y alturas para abrir camino. Sólo el carácter guerrero de la zurda número uno proporciona respuesta a la ofensiva de su oponente. Su juego, no obstante, es errático a esas alturas.
Se nivela el partido. Se alternan los aciertos. La solidez con el saque equilibra el sufrimiento al resto de ambas parejas. Menos firme pero igual de combativa, Reiter se aferra a la pista. Suya es la acción que reabre la esperanza de finiquitar el encuentro por la vía rápida. Llega a todo la jugadora, incluido a un remate de Patty, y exige a sus adversarias un golpe más. Es justo el que falla Amatrian en la red (3-5).
Con el break rugen las números uno y tiembla la grada. El desenlace, tras el sufrimiento, parece estar cerca. Pero, de nuevo, se enreda la argentina. Una volea y dos salidas de pared que se marchan fuera. Demasiados errores frente a unas oponentes que, a esas alturas, lucen ya un juego granítico. Devuelven el break (5-4). Carolina Navarro trata de recuperar a su compañera. La batalla interior que libra Ceci es intensa. El hundimiento de su juego se confirma en el décimo. De nuevo, tres fallos, una volea a la red, otra al cristal y una bandeja que toca la cinta y se va (5-5).
No preocupa tanto la oportunidad perdida como la caída de Reiter, sumida en una fosa, empujada más al fondo aún por sus rivales, una sima de la que sólo ella puede salir. El estado físico de Navarro le impide ampliar en exceso su radio de acción. Aún así, la genial jugadora malagueña trata de asumir más juego, pero el acoso de sus oponentes sobre su compañera es terrible.
Una secuencia de saque y volea que acaba en la red, una bandeja que se queda en la cinta y, de nuevo otra volea al cristal condenan el servicio de Ceci. Amatriain y Llaguno están imponentes. La presión de Eli sobre Reiter ha logrado abrir una brecha por la que ahora se inunda el navío de las números uno.
Lucha la argentina por salir del túnel. La voz de su compañera, el ánimo del público. Todo ello le queda lejos ahí abajo en las profundidades. Lo que antes eran puñales que atormentaban a sus oponentes; ahora ni siquiera entran al otro lado de la red. Continúa su debate interior, persisten los errores. Una volea al cristal, otra a la red; una bandeja fallada y un globo que se le va fuera. Se escapa el set que debía coronarlas (7-5). El partido comienza de nuevo, pero ahora las sensaciones son diferentes.
Emociones para el final
Elisabeth es una roca. Desde la derecha juega con la ansiedad de su rival de Star Vie. La empuja al fondo con bolas altas, la obliga a trabajar desde la esquina con bandejas profundas. Es un auténtico recital el de la riojana al que se suma Patty que insiste con el paralelo.
El tercero comienza con una doble falta de Carolina. La inquietud se transforma en un intenso temor cuando Amatriain y Llaguno rompen el servicio de la malagueña y se anotan el siguiente (2-0). Certifican así una resurrección primordial sustentada en un parcial de 5-0.
Con muchos apuros, Navarro y Reiter frenan la hemorragia (2-1) y se anotan su primer juego desde el 3-5 del segundo set. ¡Sí, se puede! ¡Sí, se puede! El cántico de la grada del Martín Carpena no es una bravuconada. Esta formidable pareja necesita poco a lo que agarrarse para elevar su pádel. En paralelo, en paralelo ¿vale? Es más que una recomendación, es una súplica. Se lo pide Carolina a su compañera para cambie el patrón de juego. Amatriain no es accesible ahora mismo y Llaguno sufre mucho con su revés en las bolas pegadas al cristal.
Poco a poco, paso a paso, Reiter va escapando de su cárcel. Allí donde otras se hubieran perdido, donde otras hubieran sucumbido a la oscuridad; esta formidable guerrera va resurgiendo. Su garra, su entrega, su lucha no admite rendiciones. Resulta crucial en el break que les devuelve a la vida. La pelota que certifica la rotura del servicio de Eli simboliza el espíritu de Reiter. Desde la esquina resiste el acoso, exige a sus oponentes un golpe más, soporta toda la carga de sus rivales hasta que Llaguno tira fuera un paralelo (2-2).
Enloquece el público. Anima la grada a las números uno que recuperan el pulso. Ceci mantiene su diana en el paralelo. Una vía de escape que tortura a Llaguno. Lo ve Carolina que incluso renuncia a su saque de revés en esa zona y le imprime más efecto con la derecha.
El pulso se nivela. Se suceden los juegos a cada lado. Es el saque ahora el que determina la iniciativa. Las dos únicas ocasiones de romper llegan ya en el décimo y suponen una bola de partido para Navarro y Reiter. La primera la salva Patty con una volea contra Ceci. La segunda la falla la jugadora argentina, exigida por sus rivales (5-5).
Se asoma el partido al tie break. Tres horas de emociones que no podían tener otro final. La gloria no se regala; se conquista, se padece. El minibreak de Patty y Eli de inicio no augura buenos presagios, pero a esas alturas, el peso de la pala se duplica, el corazón se siente en las manos, las ideas apenas logran pasar el filtro de las emociones. Llaguno desperdicia la ventaja al fallar, de nuevo, un paralelo.
La tensión es asfixiante. El drama en la grada se multiplica cuando Carolina estrella en el cristal de fondo una volea que deja a sus rivales a dos puntos de la victoria. Pero no hay cimas imposibles para las números uno. Nadie les ha regalado lo que han hecho, lo que son. La valentía de las mejores florece en situaciones extremas. Un duelo a muerte en la red. Cuatro gladiadoras, cara a cara, voleando a velocidad de vértigo. El triunfo es para la pistolera más rápida. La malagueña se impone y recupera la ventaja perdida. Y no sólo eso. Pide pista Navarro para acabar con la agonía. Una terrorífica bandeja a los pies de Eli las acerca a la meta. ¡Sí se puede! La afición aprieta, su ánimo atrona en el recinto, su aliento se siente en la pista, un huracán de voces que empuja la última bola de Llaguno al cristal de fondo (6-7).
La euforia se desata. La estampa refleja a Carolina y a Ceci en el suelo. La alegría desbordante tras un sufrimiento eterno las derrumba. El segundo título de la temporada es especial. Málaga saluda a las vencedoras, pero no se olvida de Eli y Patty que han regalado un expectáculo soberbio. Los focos iluminan a Carol que busca a los suyos en la grada. ¡Vamos tía Carol y Tía Ceci! reza una pancarta tras los banquillos. El abrazo con su madre alivia las tres horas de agonía. La alegría de sus sobrinos, que no se separan de su tía, inunda la escena. Reiter, subida al banquillo, regala su pala a un público.
La mejor pareja del circuito, por fin, se corona en tierras malagueñas.