No es un duelo para analizar el marcador, sino para examinar detalles, escrutar los matices, iluminar aquellas pequeñas historias que surgen incluso en enfrentamientos desiguales. Es la final de 1ª masculina del Torneo de Navidad en Fantasy Padel, un cruce que mide el juego irreductible de dos jugadores descomunales, Ernesto Moreno y Fran Tobaria; con la garra y el oficio de un jornalero del padel con mucha clase y muchas millas, Antonio Portillo, y la ilusión de una promesa malagueña en pleno despegue, Carlos Pérez.
Tobaria y Ernesto cumplen los pronósticos durante su recorrido en el cuadro y se deshacen de Momo González y Miguel González en semifinales. Más esfuerzo le supone alcanzar el último peldaño del cuadro a Portillo y Carlos que deben remontar a la dupla de Marbella, Ariel y José Bernal, para luchar por la victoria final.
A ese último encuentro, acude Fran, el malagueño de Middle Moon, 20 minutos después de caer derrotado en la final de 1ª del Torneo THB Reserva del Higuerón . Llega además tocado, con una herida bien visible en el costado derecho que precisa de hielo en cada descanso.
Al otro lado de la red, Portillo cede su lugar en el revés a Carlos Pérez, el pupilo de Guti en El Candado, que ahora además, se pone también bajo la dirección de su hoy compañero en las instalaciones de ACB aviva! en Málaga.
El marcador, en el inicio, no sorprende aunque, en verdad, oculta una realidad distinta. Ernesto y Fran suman de inmediato un 3-0 que pone tierra de por medio. No obstante, ese abultado resultado esconde hasta cinco bolas de break para Carlos y Antonio en los primeros dos saques rivales. Ocurre en el estreno de Tobaria con el servicio. Un 0-40 inesperado que retrata la estupenda puesta en escena de Portillo y Pérez. Lejos de arredrarse, el de Wilson y el de All4Padel, dan un paso al frente y aprietan al resto. La amenaza, sin embargo, despierta del letargo a las fieras que aplastan la rebelión (1-0).
Y no sólo eso. En el siguiente, se anotan un break en blanco al saque de Portillo (2-0). Pero tampoco la afrenta amilana a la joven promesa y a su mentor que vuelven a activarse al resto. Dos errores de Ernesto en el tercero les dan pie para abrir dos oportunidades de devolver la rotura al saque del malagueño de Babolat. No les concede ocasión alguna de hacerlo. Primero, saca por cuatro metros un remate de Portillo que no vuela lo que debía. Después, se encorva en el aire para exhibir la plasticidad de su pegada y sacar por tres metros la bola. Es finalmente Tobaria el que echa el telón y disipa el peligro (3-0).
A partir de ahí, la realidad de Carlos Pérez y Antonio Portillo se descompone en dos caras bien distintas. Una ocurre junto a la cinta. Allí, la intensidad de Portillo y la volea afilada de Carlos acrecientan su peligro. Al fondo de la pista, en cambio, su fortaleza se debilita. Los ilimitados recursos de sus rivales son un calvario para quienes se afanan por mantener el ritmo. La opción aérea queda restringida ante el mazo de sus oponentes. A ras cinta, Ernesto y Fran tampoco dan tregua. Ora percuten en profundidad, ora torturan con dejadas.
Contienen Portillo y Pérez la hemorragia en el cuarto (3-1), pero sus adversarios no admiten descanso alguno sobre la pista. En el sexto, reciben la estocada decisiva para el primer set. Cae, de nuevo, el saque de Portillo. Disputan el juego hasta que tres errores consecutivos (tres voleas a la red, dos de Carlos y una de Portillo) entregan el servicio (5-1). Con su saque, Ernesto certifica la primera manga (6-1).
Fuego cruzado en la final del Fantasy Padel
En la reanudación, Carlos y Antonio sucumben a la primera. De nuevo, dos errores no forzados abren la puerta a sus adversarios para que discutan el saque de la joven promesa. Se revuelve, estupendo, Portillo, para frenar la ofensiva y volver a establecer el 30-30. Pero la cinta se alía, esta vez, con los favoritos y tuerce un envío de Carlos en dirección a la malla. Es el propio jugador el que falla, finalmente, una bandeja y concede el primer break (1-0) del segundo parcial.
A partir de ahí, las ganas de cerrar cuanto antes el encuentro, por un lado; y la necesidad de cambiar el paso y ser más agresivos, por otro, exageran aún más la tendencia que ya apuntaba el encuentro al final del primer acto. El intercambio se convierte en un tiroteo. Pierde hilo el juego. Los puntos se acortan. La apuesta es a cara o cruz en cada golpe. Se privilegia el atajo. En los siguientes cuatro juegos, se imponen con rotundidad los saques. Tanto que apenas conceden un único punto al resto (3-2).
El duelo entre Portillo y Tobaria se intensifica. El de Wilson busca a su rival al fondo. El de Middle Moon le abre ángulos a la derecha. Carlos aprieta desde el revés. Pero enfrente, Ernesto marca la diferencia, incluso, en las contadas ocasiones en que interviene. La velocidad que le imprime a sus acciones, la naturalidad de su golpeo, su prodigiosa técnica y la intencionalidad de su juego sacan de ritmo a sus rivales.
Aún así, Portillo y Pérez mantienen el paso. Y eso ya es en sí un triunfo. Corrigen un 0-30 en el séptimo para seguir en la brecha y buscar algún resquicio por el que colar su juego (4-3). No hay opciones para el resto en ningún caso. Apenas hay debate en torno a la bola. La táctica no encuentra espacios en medio de un fuego cruzado que convierte cada acción en una suerte de ruleta rusa. Se impone ahí la mano de Tobaria y Ernesto que gestionan con mucho oficio la ventaja adquirida al inicio para llevarse una victoria casi obligada.
El rubio de Babolat rubrica el triunfo en su club con un portentoso remate por tres metros (6-3). La victoria ratifica el pronóstico que daba como favoritos a Ernesto Moreno y Fran Tobaria. La derrota, sin embargo, no empaña el sensacional torneo de Antonio Portillo y de Carlos Pérez, un jugador inmenso en plena fase de crecimiento que asombra con cada aparición en el circuito amateur malagueño.