La final suma nueve juegos en el marcador aunque, en verdad, sobre la pista no hay partido.
La pugna de Rocío González y, sobre todo, de Bea Ramírez no es por discutirle el juego a sus rivales, sino por tratar de sobreponerse a sus dolencias, por intentar siquiera competir.
La decisión de Bea y Rocío de no volver a la pista tras encajar el primer set (6-3) confirma su doble derrota. Contra sus respectivas lesiones y frente a sus adversarias.
La retirada deja sin final femenina a la primera prueba del Circuito Provincial de Padel de la FAP en Málaga.

La forma en que Ana Medina y Alba Pérez se coronan en Fantasy Padel no empaña, en absoluto, la formidable actuación de esta joven pareja, fuera de todo pronóstico al inicio de la competición y con un cuadro nada amable.
De hecho, Ana y la marbellí Alba, una jugadora cadete que hace acto de presencia en su primera prueba federada absoluta, debutan ante uno de los cocos del campeonato, Lorena Lizarza y Lourdes Gómez, segundas cabeza de serie, aspirantes a la gloria.
Sin embargo, la primera gran machada de las dos jugadoras se produce en este estreno, toda una advertencia en tres sets (6-2, 3-6 y 7-5) que pone en alerta al resto de parejas.

Tampoco en cuartos encuentran freno la perla de Corus Padel y su compañera que apean de la prueba a Maripaz Jiménez e Inmaculada Yébenes (7-5 y 6-2).
A esas alturas, la revelación otea ya la cima del cuadro. Dos veteranas como Lili Navarro y Esther de Jaime sucumben también al sólido y afilado juego de Alba y Ana en los cuartos de final (6-4 y 6-4) y le abren la puerta de la final.
Hasta allí, a duras penas, escalan Rocío González y Bea Ramírez. La jugadora de La Capellanía compite mermada, arrastrando las serias molestias en la cadera que surgieron ya en el Campeonato Provincial Absoluto de Málaga. Mientras que su compañera soporta el calvario de su brazo derecho.

La capacidad de sufrimiento y el oficio de ambas les permiten solventar el estreno ante Marta Pérez y Helga García (4-6, 6-0 y 6-3).
El debut pone a prueba el precario estado físico, en especial, de Bea que acusa el esfuerzo de cuartos de final ante Paola Cortés y Lorena Martín (6-1 y 7-6); pero sobre todo, de semifinales contra Almudena Toré y Mena Smolders (6-3 y 6-4).
El trayecto sobrecarga su físico y merma sus opciones. En la final, no tiene forma de competir. Sin fuerzas para sostener el juego, sin piernas para alcanzar la red.

La retirada apresura una derrota que hubiera llegado de cualquier modo en ese estado. Las credenciales de Ana y Alba en la prueba las retrataba como un pareja que no concede respiro alguno en la pista.
La lesión anula un enfrentamiento que prometía trepidante y que, con seguridad, dado el recorrido de ambas parejas, volverá a producirse en un futuro no demasiado lejano.

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