La furia del agua desatada que arremete sin pausa contra la roca. El oleaje intenso que golpea el espigón sin descanso. El torrente furioso que desgasta el dique hasta que la filtración se convierte en una inundación irremediable. Imperceptible todo al principio; muy evidente al final. Así resulta la final femenina del Campeonato de Andalucía de Padel 2014, un intenso duelo de dos caras que reluce en la central del Centro Deportivo Las Mesas (Estepona).
Las malagueñas Patricia Mowbray y Mari Carmen Villalba buscan conquistar la corona del padel andaluz como lo hicieron en Granada en la Copa Andalucía de Padel hace ahora siete meses. Allí derrotaron en un agónico partido de semifinales a quienes hoy las desafían en la final, las sevillanas Ana Fernández de Ossó y Victoria Iglesias.
El inicio ahora radiografía un encuentro domado por el temple de Patricia Mowbray que impone el ritmo con maestría y contiene a sus rivales con autoridad. Los imponentes fogonazos de su compañera, la esteponera de Just Ten, complementan bien ese dictado que les otorga pronto beneficios.
El break que las locales se procuran en el cuarto juego (3-1) al saque de la sevillana de Black Crown les pone en pista para lograr la victoria parcial en el primer set. Iglesias y Fernández de Ossó no le dan continuidad al intercambio. La inconsistencia del juego de las hispalenses resta efectividad al plan que trazan desde el comienzo. Victoria y Anita inclinan la pista sobre Mowbray para desgastarla en la esquina y aislar a Villalba.

Los errores propios y la cómoda resistencia de la directora de Miraflores Sport Club anulan sus aspiraciones en la primera manga. En el sexto juego, las malagueñas a punto están de finiquitar el set al amenazar, de nuevo, el servicio contrario. Patri trata de resolver el asalto al saque de Iglesias con un ángulo al revés de ésta que, sin embargo, encuentra malla.
Salvan el envite las de Sevilla (4-2) aunque no logran recomponer su juego lo suficiente como para mantener la disputa del set. En el octavo, con servicio de Anita Fernández, Patri y Mari Carmen echan el telón al primer acto . Manda Mowbray desde la cinta, percute de manera brillante Villalba con el remate. La rotura certifica el primer parcial (6-2).
Las malagueñas se hunden en el segundo set
El cielo, dominio hasta hace nada de los vespertinos rayos del astro rey, es de repente el oscuro territorio de amenazantes nubarrones surgidos de la nada. El fenómeno se replica sobre el verde cuando el luminoso juego de las malagueñas se enturbia de modo inesperado.
Así, al inicio del segundo acto, Mowbray y Villalba pierden el paso. Por contra, al otro lado de la cinta, sus rivales, al atractivo olor de la debilidad rival, se aprestan a la cacería. El resultado es un break al saque de la esteponera que inaugura el set. Emerge Victoria en la red para percutir sin concesiones con su portentosa pegada. La primera opción de rotura la salvan las locales. No la segunda tras un error de Mari Carmen con la volea. El remate de Mowbray, que busca despejar el acoso, lo destroza por cuatro metros la gladiadora de Prince en la red (0-1).

El quiebre del servicio es el toque de corneta que desata a las sevillanas. Con idéntico patrón de juego y mucho más tino, Iglesias y Fernández de Ossó acorralan a Patri en su esquina. La malagueña, que pierde fuel a cada paso, sufre ahora para responder a la ofensiva. Aunque, en verdad, la mazmorra que sus oponentes levantan no es para ella, sino para Villalba, aislada a kilómetros de la bola, una solitaria naúfraga en mitad de la tempestad.
La brecha se amplía en el tercero. Irrumpe en el juego el poderoso trazo de Victoria y el persistente despliegue de Ana, disciplinada siempre; agresiva, cuando debe. Es precisamente la sevillana de Black Crown la que perfora el paralelo tras un globo corto de Villalba. Así abre la opción de break que se concreta cuando Mowbray estrella en la red el potente resto de Iglesias (0-3).
Más allá de sus errores en la primera manga, la estrategia de las hispalenses ha ido socavando poco a poco, golpe a golpe, paso a paso, el físico de Patricia Mowbray que, ahora, sufre para salir de la esquina. Tampoco Villalba encuentra pista para conectar con el juego y auxiliar a su compañera.

El escenario, desolador para las malagueñas, se aclara un poco cuando el talento de ambas sale al rescate en plena deriva. Dos bolas de break consiguen al servicio de Anita Fernández de Ossó. La primera la ahuyenta Victoria con un fabuloso remate. La segunda, en cambio, tras un grave error de Ana con la volea a resto de Villalba, se convierte en una rotura cuando el revés a dos manos de Iglesias no pasa la cinta (1-3).
El juego en blanco que consolida el break (2-3) insinúa un nuevo debate sobre la pista entre ambas parejas. La esperanza, que agita al público presente, se torna enseguida en una falsa ilusión, en un cruel espejismo en mitad del desierto. Mowbray, permanentemente acorralada, debe elegir entre la formidable persistencia de Fernández de Ossó en el paralelo o la intimidante potencia de Iglesias en el cruzado. En ambos casos, la perspectiva le ofrece un camino de espinas.
Victoria y Anita, con la fórmula ya testada, cierran vías a sus contrarias con el saque propio y asestan un nuevo mazazo al resto. La intensidad de ambas en torno a la red desarma a Mowbray y Villalba. La primera no acierta a reducir el vértigo. La segunda, cuando trata de sumarse, acaba cayendo en la precipitación, consecuencia de su ostracismo en el juego. El break en el séptimo al servicio de Patri (2-5) acaba decantando definitivamente el segundo set que lleva la firma de las sevillanas (2-6).
Las sevillanas arrollan en el tercero
Dialogan Patri y Mari Carmen en el descanso, antes de retomar la batalla. Una breve tormenta de ideas para tratar de encontrar el modo de recuperar la iniciativa en la pista. De inmediato comprueban que el trayecto que les espera lo van a convertir sus oponentes en un auténtico vía crucis.

A esas alturas, la figura imponente de Victoria Iglesias se ha adueñado de la escena. Su arrebatador despliegue asombra, no sólo por su potencia, sino también por su intensidad. La de Prince entrega su alma en defensa y reclama la de sus rivales en ataque. En un lance, se juega el físico al lanzarse de cabeza contra el cristal lateral para rescatar un envío contrario y acaba cerrando su exhibición en la red con un remate por tres metros que sirve para amenazar el primer servicio del tercer set.
Bajo presión, hastiada de su reclusión, Villalba pide paso para impedir el break a su saque. ¡Voy! grita la de Estepona ante una bola que circula a medio de camino de su posición y la de Patri. La de Just Ten apura su revés a dos manos para exigir a sus contrarias que dominan la cinta y tratar de arrebatarles el mando. Su envío, sin embargo, se queda en la red y acaba por entregar su servicio (0-1).
Tratan de recuperarse las locales del duro golpe mientras sus contrarias mantienen el rumbo establecido. La constante insistencia de Anita resulta capital para la irrupción de Victoria. Su disciplina, su orden, su intenso despliegue abre camino a su compañera. Forman, desde luego, una dupla temible cuando gobiernan el partido. Y eso es precisamente lo que ocurre ahora.
Las dificultades que padece Mowbray, exigida también por arriba, para apretar sus envíos por alto, son una delicia para Iglesias que se catapulta hacia la red como una centella detrás de cada revés a dos manos. Este golpe, precisamente, es el que le concede un nuevo break a las de Sevilla (0-3).
Con el partido amarrado, Anita, una brújula sobre la moqueta, se señala la frente y le pide cabeza a su compañera para manejar con oficio el tramo final. La jugadora de Black Crown se muestra infranqueable en este tramo final. Su incesante vaivén ha acabado por desgastar a su oponente en el paralelo y ahora impone su ley.
A esas alturas, con Mowbray desarbolada y Villalba extraviada, la resistencia que Fernández de Ossó e Iglesias encuentran al otro lado no es suficiente para frenar su impulso hacia la gloria. En el quinto, el saque de Villalba sucumbe ante el empuje de sus adversarias. La propia jugadora local acaba cediendo con una volea que estrella en la red tras un resto de Anita (0-5).
El páramo para las anfitrionas se concreta en el sexto. Aunque discuten hasta el final el servicio de Victoria, la de Carmona y su compañera no desperdician la oportunidad y rubrican el rosco para conquistar la corona del padel andaluz femenino (3-6, 6-2 y 6-0).
