Está empeñado en pasar a la historia. A falta de grandes logros en su gestión (e incluso pequeños), el presidente de la Federación Española de Pádel, Ramón Morcillo, acelera en dirección contraria al mérito y ya está cerca de establecer un registro insólito: ser el primer dirigente de este organismo al que la Asamblea General tumba las cuentas de todo su mandato.
De momento, ya son tres ejercicios los que reprueba el máximo órgano de representación de la institución.
El pasado 21 de octubre, los asambleístas rechazaron la liquidación presupuestaria de las temporadas 2021 y 2022 al completo. El varapalo arrojó números inequívocos: solo tres apoyos a la gestión presidencial frente a 47 votos en contra y 8 abstenciones.
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Este pasado sábado, el presidente Morcillo sometió a la Asamblea General las cuentas de 2020, reformuladas tras haberse detectado errores. También se impuso el no. La ejecución presupuestaria de hace tres años recibió 31 votos en contra y 7 abstenciones frente a 22 apoyos.
De esta forma, toda la gestión del actual presidente Morcillo, desde su aterrizaje en el cargo a principios de septiembre de 2020 hasta el pasado año, ha obtenido el rechazo de quienes deben validarla.
Así es que, de momento, ya es el único presidente de la FEP, al menos de su historia reciente, al que la Asamblea General suspende las cuentas de su mandato.
Las últimas planteadas, las de 2022, reflejaban un agravamiento de la situación económica de la Federación Española de Pádel. En concreto, en lo relacionado con un patrimonio neto negativo que no deja de crecer. Desde que Ramón Morcillo es presidente de la FEP este concepto ha aumentado un 118 por ciento, al pasar de los -108.342 euros con los que cerró 2020 a los -236.445 euros del pasado año.
A ello se añade un fondo negativo de maniobra de 132.521 euros.
La consultora PKF Attest, encargada de emitir el informe de auditoría sobre las cuentas de la FEP que se eleva al Consejo Superior de Deportes (CSD), viene alertando desde hace años de “la existencia de una incertidumbre material que puede generar dudas significativas sobre la capacidad de la Federación para continuar con sus operaciones de forma que pueda realizar sus activos y atender sus pasivos (…)”, según reza en el documento presentado a la propia Asamblea.
Además, la firma auditora ha desvelado que en 2022, la FEP sufrió una penalización del propio CSD por desviarse del plan de viabilidad, lo que ha supuesto una reducción en 13.311 euros de la subvención que recibe el organismo que preside Ramón Morcillo.
Cuentas, no; presupuestos sí
Al igual que ocurrió en octubre con los tardíos presupuestos de 2023, el presidente Morcillo sí logró sacar los Presupuestos para la temporada 2024 en la Asamblea del pasado sábado. Eso sí, frente a los 29 votos a favor que obtuvo su planificación económica del próximo año, hubo 25 abstenciones y 6 votos en contra.
Quedó patente el recelo de los asambleístas a las promesas de un presidente que ya en 2021 les anunció entre lágrimas una dimisión en diferido que nunca llegó a producirse.
Morcillo se queda solo
Que el presidente Morcillo vive de espaldas a la Asamblea General de la FEP es una realidad que no solo se sostiene en el rechazo a las cuentas de su gestión. El pasado sábado hubo otro ejemplo de ello.
La nueva Ley 39/2022 del Deporte exige a las federaciones deportivas nacionales la adaptación de sus estatutos a la norma antes del 31 de diciembre del presente año, lo que, en el caso de la Federación Española de Pádel, requiere de la modificación de algunos apartados.
Esta exigencia gubernamental no es nueva. El 1 de enero de 2023 entró en vigor esta ley que, entre otras cuestiones, recoge medidas de gobernanza y transparencia, así como la obligación de realizar un informe anual de igualdad entre mujeres y hombres, o un protocolo de prevención y actuación para situaciones de discriminación, abuso y acoso.
Durante todo el año, el máximo dirigente de la Federación Española de Pádel no ha mostrado prisa alguna por cumplir la exigida adaptación de sus estatutos a la nueva norma. El Consejo Superior de Deportes recordó a la FEP el pasado 19 de octubre la necesidad de llevar a cabo este trámite. El presidente Ramón Morcillo, sin embargo, decidió apurar hasta el último momento y no ha sido hasta el 16 de diciembre cuando ha planteado este asunto en la Asamblea.
Pero, además, según algunos asambleístas, Morcillo ha querido ir más allá e incluyó algunas modificaciones que, por ahora, no son exigidas en virtud de la citada ley; y dejó fuera otros aspectos que le habían sido planteados.
Por esto, el mandatario volvió a sufrir el rechazo de la Asamblea, y en este caso, de una forma contundente. El presidente Morcillo se quedó solo al ser el único que votó a favor de los cambios planteados en los Estatutos de la FEP. Hubo 58 votos en contra y una abstención.
La desatención del mandatario a esta cuestión y su demora en presentarla a la Asamblea General de la FEP le deja ahora con escaso margen para cumplir el requisito gubernamental. A contrarreloj, el organismo ha decidido que una comisión de trabajo elabore “un documento consensuado” que sí puede recibir el respaldo asambleario.
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