La respuesta a los 11 años en la cima del pádel mundial está sobre la pista. La transformación de Fernando Belasteguin esconde, en realidad, el verdadero secreto del éxito de los Reyes del Pádel: su ambición, el motor de su leyenda.
Su actuación en semifinales ante Miguel Lamperti y Maxi Grabiel es más que discreta. El de Pehuajó se atasca por arriba, sufre para definir. Tampoco Juan Martín Díaz le acompaña en intensidad y juego. Con mucho oficio y el público en contra, los números uno logran superar el escollo en tres sets (6-4 , 4-6 y 6-2).
Ahora, en la final del Cáceres International Open, todo es distinto ante una pareja que se estrena junta este año y que, debuta, además, en una final del World Padel Tour. Maxi Sánchez y Sanyo Gutiérrez firman un brillante torneo en Cáceres y acceden al último peldaño tras la retirada de Cristian Gutiérrez y Matías Díaz, por lesión de este último, en la semifinal.
En la final, sin embargo, la joven dupla no tiene opciones. Fernando, desde la primera pelota, aprieta por arriba. Lo hace en el juego inaugural y, de la misma manera cierra el partido, con un juego en blanco que logra con tres grandes remates suyos y uno último de Juan Martín.
Su solidez por arriba, su pegada que hoy sí funciona, es un mensaje que va en dos direcciones. A sus rivales, a los que marca el territorio desde el inicio, les cierra puertas y les advierte del calvario que sufrirán en la Plaza Mayor cacereña. Pero también a sí mismo, una especia de revancha personal, un ejercicio de superación (¡uno más de este jugador!) que le eleva durante el encuentro tras lo que padeció en la jornada anterior.
A su lado, El Galleguito, imperial, exhibe repertorio. Intimida desde la red, percute con su volea de revés cruzada hacia la malla lateral de Sanyo. Es un prodigio de técnica y precisión. Cada volea es una puñalada de terciopelo sobre la cinta que parte en dos a la pareja rival.
Sánchez y Gutiérrez levantan un break en contra en el primer set, pero enseguida sucumben a la firmeza y solidez de sus imponentes adversarios que no necesitan siquiera desplegar velas en la primera manga para anotarse un 6-3. Ahí se acaba el partido.
Bela y Juan Martín resuelven
Belasteguin y Martín Díaz aceleran el paso. El calor que ya aprieta en el recinto cacereño no recomienda prolongar el esfuerzo. Los cinco sets pueden ser una amenaza ante una pareja más joven que, además, llega fresca sin disputar la semifinal.
Por eso, Maxi y Sanyo tratan de alargar los puntos. Buscan en altura a Fernando, tratan de empujarle atrás. Inútil. El despliegue del número uno es portentoso. Su capacidad de trabajo y su calidad acaban poniendo de su lado al público que abarrota la plaza.
El segundo set se decanta con un arreón de Juan Martín desde la red. El de Mar del Plata sostiene un duelo a quemarropa junto a la cinta contra sus dos rivales. Una, dos, tres devoluciones de vértigo, todas de revés, acaban por destrozar a Sanyo y Maxi que ve cómo la bola le soprepasa en paralelo. Ahí consolidan el break obtenido antes (3-1) y socava aún más el ánimo de los aspirantes.
Un 6-2 finiquita la segunda manga y acerca el partido al desenlace final que llega en el tercero. Un parcial de 0-4 confirma el hundimiento de Sanyo y Maxi. En ese tramo, Bela devuelve el precio de la entrada y regala un punto sorbebio. Un remate de Martín Díaz que sale por tres metros, lo vuelve a meter en pista Sanyo, tocadito junto a la red. Ahí surge la magia del pehuajense. Lectura de la jugada, piernas y mucha clase para levantar esa bola que se moría y acompañarla con suavidad hacia la salida por la otra puerta de la pista. ¡Bela, Bela! La grada se rinde a los pies del jugador al mismo tiempo que su rival, brazos en alto, aplaude la machada y recupera su posición al fondo de la pista.
El dominio de Juan y Bela resulta ya abrumador. Apenas dos juegos conceden en esta tercera manga a sus oponentes que, incluso, levantan dos bolas de partido antes de caer por otro 6-2.
88 minutos de vértigo para una victoria (6-3, 6-2 y 6-2) con la que los Reyes del Pádel suman su tercera corona de la temporada (tras Murcia y Sevilla), un pleno que les mantiene invictos en el nuevo circuito, que acrecienta su leyenda, que desafía a todo el pelotón de jugadores que contemplan, desde lejos, el trono del pádel mundial.
Para Maxi Sánchez y Sanyo Gutiérrez, la derrota, sin embargo, encierra la recompensa a una magnífica actuación en Cáceres que abre nuevas expectativas en el horizonte para esta prometedora pareja.
Foto: World Padel Tour.