Dos depredadores reinando en la sabana. Liberados de sus ataduras, conscientes de su superioridad, se entregan a un festín que buscan culminar con voracidad insaciable.
Las pistas del Racket Club Fuengirola son el escenario de esta cacería que protagonizan Javi Márquez y Javi Cárdenas, recién llegados ambos de la primera fase del Campeonato de Andalucía Absoluto, que buscan resarcirse de su temprana eliminación con un triunfo incontestable en la final de 2ª masculina del Torneo Scream Padel Casamar en la instalación fuengiroleña.
Enfrente, Miguel Serrano y José Marmolejo aspiran, en cambio, a frenar el arrollador avance de estos dos invitados excepcionales, dos forasteros de la categoría que limpian el cuadro a su paso.
La propia dificultad de la empresa compromete el comienzo de partido de Marmolejo y Serrano. Cómodos al fondo, Márquez y Cárdenas juegan con la ansiedad inicial de sus adversarios que ceden el primer juego con un break inquietante (0-1).
Asestada la dentellada, J&J se preparan para sostener la pieza mientras ésta se desangra en su intento por liberarse de sus fauces. Pero Miguel y José no luchan por escapar, sino que se revuelven para plantar cara a sus opresores.
Serrano se activa desde el fondo. Coincide con la desconexión de Cárdenas que falla dos voleas y una salida de pared tocadita cruzada. Miguel certifica el break al ganar en la red un remate del jugador del Ocean Padel que no vuela lo necesario (2-2).
El empate subleva a Javi Márquez que recurre a su pegada para abrir de nuevo la brecha. El resto lo hacen los errores de sus adversarios. Serrano sufre un calvario para ajustar los globos, y al mismo tiempo, deja en la cinta un amago de remate. Marmolejo falla una pelota que trató de recuperar de pared y entrega el saque del compañero con una volea a la red (2-3).
La segunda rotura que consiguen los dos Javis, esta vez sí, parece definitiva. Pese a que sus contrincantes contienen su juego con el saque, no pueden inquietarles al resto. El 4-6 cierra la primera manga y ratifica los roles que ambas parejas desempeñan sobre la pista.
El ritmo lento favorece a priori a Miguel y José que, aunque a distancia, se mantienen en la pugna. Sin embargo, tampoco hay demasiados alardes del otro lado. Márquez y Cárdenas exhiben lo justo, incluso, algo más de sombras que de luces, a la hora de imponer su categoría.
En la reanudación, tres juegos tardan los favoritos en inclinar la balanza de su lado. Dos voleas que falla Serrano condenan el saque de su compañero y abren pista a sus rivales hacia el triunfo (1-2).
Compensa Miguel los fallos que comete con el brazo, sobre todo en los globos y al resto, con una formidable movilidad sobre el verde y una combatividad irrefrenable. Eso y la fiabilidad de Marmolejo les sostienen sobre el abismo hasta que encuentran un agarre sobre el que trepar. Serrano, valiente, aprieta desde el fondo. Marmolejo esconde el golpe y encuentra hueco en el paralelo. Un error con la volea de Javi Cárdenas sentencia su propio servicio y abren la puerta a un nuevo relato (4-4).
En ese terreno de dudas, Marmolejo es todo un especialista en navegar sobre la confusión de sus adversarios. A su lado, Miguel barre terreno para abrir camino hacia el empate. A un paso se quedan cuando se anotan el servicio en el noveno (5-4).
Pero es la consistencia una de las claves que marca la diferencia de categoría. El resto dilapida las opciones de los aspirantes. El saque acaba por enterrarles. Márquez aprieta por arriba, acelera junto a la red, hace añicos la resistencia contraria. Cárdenas, muy irregular, es un cañón por alto. Un remate suyo por tres metros rubrica el break en el undécimo y sitúa el encuentro a un palmo del final.
El propio jugador de Babolat es el encargado de echar el cierre con su saque, pero Marmolejo y Serrano aún tienen una última objeción. ¡Venga, venga!, dice Miguel cuando Cárdenas falla una volea y sitúa el 15-30. ¡Vamos, vamos!, grita ahora cuando perfora en paralelo y abre la puerta al break con un 30-40. Pero, de nuevo, el resto se interpone en su camino. Una mala devolución al saque de Javi, la destroza Márquez con el remate. La acción toca arrebato. Cárdenas aprieta por arriba. Cierra su compañero de Scream Padel con un revés afilado que buscaba diana en el cuerpo del rival.
El dedo índice de Javi Márquez apuntando al cielo regala el triunfo a su padre. El pelotazo que Cárdenas dirige fuera del club es una liberación. El triunfo (4-6 y 5-7) cumple la lógica y, al mismo tiempo, ensalza el papel de los derrotados, dignísimos finalistas de una batalla que no es la suya.