Es un enfrentamiento sin red. Imprudentes, inseguros, indecisos. Ambas parejas se torturan con errores impropios que les impiden abrir brecha.
De los 13 juegos del primer set, 8 se anotan al resto. De los 21 juegos que componen el partido, más de la mitad (12) suponen rotura de saque.
Es el rastro de la final de 2ª masculina del Torneo de Padel del club Pinomar. Es la huella de un encuentro pendular en el que los protagonistas rozan la gloria en cada paso y se acercan al abismo en el siguiente.
Es un duelo de arreones y parones. De acción y reacción.
Dani Sevillano y Antonio Mata prometen juego firme y sostenido; trabajo constante, ánimo irreductible. José Bernal y José Huertas, en cambio, apuntan a un juego eléctrico, una osada e irrefrenable ambición por mandar, una pegada infernal sobre la moqueta.
Nada de eso, sin embargo, se cumple. La joven pareja marbellí apenas encuentra hilo en su juego. Descompasados, buscan imponerse por inercia cada uno por su lado. Enfrente, la dupla veterana aprieta desde el fondo pero no encuentra la continuidad necesaria.
Los 6 breaks consecutivos que abren el partido reflejan este irregular combate entre cuatro gladiadores con rumbo errático.
El servicio de Sevillano es el primero en caer. Bernal y Huertas trazan el juego sobre Mata para ganar la red e imponer ahí el filo de su padel. Es apenas un espejismo que permite a la joven dupla quebrar el saque contrario y adelantarse (0-1).
El calor aprieta en la pista. Las pelotas, Drop Shot, son proyectiles. Reaccionan Mata y Sevillano que se abalanzan sobre la cinta. No dan tregua a sus rivales, poco dispuestos para el cuerpo a cuerpo. Se atranca Bernal con el remate mientras su compañero, Tigrito, apenas enseña sus garras.
La dejada de éste en la red anticipa un break que llega tras un prodigioso resto cruzado de Dani Sevillano (1-1).
El juego, un carrusel a ambos lados de la cinta, alterna las roturas. Un balancín que eleva cada vez a los derrotados y hunde a los vencedores.
Bernal y Huertas se llevan el tercero, un break al servicio de Mata que desnivela, de nuevo, la contienda. Vuela, ahora sí, el remate de Bernal, que amenaza en cualquier bola que se alza. Aunque es la cinta acaba por decantar el juego (1-2).
No pierden comba, sin embargo, Dani y Antonio que conquistan el saque contrario. Esta vez es el de José Bernal el que sucumbe. Dos voleas de éste a la red contribuyen a firmar la condena. El ajustado y preciso juego de fondo de Sevillano, junto al incansable trabajo de Muro, hacen el resto (2-2).
En este arranque, cada paso es una ilusión que se diluye con el siguiente. En el quinto, al servicio de Sevillano, nuevo break para Huertas y Bernal (2-3) que tampoco son capaces de mantener en el sexto lo conquistado (3-3).
Antonio Mata es el primero que conserva su servicio (4-3). El hecho, en atención a lo ocurrido, parece toda una proeza. Más aún cuando en el octavo, Muro y Sevillano destrozan el servicio de Bernal y quedan a un palmo de anotarse la primera manga (5-3).
Sobre la pista, José Bernal y José Huertas son dos sombras que apenas insinúan la categoría que atesoran. Tigrito regala puntos incomprensibles. Bernal elige mal tratando de atajar en cada intercambio. Huyen ambos del fango, un terreno al que, inevitablemente, deben descender para poder discutir el partido.
Lo hacen en el noveno. Bernal asume el mando para medirse en paralelo a Mata. Le doblega con un juego firme desde la red y una pegada imperial. Una salida de pared que filtra el marbellí para perforar el centro de sus rivales le concede la rotura del saque de Sevillano (5-4).
El arrebato de Bernal vuelve a equilibrar un encuentro (5-5) que se asoma irremisiblemente al tie break. Ahí, sobre el alambre, Muro y Sevillano se hunden. Sus errores les abren la puerta a sus oponentes para ponerle la firma al primer acto (6-7).
Sevillano y Mata se desploman
Ni la cercanía de la fosa espabila a Bernal y Huertas que confían el inicio de la segunda manga a la inercia del marcador. El break en blanco que encajan nada más empezar es toda una bofetada sin mano. Los dos errores de Tigrito y su compañero encuentran continuidad en un sensacional despliegue de Antonio Mata y la prodigiosa habilidad de Dani Sevillano para torturar desde el resto.
Así hacen añicos el saque de Huertas (1-0) y abren distancia con el propio, también en blanco (2-0). Son ocho puntos consecutivos que sacuden a sus rivales; ocho puñaladas que amenazan con desangrarles en el segundo set.
El filo del acero les despierta. Sus rivales, en cambio, de manera inesperada, se desploman. Sevillano, intenso en muchos pasajes del primer set; pierde puntada. Es, sin embargo, un remate de Muro a la red lo que entrega el saque de su compañero en el cuarto (2-2).
La igualada cambia el guión. Dani y Antonio tratan ahora de acortar cada punto. Multiplican así sus errores. Enfrente, Bernal y Huertas dan un paso al frente, minúsculo pero suficiente para fracturar el partido.
En el cuarto, Mata cede el servicio (2-4). Tres errores de su compañero hacen peligrar su saque. Una volea del propio Muro a la red certifica el break.
El descenso de Mata y Sevillano es, a esas alturas, una despeñamiento en toda regla. Sin freno en su caída, la veterana pareja es incapaz ya de sostener el encuentro.
Bernal y Huertas, en el octavo, se anotan un parcial de 6-0 para cerrar el partido con la última rotura, la número doce, de un encuentro disparatado (6-7 y 2-6). Los dos geniales jugadores marbellíes, sin necesidad esta vez de ser brillantes, se llevan así el triunfo en la final de 2ª masculina del Torneo de Padel del Club Pinomar.
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