Su despliegue es sensacional. Sobrecogedor, por momentos. Su vaivén constante, su incesante danza no sólo contiene a sus rivales. También acorrala a su compañera en la esquina derecha.
La granadina Lucía Martínez exhibe sus galones en la pista. Su hiperactividad la sitúa en el centro de la escena. Protagonista, ante dos rivales formidables, de una espléndida respuesta para sostener sus aspiraciones y las de su pareja, Pilar Navarro, en la final femenina de la Copa Andalucía 2015.
La central del Centro Deportivo Las Mesas de Estepona es el escenario un duelo que mide a las vencedoras de Granada contra las ganadoras de Sevilla. Estas, Victoria Iglesias y Ana Fernández de Ossó, alcanzan ese último enfrentamiento tras arrollar a sus rivales en su recorrido por el cuadro.
Las favoritas exhiben su poderío y apenas encajan cinco juegos en tres partidos en los que descabalgan a Rocío Valdés y Marina Pérez (6-0 y 6-1); Lorena Lizarza y Rocío González (6-1 y 6-1), y María del Carmen Aranda y María Madrid (6-2 y 6-0).
También las de Granada llegan al último cruce con autoridad y firmeza, sin ceder ni un set. Andrea García e Irene Gómez (6-2 y 6-3); Esther de Jaime y Alba Izquierdo (6-0 y 6-3), y Laura Morales y Mercedes Pérez (6-1 y 6-2).
Ahora, en la final, pese a un inicio irregular, poco hilado, con un juego lleno de claroscuros, son las sevillanas quienes desnivelan el encuentro en el primer set.
Aunque, antes, Lucía y Pilar tienen la opción de golpear primero. Un fallo de Victoria con una volea cruzada pone contra las cuerdas el saque de Anita Fernández. Pero la de Prince se abalanza sobre la red para buscar el cara a cara con la granadina de Lörd Padel que acaba fallando la ocasión de break (2-1).
Quienes no desaprovechan la oportunidad son las actuales números uno del ranking femenino andaluz. El cuarto juego irrumpe como un claro punto de inflexión en el duelo. Hasta siete bolas de rotura surgen durante el saque de Pilar. Todas desbaratadas por la prodigiosa actuación de Lucía y el incansable trabajo de Navarro. Todas, excepto la última.
Un resto cruzado de Iglesias, un sublime revés a dos manos, una estampa imperial, marca de la casa, le permite quebrar el saque de la granadina y abrir así la primera brecha (3-1). Es un acelerón que sirve a las sevillanas para demarrar y dejar atrás a sus contrarias.
En un duelo sin demasiado ritmo, con muchos errores por ambas partes, sin hilo en el juego de cada pareja, la fractura en el marcador resulta definitiva para decantar la primera manga (6-3). El inquebrantable orden de Ana Fernández, su fabulosa constancia, su fiable solvencia les señala el rumbo en este primer acto. A su lado, los fogonazos de Victoria son suficientes para resquebrajar la resistencia de sus contrarias.
Sin embargo, el resultado oculta un escenario inquietante para unas, esperanzador para otras.
Lucía Martínez se pone al mando
Y es que esa intermitencia de Iglesias, la irregularidad que hoy muestra una jugadora imponente, colosal, descubre un peligroso agujero. El instinto de Lucía Martínez se agudiza ante dicho síntoma. La granadina de Lörd Padel crece de manera portentosa para retar constantemente a su rival en el cruzado. Con la diana bien fijada en la esquina izquierda del campo rival, el castigo de Lucía atormenta a su oponente que no le encuentra continuidad al juego. Tampoco Anita Fernández halla el camino para aliviar a su compañera y reencauzar el duelo.
El cambio se materializa en el segundo. Con Lucía Martínez al mando, con Pilar Navarro haciendo millas, incansable, infatigable. Un error de Victoria, con la volea de derecha, pone en riesgo su propio saque por primera vez en el encuentro. Finalmente, y tras una prodigiosa exhibición de reflejos de Lucía que le sirve para gobernar la red, una volea alta de Fernández de Ossó se marcha y entrega el servicio (0-2).
La moqueta se rinde al despliegue de Martínez. Imparable, de lado a lado, en plena ebullición, empujando a sus contrarias al fondo y a su compañera a la esquina. Pide paso, reclama pista, reivindica los focos de un enfrentamiento que maneja con una autoridad formidable.
En el sexto, el desgaste de las granadinas surte de nuevo efecto. Cae otra vez el saque de Iglesias. A esas alturas, lo de Lucía asombra. A su lado, crece Pilar que, al trabajo, le añade filo. Una descomunal derecha cruzada de Martínez acaba por pulverizar el servicio de su rival (1-5).
Anita y Victoria apenas sostienen la red. En la mazmorra del fondo sufren una enormidad ante el incesante empuje de sus oponentes, a un palmo del set, lanzadas a por el partido. Las de Granada esperan ya una oportunidad para convertir el extraordinario trabajo realizado en una recompensa tangible, medible, en una credencial que acredite su derecho a pugnar por la gloria tras haber cedido en el primer tramo.
Y tienen margen suficiente para conseguir generar esa ocasión. Primero con el saque propio. Es Pilar Navarro quien sirve para amarrar el segundo set. Pero sus contrarias, aún en dificultades, son temibles. Cualquier concesión puede servir de asidero a dos jugadoras de la categoría de las sevillanas. Cualquier vacilación o duda puede significar la reactivación de las favoritas aunque ahora estén cediendo. La potencia de Victoria, el orden táctico de Anita; la raza de ambas sobre la pista, son poderosos argumentos que ayudan a explicar por qué Iglesias y Fernández sobreviven al borde del abismo.
Incluso en esta situación, poco necesitan las números uno andaluzas para voltear la situación. De repente, cuando el telón se ciñe para clausurar el set, un revés a dos manos de la de Prince provoca una inesperada opción de break. Pilar y Lucía esquivan la primera amenaza pero sucumben a la segunda. Navarro llega a una dejada pero la estrella en la red. Ahí surge una rotura que genera dudas, que oscurece el recorrido de las granadinas en esta segunda manga (2-5). Aún mantienen una razonable ventaja en el marcador, pero sobre la pista, sus adversarias se han aferrado a sus errores, los de Lucía y Pilar, para salir del agujero.
En el noveno queda bien clara esta recuperación. Anita y Victoria asaltan el saque de Lucía. Fernández de Ossó, sensacional, desgasta a sus adversarias. Es la ola que acaba moldea la roca hasta que acaba haciéndola añicos. No define Pilar con el remate y sí Victoria con el revés a dos manos. La oportunidad de rotura acaba por convertirse en otro break, de nuevo, gracias a otro monumental revés de la de Carmona (5-4).
Completado el parcial de 4-0, las de Sevilla equilibran el marcador tras haber nivelado el juego (5-5). Es el tie break el que debe resolver este segundo acto. ¡A muerte, a muerte! pregona Iglesias una vez superada una situación crítica. Pero cinco errores de Victoria y de Anita lastran sus opciones.
Lucía y Pilar, mucho más sólidas que sus rivales, logran sobre el alambre su objetivo (6-7). Hay desenlace.
Emergen Victoria Iglesias y Ana Fernández para cerrar
Pese a ceder en el tie break, la remontada de Ana y Victoria en el segundo parcial les marca el camino en el tercero desde el principio. Inclinan éstas algo más la pista sobre Pilar Navarro para desactivar a Lucía. Esa decisión libera a Victoria de los grilletes y le abre campo a Ana Fernández.
Así llega el break en el segundo juego al servicio de Lucía Martínez. Una rotura que confirma la recuperación de unas y el descalabro de otras (2-0).
La bola, ahora sí, obedece al dictado de las sevillanas. La resistencia de Lucía y Pilar es numantina, su ejercicio de rebeldía define bien su categoría, su carácter competitivo, pero la respuesta de sus rivales es ahora más solvente. Anita encuentra paso sobre la moqueta. Su irrupción altera el sentido y la velocidad del juego. Victoria descubre más opciones para imponer su poderoso padel.
Lucía, en su último arreón, trata de frenar la reacción de sus contrarias pero las de Sevilla, mordida la presa, no aflojan. En el octavo, una fenomenal volea de Fernández de Ossó al revés de Lucía retrata el fin del encuentro.
Ana Fernández y Victoria Iglesias coronan su padel con el título de la Copa Andalucía 2015, y lo hacen en el mismo escenario que las encumbró como reinas del padel andaluz en septiembre del pasado año.