Esa salida de pared raspada de Maxi Sánchez. Una bola rescatada del abismo. A centímetros de una moqueta que escupe arena a cada paso. Esa pelota es una súplica del puntano que acaba golpeando la cinta para descubrir un pasillo invisible. Un golpe de fortuna que lo cambia todo en esta final masculina del Estrella Damm Master Final 2015.
La acción transforma la radiografía de un encuentro insólito. Por las parejas que lo disputan en la última prueba de esta temporada 2015 y por su desarrollo.
Maxi Sánchez y Juan Martín Díaz alcanzan la gran final tras clasificarse como primera pareja del grupo B. No ceden ni un sólo encuentro y se imponen a Ramiro Moyano y Maxi Grabiel (6-3, 3-6 y 7-6); a Willy Lahoz y Aday Santana (6-3 y 7-6) y a Paquito Navarro y Matías Díaz (6-2 y 7-5).
Así se abren paso hasta las semis para verse las caras con los números uno, Fernando Belasteguin y Pablo Lima. Con 6-4 y 4-4 a favor de los líderes del ranking, el brasileño se fractura el radio y abandona el duelo.
La final, la quinta del año para El Galleguito y El Tiburón, les concede la última oportunidad para despedir su andadura juntos con un título.
Enfrente tienen a la revelación de la competición, Maxi Grabiel y Ramiro Moyano. Se clasifican como segundos del grupo B tras poner en aprietos a Juan Martín y Maxi Sánchez (3-6, 6-3 y 6-7), derrotar a Willy Lahoz y Aday Santana (6-3 y 6-4) y dejar fuera de las semifinales a Paquito Navarro y Matías Díaz (7-6, 3-6 y 6-1).
En semis, la sorpresa adquiere ya carácter de gesta al eliminar a Sanyo Gutiérrez y Juani Mieres en una remontada épica (1-6, 6-3 y 6-4) y plantarse en la final masculina del Master Final de World Padel Tour.
Para Moyano es su primera presencia en un Master. Para Sánchez es la tercera oportunidad consecutiva de ganarlo. Para Martín Díaz, la última opción de no cerrar el año en blanco por primera vez. Para Grabiel, la primera final aquí, una ocasión de reivindicar su maestría, su oficio, su templanza.
Y pesa más la ilusión de unos que el alivio de otros. El asombroso arranque se construye sobre la fiabilidad de Grabiel y, sobre todo, el imponente despliegue de Ramiro, atrevido, descarado, potentísimo con el remate y rapidísimo de piernas.
Frente a eso, la respuesta de Juan y Maxi es una sucesión de errores que les desdibuja desde el principio.
Comienza todo con un break al saque del mago de Drop Shot. Una volea de Martín Díaz a la red, una salida de Maxi al cristal de fondo y un saque y volea de El Galleguito también a la red confirman la rotura inicial (0-1).
A partir de ahí, crecen unos y se desploman otros. A Ramiro y a Grabiel no les pesa el escenario. El de Mystica está inmenso. Recorta metros a la pista e incluso se atreve con éxito a medirse cara a cara en la red a Juan Martín. La solidez de ambos consume a sus adversarios que se deshilachan tras el primer contratiempo.
En el tercero, el saque de Sánchez salta por los aires. Dos veces gana Moyano en la red un remate del puntano de Bullpadel que no define bien. Ambas acciones sirven para abrir una brecha insospechada que, sin embargo, hace justicia a lo que sucede sobre la moqueta.
Ramiro es una centella. Contiene a Martín Díaz con un afilado paralelo y barre la red con una determinación admirable. Grabiel, a su lado, le da carrete. Los destellos de la actuación de su compañero hoy, por momentos, parecen eclipsar el magnífico ejercicio de consistencia y sobriedad de Maxi, otra exhibición de sacrificio e inteligencia táctica.
Es una muestra más de lo que este platense de 39 años, a espaldas de los focos, lleva ofreciendo durante muchas temporadas. Su complicidad, su entrega, elevan siempre al compañero. Su juego es una suerte de barrica que acelera la madurez de quienes comparten pista con él. El caso de Paquito Navarro a finales de 2014 y el de Ramiro Moyano, este año, sirven bien de ejemplo.
Contra esto, sus rivales se deshacen. No hay rastro de la magia de Juan Martín ni de la intensidad de Maxi Sánchez. Desesperación e impotencia. Ambos, devorados por sus contrarios, son víctimas de un repaso al que contribuyen con una respuesta insustancial.
22 minutos después del primer punto del partido, el telón aplasta el primer acto con una contundencia estrepitosa (2-6).
Ramiro Moyano y Maxi Grabiel no aprovechan sus opciones
A Juan y a Maxi les queda el amor propio. A eso se aferra la dupla favorita para sobrevivir durante la segunda manga en un agónico ejercicio de funambulismo.
De los cinco servicios que tienen en el segundo set, sólo aciertan a ganar uno con autoridad. En los cuatro restantes se ven obligados a levantar hasta media docena de bolas de break de sus contrincantes, seis emboscadas que superan a base de coraje.
Les hubiera bastado a Ramiro y a Maxi haber aprovechado una de ellas para inclinar definitivamente de su lado esta final masculina del Estrella Damm Master Final 2015. Pero no lo consiguen.
Con el marcador intacto, la reacción llega en el último momento. Martín Díaz y Sánchez, que no habían amenazado ninguno de los ocho saques anteriores de sus rivales, se procuran una oportunidad de break en el décimo juego del segundo set.
Sirve Ramiro buscando igualar a 5 pero, esta vez, el cara a cara entre los dos Maxis lo gana el de Villa Mercedes. Ante el acoso, ante la opción de que sus dos adversarios equilibren el duelo, Grabiel y Moyano se abalanzan sobre la cinta para gobernar con firmeza, como hasta entonces. Valentía y confianza sin premio.
La fortuna acaba tomando partido. La cinta desvía una salida de pared de Sánchez y concede el punto, el break y el set a Juan y a Maxi (6-4). Un castigo desproporcionado que penaliza la piedad de la pareja de primos.
Tras ello, surge una estampa clarividente. El Drop Shot pide disculpas por la suerte y, tras él, su compañero, ajeno a cualquier consideración, se agita con los puños cerrados, un gesto de rabia y liberación para quien viene sufriendo una tortura en el encuentro.
Ese preciso instante escenifica el inicio de una mutación radical del partido. Este tropiezo, a un palmo de la línea de meta, desarma a Ramiro y Grabiel. Resquebraja su fe y agrieta su propuesta. En la reanudación, su juego pierde el hilo y se encoge, mientras sus contrarios crecen.
Maxi y Juan Martín, que viven su quinta final del año juntos, protagonizan una reacción llena de orgullo que se materializa con un break en el segundo juego. El remate de Sánchez, al que no llega el de Mystica, les sitúa por delante, por primera vez, en todo el partido (2-0).
El puntano destierra tinieblas, se libera de la mazmorra y recupera brío incluso con la pegada. El de Mar del Plata enciende la magia y afila el colmillo. Aunque sus rivales tienen una oportunidad de reengancharse, en el quinto juego, al saque de Juan Martín Díaz. Un mal resto de Ramiro impide el break y catapulta a sus contriarios (4-1).
Desperdiciada la ocasión, Moyano y Grabiel ceden definitivamente en el sexto. Una rotura que pone en órbita a los favoritos (5-1).
No hay espacio alguno ya para la reacción. Juan Martín y Maxi Sánchez confirman la remontada (2-6, 6-4 y 6-1) para conquistar el título de Maestros del Padel 2015. Para el de Drop Shot es, apenas, un aperitivo tras su primera temporada en ayunas. Para el de Bullpadel supone su tercer entorchado consecutivo en un Master y el adiós a esta etapa junto a una leyenda.
El abrazo de ambos desprende aroma a despedida. El que se regalan Grabiel y Moyano, en cambio, es una promesa de revancha.