El fisio oficial de World Padel Tour, Jordi Riba, clava los dedos en sus piernas, mientras en su cabeza quien penetra es Neki Berwig, su entrenadora, para desterrar el pesimismo e iluminar un camino lleno de espinas.
Eli Amatriain y Patty Llaguno acaban de ceder en el tie break el primer set de la final femenina del Estrella Damm La Nucía Open 2015. Ahí han llegado tras un maratón de padel que vacía su reserva física y pone a prueba su resistencia mental.
En cuartos de final, remontan a Carolina Navarro y Ceci Reiter en un duelo en el que levantan incluso dos bolas de partido en contra (4-6, 7-6 y 6-3).
Después, en semis, en la madre de todas la batallas, tras tres horas y cuarenta minutos de partido, Eli y Patty remontan un 6-2 y 4-2 con seis bolas de break en contra ante Alejandra Salazar y Marta Marrero. Una reacción portentosa que les encumbra en un tie break dramático en el que levantan un 6-2 en contra para hacerse con el partido (2-6, 6-4 y 7-6).
Ahora en la final, para lograr su segundo trofeo del año, tienen enfrente otro Himalaya: las gemelas Sánchez Alayeto que buscan su cuarto título de la temporada, el tercero consecutivo tras Valladolid y Málaga.
El inicio de las aragonesas resulta demoledor. Con un dictado firme, autoritario, arrollan a Amatriain y a Llaguno en el arranque. Un break en el estreno al saque de Patty retrata las dos velocidades que se dan a cada lado de la cinta.
Majo y Mapi, espléndidas, imponen su gobierno en la red. Patty y Eli buscan frenar su empuje pero no encuentran respuesta. La rotura del saque de Patty se repite en el quinto. Las de Star Vie dominan el cara a cara en la cinta y no dan opciones a sus contrarias (1-4).
En ese estado de excitación, una suerte de éxtasis padelístico, las gemelas resultan imparables. Más aún cuando sus adversarias tienen que hacer frente a la factura física de sus anteriores encuentros. Patty y Eli no pelean ya contra las hermanas Sánchez Alayeto. También lo hacen contra Ale Salazar y Marta Marrero. E incluso contra Carolina Navarro y Ceci Reiter.
Por eso, cuando Majo consolida la conquista (1-5), el set queda a un palmo de las zaragozanas.
Y lo cierto es que tras dos milagros consecutivos, no muchos en las gradas de la Ciutat Esportiva Camilo Cano esperan una tercera resurrección. Pero Eli y Patty no ceden nunca al desánimo por más que la situación sea adversa.
La riojana muestra una preocupante falta de frescura en su juego. Ocupa menos campo y le falta siempre un paso para estar donde suele. Poco después, el misterio quedará al descubierto.
Sin embargo, ni siquiera eso es un obstáculo para Amatriain y Llaguno. La de La Manga del Mar Menor, consciente de la limitación física de su compañera, pide pista. El nuevo escenario exige a Patty un sobreesfuerzo pero, al mismo tiempo, libera también su hechizo.
Así, ajenas a la dificultad de la empresa, con la luz que Neki les remarca desde el banco, Patty y Eli se ponen al tajo. La resistencia de ambas, su fe inquebrantable, conecta rápidamente con las dificultades que las gemelas tienen para cerrar los partidos. La combinación resulta explosiva. Surgen las dudas, aparece el break en el octavo al saque de Majo.
Un error de Majo en paralelo abre la pista de la rotura. Finalmente es Patty, imponente, quien lo certifica con un delicioso bote pronto, lleno de sutileza y magia, que se acuna al otro lado de la cinta.
De pronto, la indecisión gobierna el juego de las hermanas. Las tinieblas se apoderan de su padel mientras, al otro lado, Patty dicta cátedra y Eli oculta sus carencias con esfuerzo y mucho oficio.
En el décimo, el bache amenaza con tragarse el gran inicio de las de Star Vie. Con saque de Mapi, buscan cerrar el primer set pero lo que obtienen es un break en blanco en contra. Un saque y volea directamente al cristal lateral de Mapi refleja los nervios de las aragonesas, presas de la madeja que Llaguno y Amatriain han tejido sobre la moqueta.
Una gran salida de pared de la riojana en paralelo que no devuelve Majo equilibra el marcador (5-5). Pero la escalada de la dupla número tres no se detiene ahí. También en blanco se aseguran el saque (6-5). ¡Mucho, Eli, mucho!, celebra Patty tras un parcial de 5-0 que les lleva a remontar, otra vez, una situación extrema. Neki, en el banco, enfría los ánimos y pide calma.
Los errores de Majo y de Mapi con servicio propio ponen en serio peligro el primer set. Hasta cuatro bolas de set al resto disponen Llaguno y Amatriain para abrochar el primer acto. No lo consiguen en ninguna y el duelo se va al tie break (6-6).
Ahí, sobre el desfiladero, varios errores de Eli y la voracidad de las gemelas acaban por decantar el set a favor de las actuales número dos (6-7).
Las gemelas frenan la remontada
Eli, en el banco, desvela el enigma y reclama la asistencia del fisio (agotará las tres solicitudes). Mientras, Neki se ocupa de su ánimo. Nada está perdido. A falta de piernas, siempre hay corazón.
En la segunda manga, las gemelas, advertidas de la merma de su oponente, se recomponen y golpean de nuevo. En el segundo pulverizan el saque de Patty. La murciana se despliega por tres cuartos de pista pero Eli no puede seguirle el paso. Pese a ello, levantan dos bolas de break en contra pero, en la tercera, la riojana no llega a cerrar por el medio. Majo y Mapi aceleran (0-2).
A la de Head le resulta imposible combinar precisión con desplazamiento y opta por esperar al fondo. Lo opuesto a lo que recomienda su libreto táctico ante estas dos rivales que en el cuarto juego disponen de tres oportunidades de break para demarrar definitivamente hacia el 0-4.
Pero Eli y Patty regalan a la grada de La Nucía el último ejercicio de supervivencia. Conservan el saque (1-3), se agarran al partido y en el séptimo vuelven a asombrar con otra rotura.
Dos errores con la volea de Mapi hacen tambalear su propio servicio. Finalmente, Patty lo tapa todo en la red y su rival acaba fallando con el gancho por alto (3-4).
La restricción física de Eli desparrama a Patty por la moqueta. Emerge su lectura del juego, su exquisita mano, su entrega, su talento. Una bendición que prolonga un duelo que, en dichas condiciones, debió quedar resuelto mucho antes.
La situación es incómoda también para Majo y Mapi, atrapadas en un juego demasiado irregular. Hasta un 30% de errores no forzados (según Padelstat) cometen las hermanas que en el noveno, sin embargo, aciertan en el blanco al quebrar el saque de Eli (3-5).
Una oportunidad con servicio de Majo para clausurar la final pero tampoco consiguen hacerlo. Con Eli devolviendo remates desde el cristal de fondo y Patty barriendo la cancha, es Majo quien se atrapa para entregar su propio saque (4-5).
Pero las hermanas saben sufrir. Lo demostraron en Málaga y lo vuelven a hacer en La Nucía. En el décimo, desde el resto, le echan el telón a esta final (7-6 y 6-4).
Su abrazo y sus saltos en la pista celebran el cuarto título de la temporada, el tercero consecutivo, para quienes, hoy por hoy, forman la mejor pareja del ranking femenino (aunque el sistema actual no lo refleje así).
Sus adversarias, en cambio, salen sin título físico pero con una enorme recompensa moral. Patty, elegida mejor jugadora de la final, y Eli, retirada en camilla tras el torneo por calambres, han mostrado una fortaleza capaz de agrietar el juego de sus mejores rivales.