Dos golpes secos retumban en la pista, mientras el público, atónito, mudo, asiste al momento. Dos puñetazos con los que Fermín Novillo destroza su pala Wilson. Dos arrebatos que ponen luz sobre el debate interior que el veterano jugador mantiene acerca su irregular actuación en la pista.
Es el segundo set de la final de 1ª masculina del Torneo Hacienda Clavero, disputado en el club Pinos del Limonar, del 13 al 15 de julio de 2012. En el primero, Fermín ha firmado una actuación magnífica, gobernando el encuentro desde la red, con su afinada volea, bien secundando por el siempre fiable Willy Ruiz.
Enfrente Fran Tobaria y Sergio Beracierto, incapaces de contener la tempestad, apenas han dejado huella en el encuentro. Con tres juegos disputados, Willy y Fermín dan el primer zarpazo a sus rivales. Un break al servicio de Tobaria (3-1) que entrega su saque con dos intentos de dejada que no pasan la red (antes, Sergio había enviado una pelota directamente al cristal).
La rotura coloca en la lanzadera de despegue a Novillo y Ruiz, protagonistas de un pádel de alto ritmo, firmes en la red, muy consistentes en sus golpes, tremendamente agresivos. Tobaria y Beracierto no juegan mal pero apenas les alcanza para defenderse y jamás tienen posibilidad de arrebatar la iniciativa a sus oponentes.
Un nuevo break en el sexto juego (al saque de Beracierto) confirma la superioridad de Fermín y Willy (5-1), y les deja a un paso de poner la rúbrica a una majestuosa primera manga. Willy, con su saque, y Fermín certifican este triunfo parcial (6-1) sustentado en una fortaleza infranqueable en la red, y en una capacidad asombrosa de conquistarla por la vía rápida mediante pelotas endiabladas que buscan ángulos inverosímiles (la muñeca de Fermín es prodigiosa para ello).
Reacción sublime
El segundo set comienza con el mismo reparto de papeles que el primero. Beracierto no puede mantener su servicio y sufre un nuevo break (1-0). El propio Sergio y Tobaria no son capaces de aprovechar el saque para mandar en el juego, y además, incurren en fallos que minan cualquier capacidad de reacción (Tobaria falla su tercer intento de dejada).
El partido está encauzado para ser resuelto por la vía rápida. El dominio de Fermín y Willy es abrumador, y aunque han bajado algo sus prestaciones, han perdido fiabilidad y empiezan a cometer errores, los fallos de sus rivales les alcanzan para mantener la inercia ganadora que les debe llevar hasta el trofeo de campeones.
Sin embargo, ocurre lo que imprevisto, lo que hace grande a este deporte. Beracierto y Tobaria, como ya hicieran en la final de 1ª del I Torneo del Club de Pádel Los Caballeros; emergen de las tinieblas del pádel para volver al partido. Aprietan los dientes, endurecen la muñeca, mueven las piernas y empiezan a descubrir huecos al otro lado de la red que hasta ese momento no existían.
De repente, Sergio y Fran son otra pareja (también Willy y Fermín). Defienden muy bien, apenas fallan y sacan el mazo en cada ocasión que tienen. Tobaria, primero, machaca el revés de Willy con una volea incontestable. Después, exhibe una inigualable capacidad defensiva y fuerza el error del contrario. Finalmente, Beracierto se anota el juego, cierra el break y activa la resurrección con un majestuoso drive paralelo que perfora la derecha de Fermín (1-1).
Novillo, impecable hasta ese juego, estrella, a bote pronto, dos pelotas en la red, a modo de síntoma inequívoco de que algo está cambiado. La distensión de su juego prosigue en el siguiente, que Tobaria gana con su saque y Sergio con su volea (1-2).
La ratificación del cambio de escenario se produce en el quinto juego. Tobaria y Beracierto restan el servicio de Fermín, pero valientes, decididos, ambiciosos, se lanzan a la red a la menor oportunidad para llevar la iniciativa. Así llega el break (2-4), con un Fran imperial, que ofrece una exhibición defensiva para el 0-40, recorrriendo la pista de atrás hacia adelante un par de veces, para finalizar él mismo el punto desde la red.
Es en el sexto juego, con ventaja al servicio (de Tobaria), después de haber desperdicidado hasta dos bolas de break, cuando Fermín Novillo escenifica su enfado, cuando libera la pugna interna que mantiene por recuperar las sensaciones del inicio. Dos puñetazos a la pala que le obligan a cambiar de herramienta, pero que no alteran su juego. El 2-5 sitúa a Tobaria y a Beracierto a un paso de la remontada, objetivo que logran en el noveno (3-6).
El partido gira de nuevo
El tercer set apunta en la misma dirección. Fermín se ocupa del primer servicio que a punto está de ser quebrado. Fran y Sergio disponen de dos ocasiones de rotura que no acaban de aprovechar (Tobaria envía primero una bandeja a la malla lateral, y después; tras defender un pelota por los suelos, falla con su revés al enviar la bola al cristal).
Ese primer juego (1-0) da un respiro a Novillo y a Ruiz, que, sin embargo, no inquietan el saque de Beracierto. Sergio y Fran protagonizan entonces sus mejores momentos, todo lo contrario que sus rivales. Tres errores de Fermín y de Willy, con saque de éste, facilitan un break que cierran de manera brillante sus rivales (1-2).
Cuando Tobaria consolida la rotura del servicio de Willy ganando su saque (1-3), el público empieza a descontar los puntos para el triunfo de Fran y Sergio.
Fermín mantiene su saque en el quinto juego (2-3) y en el sexto, por sorpresa, sin indicio alguno, surgen las dudas. Beracierto, que sirve para establecer de nuevo la ventaja de dos en el marcador, y Fran pierden el paso de manera inexplicable. Un remate muy forzado de Tobaria que se va al cristal de fondo descubre la ansiedad de ambos por cerrar el encuentro. Después, una volea de Sergio directamente al cristal y otra que deja en la red hacen estallar a su compañero. «¡Vamos, Sergio, que les estamos dando vida, vamos!», se desespera Tobaria, quien tras jugar un punto magistral, asiste atónito a la intervención de la fortuna que entrega a sus rivales el break con una pelota que se queda muerta tras tocar en la cinta (3-3).
De repente, Tobaria y Beracierto han extraviado la ruta que les llevó hasta la orilla, a los pies del triunfo. Como si recorrieran un itinerario circular, ambos atraviesan otra vez el tramo de la precipitación, de los errores, del pádel sometido al dominio de sus oponentes que ya les costó el primer set.
Willy y Fermín olfatean la debilidad y se lanzan a por el encuentro. Sin recuperar el juego brillante del principio, ambos recurren a su experiencia para manejar los puntos y propiciar el fallo de la pareja adversaria. Así, en el octavo juego, consiguen un break imprevisible poco antes (3-5).
Fran y Sergio apuran sus opciones en el que será el último juego. Se lanzan hacia la red, con servicio de Fermín, y se colocan a dos puntos del break. Pero su pádel ya no les responde. El cristal de fondo es el destino de dos bolas de Tobaria y otra de Beracierto, que entregan así el partido.
Victoria sufrida por 6-1, 3-6 y 6-3 para una pareja que recurrió a su experiencia cuando no encontró su pádel.