Es el suave vaivén de las olas que desgasta la roca sin prisa y sin remedio. La seda frente al mortero. El terciopelo contra el mazo. La paciencia contra el atajo. El orden frente al impulso. Su cabeza estructura el partido mientras su mano mece el juego en la final de 1ª masculina del Torneo de Padel Steel Custom en Fuengirola. La exhibición de Chino Muñoz es un prodigio de temple y mucho oficio. A su lado, el joven Manu Fernández luce su exponencial crecimiento y se despliega eléctrico, incisivo, punzante.
La combinación resulta inabordable para sus rivales, Leandro del Negro y Nico Moral, una dupla de brazo firme que, sin embargo, se embarra con el juego hipnótico de sus adversarios. El enfrentamiento es intenso y pone fin a la competición disputada del 18 al 20 de octubre en el Hotel Myramar Fuengirola.
Leandro Darío Muñoz y la joven promesa de Steel Custom, desde el inicio, tejen una tela de araña que asfixia a sus oponentes cuanto más hacen por liberarse. No es una ofensiva frontal, no se trata de un ataque directo. Es más bien una sutil emboscada, una apuesta que desordena a sus adversarios y que genera réditos de inmediato.
Chino Muñoz toca arrebato en el tercero. Un tremendo costalazo suyo cuando intentaba devolver en la red un remate de Nico Moral no es un esfuerzo en vano. El empeño de un excombatiente del circuito profesional de padel por salvar una simple bola en los albores del primer set es toda una declaración de intenciones para su compañero; una temible advertencia para sus rivales. Ahí llega el primer break.
Cae el saque de Leandro del Negro. Un error de su compañero y dos fallos suyos, el último, una chiquita tan arriesgada como innecesaria, certifica la rotura (1-2) al tiempo escenifica un patrón de juego irregular y errático. Porque el mayor de los Del Negro y Nico Moral están irreconocibles en el arranque.
Insustanciales en el juego, sin hilo para construir desde el fondo, sin consistencia para sostener el diálogo con los rivales. El duelo entre los dos derechas, Lea y Manu corona a éste último como claro vencedor en casi todos los retos de la primera manga. Sensacional está el joven argentino de Steel Custom, una centella sobre la pista que descuelga globos y gana la red en un suspiro. Desde allí, su afilada volea y la veterana astucia del Chino dictan el juego y ponen a sus rivales a hacer kilómetros hasta doblegarles.
Un nuevo break, en el séptimo, confirma la escena. Imperiales junto a la cinta, Chino y Manu gobiernan a su antojo. Impacientes, Leandro y Nico entregan el saque del primero en blanco (2-5). Sintomático es el error que cierra el juego. Moral, a un palmo de la red, remata directamente al cristal una bola corta de su adversario. El fallo, insólito, revela la incomodidad del potente jugador de Steel Custom.
La reacción de Nico y Lea es apenas un espejismo. Manu se desconecta algo del juego y sus oponentes aprovechan la concesión para obtener una rotura de servicio que se convierte en mera estadística cuando encajan el tercer break. El cierre de set resume el dominio de Fernández y Muñoz. Mientras Chino engatusa, desafía desde el fondo, hipnotiza desde la red; Manu danza por la pista, afila, lifta, corta y pega en un repertorio espléndido que le permite poner la rúbrica a la primera manga (3-6).
Nico y Leandro cambian la dirección de juego
En el segundo acto, sin embargo, el relato cambia. Nico y Lea desvían el punto de mira. Ignoran a Manu en la derecha y reorientan su objetivo. La diana ahora está sobre el revés de Wilson que amaga, busca ángulos y juega con los efectos, pero no pega. La pelota que se le marcha al exprofesional y supone el break inicial ratifica el plan de los aspirantes (1-0).
Repentinamente, el encuentro cambia de inclinación. Las dudas cruzan la red. El feroz rugido de Nico irrumpe en la pista al tiempo que su pegada asoma. Lea reduce los riesgos y activa las piernas. Manu pierde hilo y sufre al resto. La ventaja aumenta; la inercia cambia (2-0).
Emerge Moral en la pista. La vía descubierta sobre Chino Muñoz le abre paso hasta la cinta. Desde allí, el gladiador de Steel Custom transforma su juego.
Pero la resurrección no admite errores; rara vez concede segundas oportunidades. Tres fallos de Del Negro en un mismo juego condenan su propio saque y entierran la distancia lograda (3-3). El golpe les desconecta. Chino, que percibe la debilidad, juguetea con la ansiedad del contrario. Anestesia el juego, cambia alturas y distancias; aparece en la red o desafía desde el fondo. Sus contrincantes, inmersos en un mar de dudas, no aciertan a recuperar el discurso.
iVamos! Al unísono rugen Manu y su compañero cuando éste filtra una descomunal bajada de pared en campo contrario. Es un nuevo break, en el octavo (3-5) y deja el encuentro a un palmo del cierre.
Pero Lea y Nico Moral no entregan la victoria. Menos aún cuando sus rivales les dan opciones mediante errores impensables. Tres de Chino en su propio servicio y otro de Manu que ponen el saque al borde de la quema. Al final, tras un punto kilométrico, la unión de la malla lateral y el cristal favorece a Del Negro que buscó fortuna con una bandeja cruzada. Es una rotura (4-5) que vuelve a insuflarles vida en medio de la agonía.
El break anticipa un final caótico con dos quiebres más antes de definir el enfrentamiento en la ruleta rusa del tie break. Primero, en el undécimo, un descomunal Leandro del Negro, en su mejor juego del partido, firma un juego que les acerca al tercer set. El jugador de Padel Goo!!! se proyecta desde la derecha para obtener la rotura del saque de Manu. Con el puño apretado, desafiante, enérgico, Del Negro celebra un parcial de 3-0 que les permite darle la vuelta al segundo acto.
Pero, de nuevo, con todo a favor, vuelven a ceder ante sus contrincantes. Se reparten los errores Nico y Lea mientras los aciertos caen del otro lado con un Chino imperial y un Manu Fernández hiperactivo. El break (6-6) abre la puerta de un duelo decisivo, un cara a cara con la victoria o la salvación como objetivo.
El minibreak que se cobra Moral al comienzo cuando cierra en la red una gran jugada es la única ocasión de que disponen él y Leandro para tomar la iniciativa. Enseguida se imponen los galones de Chino Muñoz. Con la pausa como aliado y el tacto como sutil arma, el de Wilson acuna el juego a su antojo. Él último y definitivo punto retrata el dominio del tiempo que exhibe este prestidigidator del padel. En su duelo cruzado con Nico Moral, le reta por alto, le empuja al fondo, le atrae a la red. A su lado, Manu Fernández le da continuidad a esta extenuante coreografía que concluye con el error del propio Nico con su víbora.
El dedo índice de Leandro Darío Muñoz, Chino, señalando a su compañero; la sonrisa de ambos y el reconocimiento del público presente echa el telón a una final que corona el Torneo de Padel Steel Custom de octubre en el Hotel Myramar Fuengirola.