Si alguien esperaba un reproche suyo, un frase reivindicativa o algún gesto en la ceremonia de entrega de premios del Buenos Aires Padel Master 2022, probablemente no entiende a Fernando Belasteguin.
El de Pehuajó salió a recoger el trofeo de subcampeón junto a su compañero Arturo Coello y le ofrecieron la posibilidad de hablar para toda la grada de La Rural. Era una oportunidad única. A tres metros de él, permanecía en pie Lisandro Borges, el promotor de esta competición desde 2016. El empresario, de nuevo alineado con la doctrina World Padel Tour tras haber renegado de ella, ha decidido situar a Bela en la diana de su dialéctica.
El fallido intento de impulsar su propio circuito, The Players Padel Tour, ha dejado cicatrices llenas de resentimiento y animadversión en el promotor, quien, tras rectificar y obtener el perdón de World Padel Tour, se ha decidido a cobrar algunas facturas pendientes.
Así es que, en las últimas semanas, Borges no ha perdido ocasión de señalar de forma directa al jugador argentino o bien de deslizar cualquier reprobación sin nombrarle.
“Lisandro Borges estalla contra Belasteguin: es una vergüenza lo que están haciendo con el pádel”. Con este titular en la web de Relevo, el empresario recibió a Belasteguin a principios de semana en su regreso al Master de Buenos Aires.
Borges dispara en la entrevista contra el exnúmero uno para reprocharle su apoyo a Premier Pádel y omite a conciencia el resto de nombres de jugadores que integran la Junta Directiva de la Asociación PPA. De igual modo que en sus redes ha reiterado sus críticas a la Federación Internacional de Pádel y a su presidente Luigi Carraro, y no se ha atrevido con la empresa Qatar Sports Investments (QSI), parte indispensable del nuevo circuito de pádel.
En 2019, la organización del Buenos Aires Padel Master anunció a bombo y platillo que la pista central de La Rural pasaría a conocerse como Estadio ‘Fernando Belasteguin’, mientras que la cancha auxiliar recibió el nombre de ‘Robby Gattiker’.
En tres años, aquel reconocimiento ha dado paso al intento de ostracismo.
La imagen de Bela, presente en el cartel anunciador del torneo desde 2018 de manera ininterrumpida (no hubo en 2020), ha desaparecido en la actual edición. Además, si el año pasado el de Pehuajó disputó todos sus encuentros (hasta caer en cuartos) en el último turno de juego, el de mayor afluencia de público; en esta ocasión, la organización ha enviado a Fernando Belasteguin al primer turno en todos los enfrentamientos que ha disputado.




Por ello, tras la final, con el micrófono frente a él y la grada de La Rural expectante, Fernando Belasteguin pudo haberse explayado. Con Borges a su merced sobre la moqueta, territorio Bela, el jugador tuvo la opción de haberse cobrado su propia revancha. No lo hizo.
No por temor, desde luego. Bela habla claro y directo cuando la situación lo requiere, incluso a costa de sufrir sanciones. Muestras hay a lo largo de su vasta carrera.
Sin embargo, esta vez, el mito articuló su discurso en torno al pádel y al ambiente que se vive en La Rural, para terminar con una frase lapidaria: “Este deporte es más grande que cualquiera”.
No le hizo falta más para marcar diferencias. La sencilla y serena alocución de Bela subrayó el evidente abismo que separa al de Pehuajó del empresario Borges. Allí, sobre esa alfombra azul, la respuesta de Bela, como deportista, le alejó de quienes no tienen tal condición. Por más que una artificiosa narrativa en redes y medios haya fingido que Borges pudiera ser uno de ellos; en verdad, no lo es.
Bela se ocupó de certificarlo tras la final sin nombrarle siquiera. Aunque antes, ya lo había derrotado.
Fernando Belasteguin disputó el pasado miércoles su primer partido en el torneo argentino. Fue un día después de que apareciera la entrevista en Relevo en la que Borges le señaló directamente.
Tras ese encuentro, en las declaraciones post-partido, el jugador pudo haber respondido al empresario. No lo hizo. En lugar de eso, expresó un mensaje de ánimo a Francisco Javier Rodríguez Aparicio, Pako Pádel, director del Departamento de Arbitraje de World Padel Tour, y juez árbitro durante muchos años. El hombre atraviesa una complicada situación de salud y Belasteguin quiso dejar bien presente su apoyo.
“Creo que, más allá de que hay muchas cosas que no son importantes, en el día a día, ahora lo más importante es el partido que tiene que jugar Paco”, apuntó el argentino que finalizó con un “todo lo demás carece de importancia”.
El jueves, en octavos, Bela y Coello sufrieron mucho para superar su enfrentamiento ante Eduardo Alonso y Juanlu Esbri (7-6, 4-6 y 6-3). Al terminar, el argentino hizo un gesto revelador. Tras el saludo a sus rivales, Belasteguin, aún en el centro de la pista, elevó un puño hacia uno de los fondo, sonrió mientras arqueaba las cejas, se giró y extendió la parte trasera de su camiseta para que se visualizara bien su firma: Bela. El posterior comentario de aprobación de Coello (y la expresión que le soltó sonriendo mientras le abrazaba) fue revelador. La grada de La Rural enloqueció con la escena y terminó coreando el nombre de su jugador.

La ovación fue tal que el de Pehuajó, que se había sentado ya en su banco, tuvo que volver a ponerse de pie para saludar al público.
No le hizo falta siquiera llegar a la final. A Bela le bastó apenas un simple gesto en los octavos de final para enterrar toda la palabrería de Borges.
No necesitó decir nada en la entrevista posterior al partido. Belasteguin se refirió a la exigencia que les habían planteado los rivales, a cómo la habían podido superar en equipo y elogió al público argentino. “Estoy en deuda con todos”.
El viernes, tras imponerse en cuartos de final a Josete Rico y Agustín Gutiérrez, le preguntaron en la entrevista posterior si tenía en mente ganar el torneo con el apoyo que estaba recibiendo de la grada. El argentino hizo una pausa y dijo: “Sería lindo que gane, jejeje, ¿o no? ¿eh?”. Miró a cámara elevando las cejas, el mismo gesto que hizo el primer día antes de señalarse el nombre de su camiseta, y dedicó una sonrisa escalofriante. Ni la del Joker.
“Estaría bueno”, continúo, “yo creo que me podría llegar a divertir mucho pero…”, los cánticos del público con su nombre interrumpieron su alocución. El de Pehuajó decidió no ser más explícito y optó por bromear sobre la presencia de Tapia durante el partido y el efecto motivador que tuvo en Coello.

Eso fue lo más cerca que estuvo de responder a los ataques recibidos. El sábado, tras ganar a Coki Nieto y Martín Di Nenno en semifinales, ni siquiera hizo declaraciones.
La organización llevó a cabo un homenaje público a los integrantes de la selección argentina que se ha proclamado campeona del mundo en Dubai. Bela no asistió (acudieron Tapia, Chingotto, Tello y el propio Di Nenno).
En efecto, Bela alcanzó la final. Y no pudo ganar. Él y Coello tuvieron opciones pero no las aprovecharon. Lebrón y Galán esquivaron hasta tres bolas de set en contra en el primer parcial y se apoderaron del partido para celebrar su tercer entorchado WPT consecutivo, el primero como números uno ya garantizados.
El de Pehuajó explicó que las “ganas de ganar” allí le habían pasado factura. En cualquier caso, su triunfo ya era un hecho.
Durante la entrega de premios, Borges asistió desde dentro de la pista a la ovación del público a Bela. En cualquier otro momento pasado, hubiera aprovechado para mostrarse junto al de Pehuajó. Esta vez, al contrario de lo que hizo en 2021 con Sanyo y Tapia, no quiso entregar los trofeos ni posar con los subcampeones. Sí, en cambio, se exhibió con Galán y Lebrón. Curiosa escena la del empresario argentino junto al jugador al que quiso dejar en evidencia por no participar el pasado año en el evento América vs Europa que él mismo organizó (“Lebrón quería más dinero”, desveló en una entrevista en Padel Magazine).


Así ha echado el cierre esta edición 2022 del Buenos Aires Padel Master en la que, en apenas cinco días, Fernando Belasteguin ha regalado un nuevo episodio de su asombrosa epopeya deportiva que, al mismo tiempo, y sin pronunciar palabra, le ha servido para desnudar a un despechado empresario.
Sobre la moqueta, el de Pehuajó ha honrado, una vez más, al pádel, su deporte.
Lisandro Borges ha pretendido derribar sin más a una leyenda que le sobrepasa en todo. Puede aprender de su error y digerir su derrota. La de hoy, dentro de pista y, también la de ayer, fuera de ella.
