A pocos meses de las elecciones en la Federación Española de Pádel, su presidente Ramón Morcillo trata de disimular los rescoldos de los numerosos incendios que su gestión ha ido provocando en el organismo.
Uno de los últimos, la crisis abierta en el Comité Técnico de Árbitros de Pádel de la FEP tras la dimisión del anterior equipo por injerencias federativas en la designación de jueces árbitros. Ayer, el mandatario anunció el nombramiento de Jorge Ezquerra como nuevo presidente del CTAP. Le acompañará un equipo de cuatro personas: Jesús Gadea, Miguel Ángel Herranz, Josep Azuaga y Mercedes Riaza.
Morcillo se apoya en Aragón
Casi dos meses ha tardado el presidente Morcillo en gestionar el cisma en el órgano arbitral de la FEP. En noviembre pasado, el anterior responsable, Honorio García, decidió presentar su dimisión por las interferencias sufridas desde la FEP en las designaciones arbitrales de la III Copa de España de Ligas Autonómicas que se celebró el fin de semana del 17 al 19 de noviembre en Las Palmas de Gran Canaria.
Apenas un año y un mes estuvo en el cargo el reputado árbitro cántabro que aterrizó en octubre de 2022 junto a José Miguel Sanchíz, Francisco José Ruiz, Paloma Cerdá y Mercedes Riaza.
El intento de condicionar la designación arbitral que debía realizar de este órgano arbitral para la prueba celebrada en territorio canario fue el desencadenante de la crisis que terminó con las renuncias del presidente y de algún otro integrante lo que, a la postre, derivó en la salida de todo el equipo que fue nombrado junto a Honorio García.
A tres semanas de que empiece el calendario de competición de la FEP de este 2024, y por tanto, de la necesidad de acometer las primeras designaciones arbitrales; el presidente Morcillo extiende la alfombra sobre la mancha todavía humeante de aquel episodio y pone este órgano en manos de la Federación Aragonesa de Pádel.
Tanto el nuevo presidente, Jorge Ezquerra, como Jesús Gadea y Miguel Ángel Herranz, tienen licencia por la territorial aragonesa; mientras que Josep Azuaga exhibe ficha de la Federación de Pádel de la Comunitat Valenciana. Mercedes Riaza, empleada de la propia Federación Española de Pádel, mantiene su puesto en el CTAP.
No solo eso. El nuevo responsable del CTAP de la FEP, que ha arbitrado en el circuito profesional World Padel Tour, es miembro del Comité de la Liga de la Federación Aragonesa de Pádel.
Miguel Ángel Herranz, por su parte, es presidente del Comité Técnico de Árbitros de la Aragonesa, miembro de la Junta Directiva del ente aragonés, y mantiene el propósito de presentar candidatura a la presidencia de la federación territorial en los comicios que habrá este año.
Por su parte, Gadea, además de vocal del comité arbitral aragonés, desarrolla la labor de Jefe de Prensa en el organismo federativo que preside Rafa Bes.
Termina la jugada
Se da la circunstancia de que dos de los tres componentes aragoneses del nuevo CTAP se vieron envueltos en la polémica del pasado mes de noviembre que terminó con la salida de todo el equipo arbitral de la FEP.
Entonces, el órgano presidido por Honorio García designó como juez árbitro principal de aquella Copa de España de Ligas Autonómicas a Javier García Barreto, con licencia por la Federación Canaria de Pádel, a quien se iba a acompañar de un equipo de auxiliares formado por jueces árbitros residentes también en territorio canario. Sin embargo, desde altas instancias de la FEP se instó a que los colegiados elegidos fueran de otros lugares de España, una medida insólita que el máximo responsable arbitral federativo decidió no asumir.
La designación de árbitros peninsulares, además de un evidente desprecio al colectivo arbitral canario, suponía un incremento de los costes organizativos de la copa que tendría que asumir el organizador, la Federación Canaria de Pádel.
Dimitió por ello Honorio García y le acompañó también José Miguel Sanchíz, otros de los vocales del órgano, árbitro de pádel canario, con amplia experiencia en el pádel profesional. Junto a ellos, terminó cesando el resto de componentes.
Ya sin los integrantes del comité, la FEP apuró el plazo y terminó de cumplir su propósito al designar para esta Copa de España de Ligas Autonómicas a un equipo arbitral cuya mitad de integrantes procedieron de la península. En dicha designación final estaban dos de los nuevos componentes del CTAP, Miguel Ángel Herranz y Jesús Gadea, que se desplazaron a territorio canario.
Ahora, ambos han dado el salto al CTAP de la Española.
Desafío del CTAP: desterrar la sombra de la sospecha
El nuevo equipo arbitral comienza ya su andadura en el CTAP. Lo hace con un desafío importante: desterrar la sombra de la sospecha.
Las injerencias sufridas en el órgano desde altas esferas de la FEP que provocaron la renuncia del anterior responsable arbitral ponen en cuestión su funcionamiento.
El escandaloso silencio del presidente Ramón Morcillo sobre este asunto no ayudan a despejar la incertidumbre en torno a la independencia del comité.
Morcillo apura sus opciones
El movimiento del presidente Morcillo no es casual. Más allá de la demostrada capacidad de los designados para el CTAP (jueces árbitro de dilatada trayectoria), la jugada del cuestionado dirigente federativo se enmarca también en el contexto electoral que la propia FEP vivirá en unos meses.
Y es que el dirigente trata de apurar sus opciones. En septiembre del pasado año, afirmó en declaraciones a la agencia EFE en Ceuta que no descarta presentarse a la reelección: “Con toda la honestidad del mundo, no puedo decir si me presentaré o no porque después de lo que viví en el año 2022, que fue duro para mí, aprendí a no hacer planes más allá de mañana y que todos los planes sean en favor del pádel”.
Aún no ha despejado la incógnita, al menos en público, pero, en caso de optar a la misma, lo hará con un registro insólito: es el primer presidente de la FEP al que la Asamblea General le ha tumbado las cuentas de su mandato. Por ahora, los números de los años 2020, 2021 y 2022 han obtenido la reprobación asambleísta.
La gestión de Morcillo al frente de la FEP está plagada de episodios polémicos, algunos tan llamativos como el boicot que llevaron a cabo las jugadoras a la edición de 2021 del Campeonato de España Absoluto al sentirse discriminadas por la organización; o, desde luego, el amago de dimisión que realizó en 2022 al ser descubierto ocultando, primero, y haciendo pasar por bueno, después, un documento manipulado sobre las contraprestaciones que recibiría la Federación Catalana de Pádel a cambio de condonar una deuda a la FEP.
Desde entonces, el dirigente ha cesado a dos vicepresidentes, y ha nombrado a un tercero que por ley, según denunciaron en la última asamblea, no puede serlo; ha hecho numerosos cambios en su Junta Directiva para tratar de mantenerse, ha sufrido dimisiones en este órgano, en el CTAP y en el cuerpo de seleccionadores; tiene al organismo en una grave situación económica mientras la institución pierde peso en el concierto internacional.
Morcillo, pese a todo, ha logrado sostenerse hasta el final del mandato favorecido por los pulsos intestinos en el ámbito federativo que, de una forma u otra, le han permitido alcanzar la línea de meta. Sus aspiraciones de continuar, a falta de méritos que exhibir en su gestión, pasan, precisamente, por seguir sacando beneficio del actual escenario de bloqueo.