¡Yo! Grita la malagueña cada vez que reclama pista hacia la bola para darle al juego una dimensión diferente. ¡Yo! Se eleva hacia el cielo y carga el brazo. Entonces, la velocidad se acelera; el ritmo tiende al vértigo; las rivales entregan la iniciativa. ¡Yo! La número uno del padel femenino, se multiplica, decidida, insaciable, asume el mando y se despliega sobre la pista para despejar la amenaza sobre su reinado en la final femenina del World Padel Tour en Granada.
El Palacio de los Deportes de Granada contempla el inasequible empeño de una leyenda por alcanzar la gloria como si fuera su primera vez.
Es Carolina Navarro y, a su lado, Cecilia Reiter. Juntas, no solo buscan su tercer entorchado de este año I del World Padel Tour. Las números uno quieren gritarle al circuito su liderazgo, recordarle su hegemonía (suman ya juntas tres años seguidos en lo más alto; nueve no consecutivos de la malagueña), volver a cerrar la temporada en la cima, a coronar esa cúspide que las sitúa más cerca del Olimpo.
Enfrente, sus rivales, combatientes hoy por los focos, aspirantes mañana al trono, ya les han doblegado en dos ocasiones durante la temporada. Son las gemelas Sánchez Alayeto, que juegan con la frescura de la novedad, que regalan la espectacularidad de su juego poderoso y agresivo, que presentan la ambición de quienes exhiben mucho y prometen todavía más.
La lluvia, que cae del manto gris plomizo que cubre hoy esta tierra andaluza, no retrae al público que viste el espectáculo. Es uno de los mejores encuentros de un circuito femenino que se dirime, en este último tramo, bola a bola, golpe a golpe, palo a palo; con el cuchillo entre los dientes y las rodillas rozando el suelo.
La final es inédita. El enfrentamiento no había alcanzado hasta ahora el último peldaño de la contienda en 2013.
El precedente más inmediato, la semifinal de Bilbao, con victoria para Navarro y Reiter (6-4 y 7-6). Los antecedentes más explosivos, las dos victorias de las hermanas zaragozanas, al comienzo de curso, en Barcelona y Santander (en cuartos y en semis, respectivamente).
Final Femenina World Padel Tour Granada

Todo ello, unido a la derrota sufrida en la final de Bilbao ante Llaguno y Amatriain, agita el padel de Reiter y Navarro desde el inicio en esta final del Granada International Open. Con un comienzo firme y muy sólido, no dan tregua a sus adversarias. La zurda de Star Vie es un muro en la derecha. Afila su volea, acuna su bandeja cruzada que atormenta, en este arranque a Mapi, perdida, desconectada.
En realidad, las gemelas, nerviosas, imprecisas, incapaces de imponer su juego, quedan a merced de sus contrincantes que vuelan sobre el azul. ¡Majo sí, Mapi no! le indica la argentina a la malagueña en el último punto del primer juego. La posición de sus rivales es apenas un dato. La terrorífica bajada de pared de la jugadora de Varlion arrebata la iniciativa de golpe. Ella misma acaba el debate con una tremenda volea paralela. El rugido de las números uno, intimidatorio, atrona en el pabellón y celebra su primera gran presa: un break en el primer juego (0-1).
Con mucha autoridad, Navarro y Reiter dominan el ritmo. Su gobierno desde la cinta no encuentra respuesta al otro lado. La rotura en el tercero confirma el desequilibrio. Dos errores, uno de cada una de las hermanas, condenan el servicio de Majo (0-3).
Las gemelas de Star Vie no aciertan a frenar la hemorragia hasta el quinto. El 0-30 que padecen con saque de Mapi activa la alarma de naufragio. M&M inclinan la pista hacia Reiter que sostiene el duelo hasta entonces con mucha firmeza. La zurda recula, gira, avanza, volea. Su elástica danza contiene la ofensiva de sus contrincantes y rubrica un inicio soberbio cuyo único lunar se descubre en el resto. Ceci, es cierto, sufre un calvario para devolver de revés junto a la pared. Por ahí encuentran las gemelas aire para anotarse su primer juego (1-4).
No obstante, el marcador refleja una distancia sideral. Más aún cuando Carolina se anota su saque (1-5). Sin embargo, imperceptibles aún, asoman algunos detalles en el intercambio que esbozan un escenario diferente. El 0-30 con el que amenazan las hermanas el servicio de la malagueña suma el sexto punto consecutivo para las aragonesas. Un síntoma, impensable hasta el momento, que insinúa un nuevo escenario a punto de emerger.
Carolina Navarro y Ceci Reiter ceden la iniciativa

Los tres errores de Ceci en el séptimo juego forman parte de ese nuevo paisaje. ¡Tranquila! le dice Navarro a la argentina con 2-5 en el marcador y la posibilidad para Reiter de cerrar el set con su servicio. La radiografía del juego está mutando.
Poco a poco, Mapi ha comprendido la necesidad del partido y ha asumido su parte del plan. Su trabajo de desgaste hacia Cecilia empieza a dar sus frutos. Aislada, alejada de la cinta, desconectada del juego, Carolina Navarro apenas puede guiar a su compañera en medio del acoso.
Las gemelas discuten ya el gobierno del juego. Aún así, necesitan de cuatro bolas de break para poder asaltar el servicio de su adversaria. Dos errores de la malagueña en la misma jugada, fruto de la ansiedad por desnivelar un debate en el que apenas tiene voz, entregan su saque (3-5). Primero, con un remate que no vuela lo suficiente y que volea desde la red Mapi; después, con una devolución forzada que envía al cristal de fondo.
La rotura recorta una distancia que se achica aún más con el servicio de Mapi (4-5). Despejados los errores, el trabajo cruzado de la jugadora de derecha resulta sensacional.
Reiter, exigida, pierde ritmo y agresividad. Aprisionada en la esquina, su juego se vuelve previsible. La rutina alimenta aún más las opciones de las gemelas que vuelan sobre la pista incluso con el saque de Carolina. El 15-40 que logran les sitúa a un paso del empate. Una volea de Navarro y un error al resto de Majo anulan la opción. Dos errores más de Cecilia (una bajada de pared a la red y un globo al cristal) les conceden dos nuevas ocasiones. Pero, otra vez, un acierto de Navarro y un fallo al resto de Majo desperdician ambas posibilidades. Finalmente, a la tercera bola de set, Carolina y Ceci se anotan la primera manga. La malagueña imprime fuerza y dirección a su portentosa bandeja. Majo apenas acierta a bloquear en la red. Se le marcha el envío y con él, las opciones en el primer acto (4-6).
A esas alturas, tras 50 minutos de partido, el duelo se discute sobre las cabezas de Reiter y Mapi. Se buscan la una a la otra, se miden por alto y se retan por bajo. La que afloja cede la iniciativa del juego a sus rivales, la que no aprieta entrega el mando del partido a sus adversarias. El esfuerzo de las Sánchez Alayeto no ha sido en vano. Pese a no lograr esa victoria parcial, las hermanas han encontrado el camino para abrirse paso en el enfrentamiento.
Las hermanas Sánchez Alayeto despegan
En la reanudación, las gemelas se anotan su saque (1-0) y amenazan el de Carolina. De nuevo, se ganan dos oportunidades para romper. No convierten ninguna. Un fallo en un remate de Mapi que Navarro saca por cuatro metros junto a la red y otro error al resto de Majo condenan sus opciones de break (1-1). La zaragozana de revés, por cierto, sufre mucho con el afilado saque, también de revés, de la malagueña.

El duelo, tras un respiro, recupera la intensidad. Las hermanas aprietan al servicio de Carolina. Majo, imponente, recurre al mazo. La malagueña, fuera de sitio, concede el break (4-2) con una doble falta. Asoma la posibilidad de un tercer set. Cobra aún más fuerza con el saque de Mapi (5-2).
Hablan las números uno. Buscan escapatoria a la emboscada de sus rivales. Dos son sus prioridades. Liberar a Ceci de su prisión en el fondo y abrir pista a Carolina para entrar en juego. Para ambas puertas, la llave es la misma. La argentina de Star Vie empieza a buscar la red con mayor asiduidad. De esa forma, sale del hoyo, cierra espacios y provoca el juego cruzado que otorga hilo a Navarro.
Al mismo tiempo, Carolina amplía su radio de acción. Busca más allá del centro, vuela más allá de la mitad de cancha para intervenir con su bandeja. Emerge ahí su leyenda, irreductible, para exhibir su poder bajo los focos del pabellón granadino.
La malagueña de Varlion asume el mando
La pide entonces Carolina. ¡Yo! La busca con determinación la malagueña. ¡Yo! Su punzante bandeja tortura a Majo. Su agresiva volea azota a Mapi. Su inteligencia táctica pone a correr a las hermanas. Cada intervención de la jugadora de Varlion le arranca la iniciativa a sus adversarias y las somete a su dictado.
Es así como Navarro y Ceci interrumpen el parcial de 3-0 encajado (5-3). Es entonces cuando el oficio, la experiencia, el halo de quienes compiten por la gloria, día a día, desde hace años, decanta esos detalles que desnivelan cada duelo.
Cinco bolas de set tienen las gemelas a su favor. Cinco ocasiones para forzar un tercer parcial, para devolver el golpe encajado, para crear más dudas en sus rivales.
Dos de esas oportunidades llegan en el noveno juego. Ahí emergen las números uno, valientes, poderosas; ahí aflojan las aspirantes, ansiosas, víctimas de la precipitación, incapaces de anotarse alguna (4-5).
Tampoco aprovechan las tres nuevas ocasiones de que disponen al saque de Carolina. Incomprensiblemente, entierran un 0-40 a favor. El derroche acaba por costarles caro.
La pelota que iguala a 40 el décimo juego retrata la ascensión de Navarro en el partido. Con bola de set en contra, filtra una bajada de pared de revés, afilada, directa, prodigiosa. Su figura, puño cerrado, rugido al aire y mirada hacia la grada, es todo un icono de su exitosa carrera en el padel.
Con el 5-5, la derrota psicológica arrastra a su vez el juego de las gemelas. Cecilia Reiter, liberada de sus ataduras, vuelve a danzar ya por la pista. Cae el servicio de Mapi tras un error no forzado de su hermana con la derecha, a media pista (5-6). Es la rendición.
Una volea de la argentina acaba por certificar un parcial de 0-5 y pone fin a la contienda (5-7).
Reiter, en el suelo; Carolina, con las manos en la cara; los rostros de decepción de las hermanas; la atronadora ovación del público a las cuatro jugadoras. Todo ello forma parte ya del paso del World Padel Tour por Granada.
La victoria de las números uno es un enorme sostén de confianza para ellas de cara al final de una temporada difícil. La derrota ante las mejores, por otra parte, encierra valiosas lecciones que las gemelas Sánchez Alayeto sabrán extraer de cara a su esplendoroso futuro.