Cabizbajos por momentos. Algo decaídos. Sin expresión. Sin voces. Con sus contrarios domando el juego, llenando la moqueta de minas, mientras ellos, los jovencísimos Javi Garrido y Javier González Barahona, resisten con cierta aflicción, sobreviven con más tesón que entusiamo. Es el segundo set de una de las finales de previa del Cervezas Victoria Costa del Sol Open 2017, un enfrentamiento que abre las puertas del cuadro principal a la dupla vencedora.
Ricardo Martínez y Andrés Britos afrontan su cuarto encuentro en este open malagueño para ganarse una plaza entre los grandes. Y lo inclinan con mucho oficio, al dictado del español que comprende el contexto y juega con las circunstancias. Se adueñan así del ritmo y también, por momentos, del ánimo. Su expresividad contrasta con el mutismo temporal de los Javis.
Fuera de la pista, tras los cristales, apostado en una esquina, el padre de Garrido, Kiko, se desvive en busca de una reacción. Su coreografía se desata cada vez que encuentra la mirada de su hijo que le busca. Entonces, cierra el puño, aprieta los dientes, asiente con la cabeza, le entrega el alma. El progenitor de la perla de Star Vie apenas logra contener su ímpetu en un intento por elevar a sus chicos.
Pero Garrido y González, por más que ahora no transmitan, tampoco se hunden. Resposan y analizan. Descifran enigmas. Resuelven ecuaciones. Disipan dudas. Pero no bajan los brazos. Nunca. La ilusión es el alimento de los soñadores y estos chicos tienen de sobra. Por eso, por la mañana, salvan dos bolas de partido en contra para culminar la remontada ante Ignacio Otero y Jorge Señorán (6-7, 6-2 y 7-6). Por eso, el día antes, superan un 6-0 y levantan un 3-1 en contra en el tercer set ante Di Nenno y Campagnolo para hacerse con la victoria. Por eso mismo, con anterioridad, le dan la vuelta al durísimo partido que les mide a Icardo y Bardasco (2-6, 6-4 y 6-3) en el segundo encuentro de pre-previa.
Final Previa Cervezas Victoria Mijas Costa del Sol Open 2017
El tie break rompe el equilibrio
Al borde del abismo, esta pareja Star Vie ha demostrado su tenacidad persiguiendo sueños. Aunque no lo tenga sencillo. Enfrente Britos y Martínez logran reconducir el juego para desplegarse con una inteligencia notable pese a verse sorprendidos en el arranque con un break en el quinto al saque de Ricky. Un globo de Barahona le abre paso a la red y allí amaga el remate. Surge esa opción de rotura que se concreta tras una bola corta de Ricardo Martínez que destroza Garrido por cuatro metros (2-3).
La consolidación en blanco de esa recompensa (2-4) abre una brecha esperanzadora para los Javis. Pero un inesperado traspié del madrileño compromete sus opciones. Con saque propio, da vida a sus oponentes al cometer cuatro errores consecutivos (tres de ellos no forzados). Una condena frente a dos hambrientos opositores. El break no sólo equilibra el electrónico (4-4) sino que marca un punto de inflexión en el encuentro.
Porque sus contrarios, más allá de la conquista, se elevan sobre el contratiempo de sus oponentes y recomponen su juego tras comprender el escenario y sus condicionantes.
Y es que el retraso acumulado lleva el inicio de este partido más allá de las diez de la noche. La humedad le resta bote a la pelota y le añade demasiado deslizamiento a los cristales. Ricky traza entonces la hoja de ruta adecuada. Altura y profundidad. Resistencia y paciencia. Consistencia y engaño. Desafía a sus oponentes con globos estratosféricos, les niega huecos desde la cinta y les atormenta con víboras enroscadas que buscan las esquinas para mortir al primer contacto con el cristal.

La fórmula surte efecto de inmediato. La pareja española pierde fuelle. Atrevidos con la pegada, el joven dúo trata de añadir mordiente pero sucumbe a la rapidez de piernas y a la lectura de juego de sus adversarios. Con un Britos que es una centella en las inmediaciones de la cinta y un Martínez que se descubre como un especialista en el rescate de remates por tres metros desde fuera de la pista.
Así, con el juego apretado, el tie break acaba decidiendo el primer acto. El inicio de la doble J, con un 3-1, no le sirve para imponerse sobre el alambre. La dupla hispano-argentina le da la vuelta al puntaje y abrocha el primer parcial en la foto finish (7-6).
Garrido y González encuentran a tiempo la brecha
Acusan los de Star Vie la oportunidad desperdiciada. El padel es un juego de vasos comunicantes. La oscuridad de unos es la luz de los contrarios. El abatimiento de aquellos es la euforia de estos.
Ricky, magistral, y Britos; enérgico, buscan aprovechar el frenazo de sus rivales para desequilibrar definitivamente la contienda. La propuesta diseñada por el de Yecla le ha quitado la iniciativa a sus contrincantes. La receta le suprime vértigo a los intercambios; pone a sus jóvenes oponentes a mirar al cielo para descolgar bolas mientras a ras de la moqueta, ambos se alternan para achicar los espacios y negarles los ángulos.
Sin mando, sufren Garrido y González Barahona. En efecto, padecen… pero se sostienen. Sin énfasis pero se agarran. Sin vigor pero sobreviven con saque propio. Kiko Garrido, el padre de Javi, va y viene junto a uno de los cristales de fondo. Gesticula, lamenta, celebra, respira y, sobre todo, anima. Disputa su propio encuentro. ¡Vamos, arriba Javi! le dice a uno y a otro, consciente de la gravedad del momento. Es una cuestión de fe. La que depositan en ellos los que están fuera. La que se tienen ellos que están dentro.

Barahona, más apocado, estira las piernas en los intercambios. El maratón de partidos acumulados amenaza con hacerles descarrilar. Pero hay ocasiones en que la necesidad es virtud. El madrileño, con menos fuelle por momentos, aparca el mazo y recurre a la sutileza, a los efectos y a los amagos. Justo lo que requiere el encuentro. A su lado, se va elevando su compañero que, poco a poco, le encuentra el hilo al juego, recobra el brío y desprende un entusiasmo creciente.
El equilibrio, pese a todo, se mantiene mientras el partido se convierte, a esas alturas, en un duelo de engaños que exige rodillas peladas a ras de suelo. Todo parece encaramarse de nuevo al tie break pero los Javis encuentran la rendija, mínima, casi indetectable, justo a tiempo. Es el décimo y sirve Ricky. Él y su compañero han mantenido con solvencia su saque en este segundo parcial. Ahora están a un palmo de igualar a 5 con un 40-0 a favor.
Pero Garrido y Barahona no reservan nunca, no regalan por más complicado que sea el momento. Auténtica juventud. Pura ilusión. Van siempre con todo. Un paralelo de Ricky que se marcha y una bola corta de Britos que pulveriza González añaden picante al juego. El propio Barahona culmina un cara a cara en la red y anuncia la amenaza al saque.

Emerge entonces imperial Javi Garrido, el niño prodigio del padel cordobés, aquel pequeño que brillaba en menores mientras soñaba con ser Juani Mieres; el muchacho, tímido y educado siempre fuera de pista, convertido hoy en un titán irreductible cuando su Star Vie luce en su mano derecha. Ante los ojos de su padre, exultante, Javi asume el mando para voltear el encuentro. Primero, finiquita en paralelo un intercambio en la red. Después, con la opción de rotura a punto, afila desde la cinta y acaba provocando el error de Ricky con un globo que envía directamente al cristal. Break y set. Una estocada quirúrgica. Una puñalada en el momento justo que decide todo un acto (4-6).
El rugido de Javi Garrido, poderoso, reivindicativo, enciende a la grada de cara al tercero.
La pareja Star Vie vuela sobre la ola
La energía de Garrido es contagiosa. En los peores momentos, el chaval de 17 años ha acudido al rescate. Prendido de nuevo Barahona, juntos despejan el camino. Lo hacen con la determinación que les faltó en el set anterior. Buscando el globo, acortando terreno, mandando con mucho tino desde la red. El madrileño, recuperado para la causa, vuelve a sumar millas en su despliegue. Ahora, además, ya no porfía con la pegada. Su trazo liftado, cambiando alturas y direcciones, buscando cristales y mallas, pone a danzar a sus adversarios sin posibilidad de contraataque.
Subidos a la ola, el dúo español golpea pronto. En el segundo, conquistan el saque de Ricky. Javi Garrido provoca la opción con una grandísima volea. Después, Barahona exhibe su talento, recurre a su ingenio, y responde a una chiquita de Martínez con un revés liftado cruzado, una parábola corta, deliciosa, hacia la malla contraria que descubre el ángulo de Britos que fue a cerrar al medio.
La rotura (0-2) es el retrato de un nuevo partido. Ricky y Andrés han perdido definitivamente el control y están a merced. Se animan. Buscan respuestas. Pero el plan, válido durante un tiempo, es ya papel mojado, hecho añicos bajo el despliegue de sus oponentes.
El argentino y el español levantan incluso dos bolas de break en contra en el cuarto (1-3) para mantener sus aspiraciones pero ya no encuentran hilo al resto. El orgullo, el coraje y el oficio de Andrés Britos y Ricky Martínez, dos jugadores descomunales, les lleva a superar una pelota de partido en contra pero ya no les alcanza para doblegar a los Javis, inaccesibles a esas alturas.
Ambos se abrazan justo antes de afrontar el noveno juego. Es un gesto de complicidad y reconocimiento, de confianza y gratitud. De fe. Con saque de Javi Garrido, amarran la victoria (6-7, 6-4 y 6-3) y se abren paso al cuadro principal del Cervezas Victoria Mijas Costa del Sol Open 2017.
Derrumbados sobre la moqueta, abrazados, Garrido y González Barahona mantienen intacto su sueño. Hoy les espera otra pareja de jóvenes soñadores, Ale Galán y Juan Cruz Belluati.
Resultados Previa Masculina Cervezas Victoria Mijas Costa del Sol Open 2017

Horarios Cuadro Principal Masculino Cervezas Victoria Mijas Costa del Sol Open 2017
