Tienen en la mano el triunfo en la final masculina del WPT Granada Open 2018. Maxi Sánchez contiene a Stupa en el cruzado, que amaga demasiado el remate hasta que Sanyo Gutiérrez le pilla en el paralelo. Es bola de break. Punto de partido. Oportunidad de abrochar el séptimo título de la temporada. El primero que pueden firmar como números uno del ranking masculino de World Padel Tour.
Pero el padel es un deporte imprevisible. Un encuentro es una sucesión de acontecimientos cuya explicación trasciende la técnica o la táctica e incorpora factores intangibles vinculados al ánimo; elementos que emanan del complejo equilibrio entre la razón y las emociones.
Un sólo paso les queda a los favoritos para coronarse tras un partido sensacional en el que han marcado el ritmo, han dominado el juego. Nada hace presagiar la debacle que amenaza a la mejor pareja de este 2018. No hay indicios que insinúen el estrepitoso desplome que están a punto de sufrir los puntanos. Pero no son necesarios. El padel es un deporte de instantes en el que una simple acción puede desencadenar consecuencias inverosímiles.
Así sucede en este duelo definitivo por el título del Open de World Padel Tour en Granada 2018.
Final masculina WPT Granada Open 2018
Maxi y Sanyo llegan a la final tras una exhibición imponente en semifinales ante Lamperti y Mieres (6-1 y 6-4). Su estado de forma es excelso. El de Villa Mercedes, un gladiador inquebrantable, construye el juego desde atrás con mucho tajo, defiende con todo y achica espacios hacia la red donde es temible cuando la bola coge vuelo. A su lado; el de San Luis, un mago indescifrable, parece haber encontrado la pasarela idónea para hacer desfilar su inmenso talento. Ambos parecen asumir su rol en una ecuación majestuosa que avalan los resultados.
Están en su novena final de la temporada. Nadie ha disputado más en este 2018. Buscan su séptimo título World Padel Tour. Nadie ha ganado más este año. Por eso, desde el último torneo, ocupan la cima de la clasificación, un hecho sin precedentes desde hace 16 primaveras.
Maxi y Sanyo mandan con mucha autoridad
El inicio del enfrentamiento que les mide a Cristian Gutiérrez y Franco Stupaczuk pone de manifiesto todo ello. El único precedente de este duelo en una final este año señala al Open de Andorra. Allí, Sánchez y Gutiérrez se vieron obligados a remontar un encuentro que se les torció en el primer set.
En Granada, sin embargo, ocurre lo contrario. Sanyo y Maxi gobiernan desde el inicio. Esquivan primero la amenaza de una bola de break en contra en el juego inaugural y no aprovechan en el segundo dos oportunidades de quiebre al saque de Franco.
Pero el dictado lo imponen ellos. Clave es la posición adelantada del argentino de Head que niega espacios a Cristian, le anula su bandeja y le exige un ritmo alto y mucho acierto. A su lado, Maxi se muestra espléndido. Aparca la estadística que le encumbra en el ranking y corre como un meritorio, defiende como un escudero y pega como un artillero.
La incomodidad del marplatense de Siux agita a Stupa que, pese a su velocidad, descubre espacios y comete errores.
El resultado se aprecia enseguida. Dos breaks consecutivos, uno en el cuarto al saque de Cristian y otro en el sexto, al servicio de Stupaczuk, sitúan el set en manos de los favoritos (5-1).
Maxi y Sanyo tienen la opción de cerrar con el saque de este último pero no lo consiguen. Se desajusta el de San Luis y lo aprovechan sus contrarios que recortan una de las dos roturas (5-2).
Finalmente, también desde el resto, los líderes amarran el primer acto (6-2) y ello silencia la señal de alerta que debió activar el tropiezo anterior.
Cristian y Stupaczuk sobreviven en el alambre
Lo cierto es que Cristian y Stupa están muy incómodos. No encuentran los espacios necesarios ni el tempo adecuado. Todo está en manos de sus contrarios que, en el segundo set, mantienen el gobierno.
Sin apuros con saque propio, Maxi Sánchez y Sanyo Gutiérrez buscan desnivelar definitivamente la final con una rotura que hunda a sus contrarios. Opciones tienen de ello en los tres primeros servicios de los rivales. En todos ello, la intervención providencial de Cristian lo impide y les ayuda a mantener un esforzado equilibrio (3-3).
En el octavo, por primera vez en toda esta segunda manga, Cristian y Franco no sufren y despachan su saque con solvencia. Y ello es el adelanto de la rotura que conquistan en el noveno. Flaquea Maxi en el peor momento y acaba entregando su saque (4-5).
Tras sostenerse con muchos apuros, los cabezas de serie número cuatro tienen ahora la opción de llevarse el set y equilibrar el marcador. Tienen a su favor el saque del chaqueño de Nox y un 40-0. En total, llegan a disponer de cuatro bolas de set pero no aprovechan ninguna. Al dictado de Sanyo, él y Maxi voltean el tanteo y se apoderan del servicio de Stupa (5-5).
El golpe es fuerte para los intereses de Cristian y de su compañero. Lo confirma un juego en blanco (6-5) que sitúa a los favoritos a un suspiro de la victoria que pueden rubricar desde el resto. Y cuando Sanyo pilla a Stupa en el paralelo y provoca su fallo, el match ball parece anunciar el cierre del encuentro.
Pero no ocurre así. Emerge la mejor versión de Stupaczuk. Liberado, valiente, El Polaco mira el peligro de cara y lo desarma con una secuencia vertiginosa que cierra con un poderoso remate.
Encendido, el de Juan José Castelli ofrece su mejor versión, pone a salvo el saque de su compañero y abre la puerta del tie break; una constante para ellos en este torneo en el que han afrontado uno en cada uno de los cuatro partidos que han disputado. Excepto el primero (ante José Rico y Víctor Ruiz), los tres restantes, incluido el de esta final, caen de su lado.
Ese tie break que iguala el duelo (6-7) provoca un doble efecto. Ambos determinantes. El primero de ellos, evidente, es que eleva a Cristian y Stupa. El de Mar del Plata ha encontrado la vía para evitar el acoso de Sanyo mientras su compañero se ha apoderado de los espacios.
La otra consecuencia se produce al otro lado de la red y resulta devastadora. Maxi y Sanyo, de forma inesperada, rompen su sociedad.
Cristian y Franco vuelan; Maxi y Sanyo se desploman
El tercer set configura un escenario radicalmente distinto. Gobiernan Gutiérrez y Stupa; penan sobre la pista los números uno que han perdido el hilo por completo. Erráticos, sin filo, sin respuestas, se muestran a merced de sus oponentes que, en el cuarto juego, asaltan el saque de Sanyo (1-3).
Mientras Stupaczuk lo celebra agitando el puño, el de San Luis se refugia en su esquina, impasible, resignado.
Él y Maxi entregan en blanco el juego siguiente (1-4). La escena que se produce en el descanso resulta significativa. En plena crisis de juego, Sanyo se marcha a vestuarios (presumiblemente al servicio) y agota allí el tiempo (incluso lo excede). Permanece Maxi junto a su coach, Nito Brea, en el banco quien se desgañita para tratar de recomponerle. El de Head regresa con el tiempo cumplido y se incorpora a la pista sin recibir indicación alguna, sin aportar idea o solución a la conjura. Lo que ocurre parece no ir con él. Dialoga con el juez-árbitro mientras Maxi pasa por su lado y, sin mediar palabra, se preparan para el juego.
La secuencia pudiera ser una anécdota pero sus protagonistas la convierten en todo un síntoma con su deambular sobre la moqueta. De pronto, con un título en juego, son dos espectros que se muestran muy lejos de todo. De la red, de sus rivales y hasta de sí mismos. Maxi y Sanyo están a años luz de su propia condición de números uno.
Cristian y Stupa han sabido sufrir y ahora encuentran a dos rivales transparentes que facilitan su coronación en Granada. Al resto, en el octavo, los de Carlos Pozzoni atrapan el triunfo (2-6, 7-6 y 6-2) y, a la tercera, con toda justicia, estrenan su palmarés de 2018.
Los números uno pierden la oportunidad de sumar un nuevo título. Aunque ahora tendrán que analizar si lo que han extraviado es algo más que un triunfo y recomponer lo que haya podido romperse.