Sobre la pista, dos jugadores escarmentados aprietan cada bola como si fuera la última. En la moqueta, dos argentinos que llegan advertidos de las semifinales, aplastan sin concesión a sus rivales. Los dos favoritos, aún con el susto en el cuerpo, se aplican sin reserva alguna para regalar un encuentro impecable en la final masculina de este IV Open Benéfico de Padel del club Matagrande.
Son Guillermo Demianiuk y Totó Calneggia, dos de las figuras del World Padel Tour, que regalan en Antequera un espectáculo sublime ante dos andaluces, Jesús Espejo y Gonzalo Rubio, que no encuentran forma alguna de pararles.
Intensa, eléctrica, poderosa. La dupla argentina, que no da tregua en ningún momento a sus oponentes, protagoniza una mutación radical respecto a su partido de semifinales. En ese encuentro, tras anotarse con autoridad el primer set, se atascan de manera imprevista. Los granadinos José Benavides y Miguel Martín se cuelan por la rendija que abre el errático juego de sus adversarios para transformar el duelo en un martirio. Demianiuk y Calneggia tratan de cerrar el encuentro por inercia, a base de arrebatos individuales, de escarceos independientes en los que apenas suman.
Benavides y Martín se llevan el segundo parcial y a punto están de apear a los favoritos en el tercero. Les hubiera bastado mantener el servicio con 5-4 a su favor para anotarse un triunfo memorable. Pero los andaluces sufrieron un ataque de vértigo, aflojaron el brazo, y la debilidad acabó por convertirles en presa de sus oponentes que echaron el cierre en el tie break del tercero (6-3, 6-7 y 7-6).
La escena de dos jugadores World Padel Tour, curtidos en mil batallas, protagonistas en mil escenarios, celebrando cada punto como si fuese el último de su carrera, es el triunfo que los dos geniales granadinos obtienen de su derrota en semifinales.
En la final, son otros dos andaluces los que recogen el testigo. El también granadino, Jesús Espejo, y el sevillano, Gonzalo Rubio. Ambos se deshacen en semis de Gabo Loredo y Sergio Beracierto. Lo hacen sufriendo una enormidad al principio, trabajando punto a punto para doblegar la férrea resistencia de esta formidable pareja que tras ceder el primer set en la foto finish, se hunde definitivamente en la segunda manda (7-6 y 6-1).
Ahora, en el último duelol, con aroma a World Padel Tour, se enfrentan a una batalla bien distinta. Rubio y Espejo, que presencian el apretado encuentro de semifinales de sus oponentes, escrutan ahí la hoja de ruta para la final. Sin embargo, Demianiuk y Calneggia son otros en la pista. Metidos desde el inicio, dominadores, imponentes, resolutivos, agarran el encuentro desde el primer juego para no soltarlo hasta la última bola.
El retraso de Peli Espejo en presentarse en la central de Matagrande, una demora que le sitúa al borde del WO, dibuja la diferencia de perspectivas que se miden en torno a la cinta. A un lado, dos depredadores entregados a la cacería; del otro, dos presas expectantes por descubrir apenas una grieta por la que filtrarse.
El inicio retrata las dos velocidades del partido. Demianiuk y Calneggia, sólidos, firmes, eléctricos, firman un arranque sobresaliente. En el primero, asaltan el servicio inaugural a cargo del granadino de Black Crown. Una bajada de Rubio que se marcha les entrega el saque (0-1) y recompensa su estreno. El reciente fichaje de Padel Goo!!! traza el juego hacia el revés del sevillano; mientras que Calneggia, un pistolero de mano rápida, golpes escondidos y mirada intimidante, recurre al mazo a la menor ocasión.
No hay caos. No surgen frivolidades en el juego de Guille y Totó. Cada paso, cada golpe tiene un sentido que se acaba concretando.
En el segundo ponen a salvo el saque de Demianiuk con un juego en blanco que marca el terreno. Mientras que en el tercero disponen de tres bolas de rotura al servicio de Gonzalo Rubio. El riesgo de derrumbe activa a los andaluces que logran evitar la temprana hecatombe (1-2).
El imponente arranque de los argentinos, sin embargo, a punto está de frenarse en seco. Tres errores, dos de Calneggia y uno de Demianiuk, ponen en riesgo el servicio del de Royal Padel. El filo de la volea y el mortero de su remate abortan las tres opciones de break que se abren ante Gonzalo y Peli.
Pasado el susto, el juego de Totó y El Rayo recupera consistencia y vértigo para volver a desarbolar a sus oponentes. Ocurre ya en el quinto. Calneggia y Demianiuk se aferran a la cinta y gobiernan con absoluta autoridad. Los dos últimos puntos retratan la dictadura de los argentinos en la red. Primero es el de Padel Goo!!! el que se despliega hacia adelante y sorprende a sus contrarios. Después, el de Royal Padel adivina el engaño de Espejo, se pega a la red y resuelva con volea cruzada.
El break les dispara en el primer set al que echan el cierre con una nueva rotura en el séptimo. Esta vez el saque de Gonzalo Rubio cae en blanco del lado de Guille y Totó (1-6).
Gonzalo Rubio y Jesús Espejo no remontan
Los andaluces quedan atrapados en la tela de araña que sus contrincantes han tejido a su alrededor. Porque Demianiuk y Calneggia han construido un embudo que aprisiona el juego de Gonzalo y Jesús y lo aboca a un callejón sin salida. El Rayo le insiste a su compañero para que dé rienda a su fenomenal pegada en cuanto surja la ocasión, que no dude, que libere el mazo. No es sólo una apuesta resolutiva, es también un modo de obligar a la dupla sevillano-granadina a jugar por bajo. Y ahí, en el cara, manda el vértigo de los de Argentina.
La segunda manga abre el telón del mismo modo en que se despidió el primer acto. Un juego en blanco a favor de Totó y Demianiuk, metidísimos ambos en el encuentro (0-1) . El golpe lo asestan en el segundo al saque de Gonzalo Rubio que con una gran volea logra salvar una opción de break. No la segunda. El remate de Demianiuk, primero, y el juego intenso por bajo de éste y Totó, después, hacen añicos el servicio del sevillano de Head (0-2).
Después, el saque de Totó consolida la rotura y establece una fractura en el marcador que se antoja ya insalvable según el relato que se aprecia en la pista (0-3). Y es que los argentinos son un auténtico huracán. Lo aprecia una parte del público que trata de levantar a los andaluces. El muro contrario, sin embargo, es infranqueable.
Peli y Gonzalo suman un parcial de 7-0 en contra desde el tercer juego del primer set. Consiguen frenar la caída en el cuarto de esta segunda manga (3-1). Son dos jóvenes jugadores sensacionales, llenos de talento, que tratan de agarrarse a la pista con el alma para no despeñarse definitivamente. En el sexto, consiguen evitar el desifiladero al levantar tres bolas de break (2-4). Pero están aún demasiado lejos de inquietar a sus adversarios al resto.
Finalmente, en el noveno, Demianiuk y Calneggia rubrican su colosal encuentro. El remate de Guille, en paralelo, en la central del club en el que imparte clases, cierra la final (1-6 y 3-6) y le concede la réplica a las dos últimas derrotas que encajó el argentino en 2013 en este mismo escenario: en semifinales del III Open Benéfico ante Peli Espejo y Javi Ruiz; y en la final del VIII Open de Padel ante Gonzalo Rubio y Juan Lebrón.
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