Durante cuatro años ha permanecido en el ojo del huracán federativo. Su tono tranquilo y conciliador parecía convertirle en víctima fácil de la Guerra de las federaciones que se ha librado en el seno de la FEP. Sin embargo, ha resultado ser todo lo contrario.
Ramón Morcillo no solo ha resistido el fuego enemigo sino también el amigo, que lo ha tenido. Precisamente, ese carácter sereno le ha permitido sobrevivir sin quemarse en una hoguera que ha achicharrado a muchos otros. Ahora da un paso al frente y emerge como figura destinada a enderezar el rumbo del máximo organismo federativo español. No lo tendrá fácil en un escenario lleno de incertidumbres por la COVID-19.
El todavía Secretario General de la Federación Española de Pádel será el nuevo presidente el próximo 4 de septiembre, si no sucede nada inesperado. Lo reconoce así hasta su propio rival. Antes de que ocurra, atiende a Padelazo.com y repasa varios de los principales desafíos que le esperan.
Entrevista a Ramón Morcillo, candidato a presidente de la FEP.
Se presenta usted como candidato a la Presidencia de la FEP. ¿Por qué lo hace?
En primer lugar, tengo que aclarar que no es un proyecto personal. Es un proyecto de un equipo de trabajo basado en una hoja de ruta, un programa con seis pilares que queremos desarrollar para tener una federación potente.
Por no eludir la pregunta, a nivel personal soy una persona que lleva muchos años en el mundo federativo. En los últimos años, he vivido en la FEP todos los avatares, buenos, malos y regulares, así que tengo un conocimiento profundo de la casa.
Me ha hablado de seis pilares del proyecto. ¿Cuál es ese proyecto de FEP para los próximos cuatro años que tiene en mente?
La FEP tiene que trazar una hoja de ruta sobre estos seis pilares: institucional, económico, deportivo, tecnificación y formación, digitalización y desarrollo tecnológico, y federaciones autonómicas. Este último es un pilar fundamental y lo he citado para el final porque quiero recalcar su importancia.
A nivel personal, ¿qué cree usted que puede aportar a la FEP?
Como te he dicho, en primer lugar, la experiencia que tengo. Primero, en la Federación de Extremadura, que es pequeña pero hay que saber gestionarla. Y en los últimos años en la FEP (como Secretario General), con todo lo que he vivido. Experiencia y ganas de trabajo es lo que puedo aportar.
¿Tiene clara quién sería su Junta Directiva?
Sí, ya tengo unas ideas. Nombres,responsabilidades, pero hay que perfilarlo todo a partir del día 4 de septiembre.
Es usted uno de los dos candidatos confirmados oficialmente. El otro es Paco Sanz, presidente de la Federación de Baleares. ¿Qué opinión tiene del señor Sanz?
Es el presidente de la Federación de Baleares y ha hecho una gestión buena. Le conozco desde hace años y hemos mantenido una muy buena relación. Hemos hablado de tú a tú siempre con normalidad. Y como prueba de ello, la semana pasada tuvimos una reunión en la que hablamos durante casi dos horas.
Tras los últimos cuatros años, ¿cree usted que la FEP necesita un cambio? ¿De qué tipo?
Evidentemente hay que darle un giro. Ha habido muchas cosas que no se han podido ejecutar. Muchas de ellas por las mismas circunstancias internas que ha vivido la propia FEP. A todo eso hay que darle un giro para poder llevar a cabo todo lo que se quedó sin hacer y poner en marcha nuestra hoja de ruta.
Pero, usted ha sido secretario general de la FEP durante estos últimos cuatro años bajo la presidencia de Alfredo Garbisu. ¿No es algo paradójico que usted abandere ese cambio teniendo en cuenta su posición en todo este tiempo?
Bueno, puede haber quien lo piense así, pero nosotros, como decía alguien por ahí, estamos ahora mismo centrados en «programa, programa y programa». Si nos dan tiempo, como en política que ya sabes que se suelen dar 100 días de cortesía, si nos dejan trabajar verán que tenemos ideas propias, una hoja de ruta para hacer que la FEP tome impulso.
Le pregunto primero por lo que está por venir. Uno de los grandes focos de conflicto en la FEP es el pago de las licencias federativas por parte de las territoriales. ¿Cómo piensa solucionarlo? ¿Hay alguna fórmula definitiva?
Esto no es un problema de estos cuatro años; en realidad, viene de años atrás. La fórmula es sencilla: sentarse con todas las federaciones y llegar a acuerdos. Así se soluciona este problema, hablando con las federaciones territoriales. Hay que buscar un consenso en el que todos estemos cómodos. Hay que establecer una cuota de licencia acorde a los servicios que se prestan. Sería bueno trabajar en esta línea desde el minuto uno, pero para alcanzar un acuerdo estable, duradero en el tiempo, para no tener que estar pendiente de esto.
Así podremos enfocarnos en otros asuntos igual de importantes que harán que la Federación Española avance.
Usted cree, como decía Garbisu, que hay federaciones que esconden licencias?
A día de hoy, la mayoría de las federaciones dan de alta sus licencias en el sistema de la Federación. Entre las que no lo están, algunas están en proceso de incorporación. Pero todas en coordinación con el departamento informático de la FEP y periódicamente actualizan sus datos. No tengo por qué creer que haya federaciones que oculten licencias, la verdad.
Otro elemento de discordia ha sido las relaciones institucionales de la FEP con otras entidades. Por ejemplo, ¿qué hará usted con la EPA? ¿Seguirá España formando parte de la Federación Europea con esas aportaciones tan generosas que ha realizado en estos últimos años?
Vamos a ver. La base de todo es hablar. Vamos a sentarnos, a estudiar la situación. Nos reuniremos con la EPA e intercambiaremos puntos de vista. Queremos ver su proyectos, conocer sus argumentos y, a partir de ahí, decidiremos.
¿Y con la FIP? El peso de España en la Federación Internacional no se corresponde, en absoluto, del protagonismo que tiene como primera potencia del pádel mundial. ¿Cómo piensa recuperar el sitio de la FEP en la Federación Internacional de Pádel?
En primer lugar, hay que sentarse a hablar y ver cuál es el conflicto que hay e intentar llegar a un acuerdo. España tiene que recuperar su posición en la FIP. Una FIP fuerte nos hace más fuertes a todos.
Lo que no parece normal es que España, la primera potencia mundial de pádel, no tenga una buena relación con la FIP.
FEP tiene que estar presente en todas las instituciones reconocidas oficialmente. España no puede estar fuera de los organismos oficiales.
¿Conoce usted al presidente Luigi Carraro? ¿Qué opinión tiene de él?
He hablado un par de veces con él. Una el año pasado en el Mundial de Menores en Castellón. Me parece una persona correcta, educada, pero no te puedo decir más porque no le he tratado en profundiad. Espero tener la ocasión de conocerle más a fondo a partir del 4 de septiembre si soy elegido presidente de la FEP.
La FIP afronta ahora elecciones. Aunque no hay nada confirmado, se están produciendo ciertos movimientos al respecto. ¿Apoyaría usted una candidatura española a la presidencia de la FIP?
Esto ahora mismo ni se plantea. Leí que el presidente Carraro quiere convocar las elecciones (de la FIP) a finales de este año o principios del que viene. Ahora mismo él es el presidente y no hay otro escenario posible. No nos planteamos nada más.
¿Y si Alfredo Garbisu diera el paso y se posicionase como candidato a la presidencia de la FIP? ¿Cómo manejaría este asunto desde la presidencia de la FEP? ¿Le pondría en una situación incómoda?
Sinceramente, no sé cuáles son las intenciones de Alfredo Garbisu, pero llegado el momento, si esto ocurriese, habría que tratarlo. Creo que es mejor no anticiparse. Hay mucho por hacer y es preferible tratar cada asunto cuando llegue. Que nadie tenga duda de que vamos a abordarlos todos.
Le pregunto por otro nombre propio: Fabrice Pastor. ¿Le conoce? ¿Qué opina de él y de su proyecto?
He estado un par de veces con él pero no conozco en profundidad su circuito. Sí sé que tiene un proyecto, el APT, y que va a desembarcar en Europa de la mano de la EPA, pero, honestamente, no conozco los detalles de ese circuito. Habrá que verlo.
Eso sí, no hay que olvidar cuál es el horizonte, y es que ahora mismo la FEP tiene que estar con lo que está. Pastor tiene el circuito APT pero hay otro que es World Padel Tour y es el circuito profesional más importante del mundo.
Esneguida le pregunto por WPT pero, terminando con lo de Pastor, el empresario aterriza en Europa de la mano de la EPA, entidad no reconocida por la FIP. En América también se movió con federaciones que no tenían respaldo de la Internacional y que han ido configurando una especie de estructura paralela. ¿Qué posicionamiento cree que debe tener la FEP respecto al circuito de Pastor y a este tipo de iniciativas?
Vamos a ver, hay una cosa muy clara. España no puede estar en estructuras paralelas. España tiene que estar en la oficialidad. Y si hay algo en lo que no se está de acuerdo dentro de esa oficialidad, pues se dice y se trabaja para solucionarlo. Pero no se puede estar en dos realidades paralelas. En realidad, hay que trabajar para que no las haya. No sé si falta diálogo o qué.
Hasta ahora, la relación de la FEP con World Padel Tour no parece haber estado a la altura de lo que se espera entre dos entidades de dicha importancia en el mundo del pádel. ¿Cambiará esto bajo su presidencia?
Tiene que cambiar. No podemos ocultar una realidad. WPT es el circuito profesional, es el espejo en el que todo el mundo se mira. Es un referente. España tiene que tener unas relaciones de colaboración con WPT que esperemos que se den. Es un gran circuito. Eso no se puede negar y hay que trabajar junto a ellos.
La composición de la nueva Asamblea General de la FEP ya está definida y parece que, salvo sorpresa mayúscula, le señala a usted con claridad como el próximo presidente. ¿Tiene clara cuál será su primera medida?
Sí. Institucionalmente, lo primero es presentarse y, automáticamente, hablar con todas las federaciones territoriales, que son el pilar de la FEP, con las que hay que tener unas relaciones perfectas. Sentarse con todos los presidentes de las autonómicas, que vean el proyecto y que entiendan queremos hacer un camino común.
Usted ha sido secretario general estos cuatros años percibiendo una remuneración económica por ello. ¿Cree que el presidente de la FEP debe tener remuneración por desarrollar su labor?
Siempre que el presidente sea un presidente ejecutivo, full time, entiendo que sí, debe ser un cargo remunerado, con una remuneración aprobada por la Asamblea. Pero, que quede claro, en mi caso no va a suponer un mayor gasto para la FEP.
Hablando de gastos, usted conoce bien la situación económica de la FEP. ¿Qué se va a encontrar? ¿Tiene margen para trabajar? ¿Tendrá que hacer recortes?
Tenemos que hacer reformas. En los dos últimos años la cosa ha mejorado pero tenemos que hacer reformas. Pero no solo en cuanto a ajuste de gastos sino también a potenciar una marca que la haga atractiva a todos los que quieran acercarse, que quieran trabajar con nosotros. Es la única manera de conseguir patrocinadores.
En estos años, cualquiera que mirara hacia la FEP, no es que saliera huyendo pero casi. A partir de ahora, los que quieran mirar a la Federación, tienen que ver que hay estabilidad institucional y encontrar un proyecto claro.
¿Qué ha aprendido de estos cuatro años?
He aprendido mucho. Vengo de la empresa privada, grandes empresas en las que he estado más de 25 años. Siempre he pensado que la empresa grande es complicada pero cuando vine al mundo federativo me di cuenta de que también era complicado. Es bonito, atractivo pero tiene su complejidad.
¿Se arrepiente de algo? ¿Haría hoy algo diferente a lo que hizo antes?
A toro pasado es fácil decir lo que no haría, pero la verdad no es triste ni alegre. Si has acertado o has fallado, ya está hecho. Lo que hay que hacer es aprender de lo hecho, mal o regular, y mejorarlo.
Así vamos ganando en experiencia y vamos a poder construir un proyecto sólido de la FEP.
¿Cómo es su relación con Alfredo Garbisu hoy?
Es el presidente y yo, el secretario general. Tenemos una buena relación.
¿Cómo reaccionó Garbisu cuando le comunicó su decisión de presentar candidatura a la presidencia de la FEP?
Bien, me deseó toda la suerte del mundo. Fui a comunicárselo porque entiendo que era mi obligación decírselo. Reaccionó bien.
¿Ha tenido muchos desencuentros con él?
No son desencuentros. Hay temas en los que hemos tenido puntos de vista diferentes pero siempre los hemos hablado. Creo que esa ha sido la razón por la que tenemos una buena relación: el diálogo. No quiere decir que haya estado de acuerdo en todo los temas con él pero siempre lo hemos podido hablar.
Ha habido jugadores que este año no han podido disputar pruebas por culpa del pulso entre federaciones. Entre ellos, menores. ¿No le parece que este hecho es un gran fracaso de todos ustedes como federativos?
Es el gran fracaso de todos. Son situaciones que no se tenían que haber producido y se han dado. Así pasó. Ojalá que no hubiera pasado y no tiene que volver a repetirse nunca. Con el entendimiento que debemos tener todos, no tiene que volver a producirse. No es para estar contentos y hay que trabajar para que no vuelva a ocurrir.
En estos cuatro años, ¿ha pensado usted en dimitir alguna vez?
(Risas) No, como tal. Reconozco que ha habido días difíciles, días muy duros, pero yo no soy de abandonar el barco. Cuando asumo un cargo y una responsabilidad, lo hago hasta el final. He hecho lo que tenía que hacer, quedarme. Pero sí, ha habido momentos muy difíciles, algunos de los peores días que he vivido en el pádel federativo.
¿Tiene relevo al frente de la Federación Extremeña?
Claro que hay relevo. Si he podido compaginar la presidencia de la Federación Extremeña con mi cargo como secretario general de la FEP ha sido gracias a que tenía un equipo muy bueno en mi federación, muy potente. En ese equipo hay varias personas que pueden asumir la presidencia de y que pueden seguir la línea de trabajo, de no ser conflictivo y de seguir avanzando.