Lejos ser de «histórico» (las hipérboles de algunos integrantes del equipo de Comunicación de World Padel Tour reflejan bien su sesgada visión de este deporte), lo que ha sucedido en el Adeslas Santander Cantabria Open ha servido para constatar que el pádel es una disciplina compleja, tanto que hay factores insondables que multiplican la incertidumbre más allá del rendimiento individual de cada jugador y su acoplamiento como pareja.
Santander ha vivido un episodio revelador al respecto.
Paquito Navarro y Martín Di Nenno han puesto fin a su etapa como binomio deportivo de una manera inmejorable. La dupla hispano-argentina ha conquistado el título en juego, el tercero de la presente temporada (uno en Premier Pádel y dos en World Padel Tour); el sexto que logra desde su formación a principios de 2021.
Lo han conseguido en el momento más insospechado y de la manera más brillante.
Si había un momento en el que no apostar por la pareja 3 era, precisamente, este. Sumaban una sola final (a mediados de septiembre en Suecia) en los últimos 12 torneos (de World Padel Tour), arrastraban una sequía de títulos desde hacía casi seis meses (en el Qatar Major de Premier Pádel en Doha a principios de abril); y por si la estadística no fuese clarividente, a Santander llegaban ya como pareja rota.
Sin embargo, Navarro y Di Nenno han protagonizado una actuación imponente durante toda la competición que les ha llevado a hacer cumbre hoy domingo, todo ello con una exhibición imperial de pádel. En su itinerario no han cedido ni un set, apenas han encajado 10 juegos en cuatro partidos, y, desde cuartos, han barrido a las parejas cinco (6-1 y 6-1 a Stupa y Lima), dos (6-1 y 6-1 a Sanyo y Tapia) y cuatro (6-2 y 6-0 a Bela y Coello).
Lo cierto es que no se recuerda un ejercicio de autoridad tan contundente en toda la temporada por parte de ninguna otra pareja. Ha sido, sin duda, un hecho notable, sí, pero el triunfo de Paquito y Di Nenno no tiene nada de histórico, por más que el circuito exagere el relato y lo amplifique por cuestiones de narrativa de marca.
El interés de esta última conquista del andaluz y de su compañero, en realidad, no radica en ninguna comparativa en el tiempo sino en el hecho de que ha ofrecido una aproximación al complejo ámbito en el que las parejas toman las decisiones.
Hace poco más de una semana, tras caer ante Bela y Coello en Amsterdam, las sensaciones fueron tan horribles que el propio Di Nenno tomó la determinación de ponerle fin al proyecto. Ya tenía fecha de caducidad a final de año pero el de Ezeiza adelantó el final.
En un entrevista con Isaías Blaiotta en el Diario Olé, el jugador habló de sensaciones, de falta de ánimo, “empezó con un mal día y se fue haciendo una gran bola de nieve”, apuntó.
En realidad, no hacían falta demasiadas palabras para explicar la ruptura. La imagen que ofrecieron en el último paso por el banquillo de la derrota de cuartos de final ante Bela y Coello radiografió a la perfección el estado del proyecto. A ambos, sentados uno junto al otro, les separaba un abismo de distancia. El rostro de Di Nenno, un espejo emocional del jugador, anticipó su intención de ponerle fin a todo aquello. Así lo hizo.
Nueve días después, el triunfo en Santander, y la forma en la que lo han obtenido, ha transformado el escenario. Para empezar, borra de un plumazo cualquier sombra en torno a la relación personal entre los dos. A tenor de lo visto, no solo está intacta sino que goza de una salud de hierro para mantenerse en el futuro.
Por otro lado, la actuación de Paquito y de Di Nenno sobre la moqueta durante este último torneo también evidencia el nivel de acoplamiento táctico que la dupla ha conseguido en este año y 10 meses. Superada aquella travesía inicial llena de dudas en la primera mitad de 2021, ambos comprendieron su rol y, a partir del entendimiento mutuo, lograron una sincronización tan eficaz que ha permitido ver la mejor versión de Paquito y de Di Nenno durante mucho tiempo.
Para el argentino, el tránsito junto a Navarro le ha facilitado dar el último paso para adentrarse en el coto vedado de los más grandes. Para el andaluz, la travesía junto a Di Nenno, el jugador que mejor le ha comprendido en la pista, le ha valido para extraer su mejor juego.
En Santander, liberados del lastre de los resultados anteriores, el reset de la dupla le ha servido para recuperar el paso que le hizo disputar el número uno a Alejandro Galán y Juan Lebrón hasta final del pasado año.
Ahora bien, el sorprendente rendimiento ofrecido por la pareja para lograr este tercer título (el mismo número de entorchados que el pasado año), hace aflorar una duda evidente: ¿tenía el proyecto más recorrido? Si la relación personal no está dañada y el nivel de juego como pareja les da para barrer a sus rivales, ¿no tenían forma de recuperar la motivación para llegar, al menos, al puerto de final de temporada?
La respuesta la tiene Martín Di Nenno. Ante el micrófono de World Padel Tour, nada más terminar la final de Santander, el de Ezeiza, pura lágrima, ofrece una reflexión en la que insinúa su arrepentimiento. “Mi cabeza, y creo que la cabeza de todos a veces es honesta y a veces es un poco traicionera, pero bueno, creo que lo más sano era dar un paso al costado por mi parte”.
Lo cierto es que este último triunfo y, sobre todo, la forma en que se ha producido, parece derribar todos los argumentos posibles para finiquitar el proyecto a dos meses del final de la temporada.
Solo ellos saben si la continuidad de la pareja eran tan insostenible como para provocar esta abrupta ruptura, o si, con una adecuada gestión emocional, podrían haber finalizado el curso juntos sin renunciar a lo máximo en el terreno deportivo.
Pese a tener el número uno fuera de su alcance, la pareja ha demostrado que tenía cimientos para optar a cada título de aquí a final de año y poder superar el número de conquistas de su primera temporada. Ya no podrán hacerlo.
Las lágrimas de Di Nenno y el beso de Paquito sirven de despedida.
*Foto de portada: WPT.
