En Marbella apura sus últimos días en la Costa del Sol. Es el descanso del guerrero. Bueno, descanso a medias. La central del club Nueva Alcántara le espera para decidir a los vencedores de la Invitational Marbella Padel Cup, un torneo de exhibición que juega junto a Agustín Gómez-Silingo, en sustitución de Juan Martín Díaz.
Todavía en la mente, la final perdida del Costa del Sol International Open en el Palacio de los Deportes Martín Carpena de Málaga, un encuentro que significó la resurrección de Los Reyes y, al mismo tiempo, un tropiezo más de Los Príncipes. Aunque tampoco le da demasiadas vueltas. «No nos podemos ni lamentar porque no estuvimos ni cerca de ganar la final», reconoce con toda naturalidad el brasileño Pablo Lima, una zurda guerrera llena de fantasía que atiende a Padelazo antes de entrar en la pista marbellí.
«Ellos entraron muy enchufados, nos quebraron al principio, y ahí ya fue muy difícil». Y es que ante Belasteguin y Martín Díaz, «es muy difícil recuperar si te quiebran al principio». De hecho, de los seis enfrentamientos mantenidos esta temporada, tan sólo en Madrid lograron remontar.
Aquel fue uno de los dos triunfos logrados por la pareja número dos en el nuevo circuito World Padel Tour. Un botín demasiado exiguo para dos depredadores que, en 2013, suman 8 finales en 9 pruebas. «Estamos contentos pero con la espinita clavada de no rematar los torneos», asegura el jugador de Varlion que, en el ecuador de la temporada, prefiere ver la botella medio llena. «Cuando uno llega a la final quiere ganarla, pero tampoco hay que desesperarse y pensar que la temporada es mala porque está siendo buena».
Cruzado el ecuador del circuito WPT 2013, llega el momento crucial del año. «Es el momento más importante»–subraya–»muchas parejas que no estaban jugando bien, ya han subido su nivel». Por eso, resulta capital aprovechar los escasos periodos sin competición de que disponen para poner a punto su juego con entrenamientos intensivos. «Vamos a entrenar duro. Nuestro objetivo es subir un poco nuestro nivel porque hay parejas que están subiendo su nivel. Hay que tener cuidado porque te pueden ganar en cualquier momento».
Lima sabe bien de lo que habla. La irrupción de Cristian Gutiérrez y Matías Díaz como alternativa a todo les ha impedido ocupar el trono de Bela y Juan Martín cuando éstos han caído. Sucedió en A Coruña y, después en Santander. Al brasileño, sin embargo, no le sorprende. «Cristian es un jugador muy dotado para jugar en los dos lados; juega de revés con el mismo nivel que en la derecha, y Matías está jugando muy bien», elogia el jugador para quien la clave de esta pareja de nuevo cuño es su unión. «Son muy buenos mentalmente, están fuertes, se nota que están haciendo muy buena pareja. Es la diferencia. Hacen muy buen equipo y eso se nota en la pista. En los momentos difíciles tienen una unión que otras parejas no tienen y eso está marcando una diferencia muy positiva».
Precisamente, frente a Cristian y Mati disputaron él y Juani Mieres la primera, y, hasta la fecha, única final a cinco sets, una novedad de este año que les exige mucho física y mentalmente. «Es duro pero es la evolución del deporte. Como jugadores, tenemos que aceptarlo y entrenar más», acepta el de Porto Alegre que no espera demasiados cambios para el próximo año, no al menos en lo concerniente a las parejas. «No creo que haya grandes cambios. Algunas de las parejas que han cambiado (este año), empezaron un poco flojas a principio de la temporada pero las de arriba ya están jugando muy bien. No veo tantos cambios de pareja».
En cualquier caso, su nombre siempre aparece en muchas de las quinielas, sobre todo, como compañero de Fernando Belasteguin cuando llega la retirada de Juan Martín Díaz. «Belasteguin es el número uno, es un jugador muy bueno pero nunca hablamos de eso, sólo son rumores». Eso sí, Lima no cierra ninguna puerta. «Puede llegar a surgir o… no puede, pero nunca lo hablamos».
El pádel aborta la charla y reclama a este genial jugador para que deleite al público marbellí. Es entonces cuando su amabilidad se transforma en fiereza y su calma se agita para azotar a los contrarios con su empuje y lucha incesante.