Una volea fallida de Alejandra Salazar da paso a dos hechos inmediatos. El primero, en el marcador. Ese error entrega el segundo set a sus rivales, las gemelas Sánchez Alayeto, que empatan así la final femenina del Estrella Damm Palma de Mallorca Open 2016.
La otra consecuencia es menos evidente pero aún más reveladora. Majo luce una fabulosa e inusual sonrisa a su llegada al banco. Es una expresión inusual en ella que va más allá del tanteo. El gesto encierra una carga de liberación, irradia confianza, demuestra que hoy, por fin, está disfrutando sobre la moqueta tras una dura travesía por el desierto.
Las aragonesas alcanzan en tierras mallorquinas su tercera final World Padel Tour en este 2016 en busca de su primer título de la temporada. Por el camino en la isla se libran de Marta Talaván y Ángela Caro (6-2 y 6-3); Gemma Triay y Lucía Sainz (6-4 y 6-0); y Lucía Martínez y Teresa Navarro (7-5 , 6-7 y 6-0).
Enfrente se encuentran con la dupla número dos, las auténticas reinas de lo que llevamos de temporada, por más que el ranking apunte en otra dirección. Alejandra Salazar y Marta Marrero, que aspiran a su tercer título en este 2016, no dan opción a sus contrarias en su recorrido por el cuadro (6-2 y 3-0 a Nuria Rodríguez y Ana Fernández de Ossó; 6-1 y 6-3 a Alba Galán y Marta Ortega; 6-4 y 6-4 a Patty Llaguno y Eli Amatriain).
Crónica final femenina Estrella Damm Mallorca Open 2016
Ahora, cara a cara, las dos mejores parejas del momento en el circuito femenino discuten algo más que un título. Para Salazar y Marrero, es la confirmación de su supremacía. Para las hermanas, la recuperación definitiva de su camino.
No lo tienen fácil de inicio las aragonesas. Ale y Marta, pletóricas de confianza, las reciben en la pista de Son Moix con un tempranísimo break. Es el saque de Mapi el que cede a las primeras de cambio. Un fenomenal passing paralelo de revés de Marrero certifica una rotura que anuncia tormenta en las filas de la pareja de Star Vie (2-0). La iniciativa en el juego es, con claridad, de Salazar y Marta cuyo dictado es brillante en el arranque. La canaria se entrega al tajo, levanta el muro en su esquina y atormenta con su liftado contra la verja, mientras que, a su lado, la madrileña es una amenaza permanente que le imprime veneno a cada pelota.
El traspié para las de Zaragoza llega pronto. Demasiado. De inmediato tienen la opción de cerrar la fractura con una pelota de break al saque de Salazar tras una gran víbora de Majo que Marta bloquea fuera. La respuesta de Ale y Marta es imponente y retrata bien su momento de forma, la fe que tienen en sí mismas. Ambas se abalanzan sobre la cinta para contener la ofensiva y acaban provocando el fallo de Majo con su revés (3-0).
En verdad, el marcador no refleja la diferencia entre ambas duplas pero sí esboza los distintos niveles de confianza, de atrevimiento. En este arranque, Salazar y Marrero no vacilan. Mapi, en cambio, titubea en su juego y es su hermana Majo quien sostiene el duelo en este tramo.
La pugna entre ambas duplas se aprieta cada vez más. Más allá de los destellos del marcador, se aprecian síntomas de recuperación en el juego de las Sánchez Alayeto que, paso a paso, ganan metros para discutir el gobierno a sus rivales. No despegan del todo por el lastre de los errores no forzados. Muestra de ello lo que sucede en el noveno juego. Tras salvar un disputado juego con el saque (5-3), Mapi y Majo, enormes, se procuran un 0-40 al servicio de Marrero. Es un momento crucial, con sus contrarias a un paso de anudar el primer acto, y su juego en plena ebullición. No logran transformar ninguna de las opciones. La reacción de Salazar y Marta impiden la rotura y le echa el cierra al set (6-3).
Las gemelas emergen a tiempo
Esa ocasión perdida, sin embargo, les persigue, les atribula, deja su huella en la reanudación que ofrece otro prematuro break. El saque de Mapi que inaugura la segunda manga salta por los aires. Marta y Ale buscan hacerlas descarrilar pronto para impedir su reacción. Un error de Majo con la víbora y otro en una bajada de pared directa a la red ceden el saque de su hermana (1-0).
Asomadas al abismo de nuevo, las número uno se revuelven ante este dramático escenario. Esta vez no es una simple cuestión de garra. Amenazadas en extremo, las Sánchez Alayeto liberan su juego y recuperan el esplendor extraviado. Al fenomenal despliegue de Majo se une por fin Mapi que eleva definitivamente sus prestaciones. Las hermanas recuperan así el paso, templan la cabeza y aprietan el brazo. Su hoja de ruta está clara. Ambas buscan a Marta para alejarla de la red, para contenerla en su esquina y aislar a Salazar. Mapi es quien acorta terreno hacia la cinta y multiplica el acoso a la canaria mientras Majo va y viene en una incansable danza que la enfrenta en cruzado a Marrero.
La de Black Crown, espléndida hasta el momento, acusa el desgaste. Su saque, de pronto, se desploma. Majo rubrica el break a lo grande. Devuelve en la red un remate de Marta y luego culmina con su pegada (1-1).
Sobre la moqueta azul de la central de Son Moix, se despliegan ya las gemelas de siempre. Más pacientes, igual de voraces. Enfrente, sus contrarias aceptan el envite. El duelo es un auténtico regalo entre las dos mejores parejas.
La anticipación de Salazar, la constancia de Marrero y algún error de Majo hacen descarrilar el saque de Mapi en el quinto. Pero las hermanas de Star Vie no aflojan. Su resurrección es un hecho. Con Mapi inmensa en el paralelo y Majo descomunal sometiendo a Marrero, las números uno devuelven el golpe al servicio de la canaria (3-3).
Ale y Marta mantienen el empuje y tratan de hundir definitivamente a sus adversarias. Tres oportunidades tienen de quebrar el saque de Majo en el séptimo. Un error de Marrero con su revés, una gran bajada de Majo tras un prodigioso ejercicio defensivo de ésta y una deliciosa víbora en paralelo de la propia Mapi evitan el descalabro (3-4).
Las gemelas Sánchez Alayeto suman golpes en cada jugada. Sin atajos, ahora ya, sin errores. Y en el décimo, dos fallos seguidos de la espléndida Salazar, una bandeja y una volea, ambas a la red, entregan el set a las aragonesas (4-6).
Los detalles deciden la final del Open de Mallorca
El grito de las hermanas da paso a la sonrisa de Majo, una mueca inusitada hasta hoy que aleja el calvario y anuncia batalla frente a una pareja sublime. Ale y Marta no dejan de apretar. La de Black Crown responde al acoso de sus contrarias, por alto y por bajo, mientras su compañera se desliza sobre la alfombra buscando el resquicio para acuchillar el juego.
La pelea es intensa, hermosa. Se sostiene en los detalles, se eleva en la entrega de ambas. La igualdad abre el tercer set y, pronto avisan las gemelas. Pero un gran saque de la madrileña de Head que no resta bien Majo y una maravilloso paralelo que esconde hasta última hora le permiten alejar el peligro del break y conservar el servicio en el cuarto (2-2).
En cambio, sí obtiene recompensa la pareja número dos justo a continuación. No hay espacio alguno para el error. El fallo penaliza en un duelo apretadísimo. Menos aún si se producen tres consecutivos. Una bajada de Majo a la red, y dos errores de Mapi, el último en una víbora directa al cristal de fondo, ceden su propio servicio (3-2).
Otra vez abajo en el marcador. De nuevo, surge la monumental respuesta de las Sánchez Alayeto. A diferencia de otros encuentros, ya no es una cuestión de garra. Las zaragozanas se agarran a su juego y aparcan el marcador. Así devuelven el break. Con determinación y valentía. Paciencia y vértigo. Atrevimiento, siempre. El duelo se equilibra de nuevo (3-3) pasadas las dos horas de final en el Estrella Damm Mallorca Open 2016.
Salazar y Marrero, que no se han permitido un respiro en todo el encuentro, aflojan en el octavo. Dos errores de Ale y Marta abren paso a las hermanas desde el resto. Un imponente ejercicio defensivo de Mapi lo culmina ella misma para certificar el break (3-5).
Ahora sí, la puerta de la victoria se ilumina para ellas. Con el saque de Majo, abrochan el partido (3-6, 6-4 y 6-3). El grito de ambas, su abrazo, su sonrisa. El mejor síntoma de quienes, hoy sí, han recuperado el brillo.
El marcador señala el primer título del año para Mapi y Majo. La diferencia, en cambio, va más allá. Siempre han querido, siempre lo han intentado. Esta vez, en cambio, se reencontraron para volver a ser ellas.
Ale y Marta lo hicieron todo para ganar pero quedaron a un palmo. Su esplendoroso camino continúa.