Lleva cinco títulos consecutivos en este 2015. Cinco victorias en cinco finales. Con dos compañeros diferentes. Suma 13 años como número uno indiscutible del mundo. Exhibe un palmarés incomparable. Un legado que no se discute. Sin embargo, a Fernando Belasteguin hay un triunfo que se le resiste desde hace años: el de la grada.
Ahí pierde siempre. En cada gesto, cada mirada, cada palabra. El argentino, bajo escrutinio permanente, es víctima de un análisis extremo en el que los prejuicios distorsionan la realidad, presa de un examen en el que las etiquetas socavan a la persona y elevan al personaje ya deformado. Porque Bela no tiene margen. Se le juzga todo y se le permite casi nada.
En Mallorca volvió a sufrir el despecho de algunos aficionados. El de Pehuajó, en las semifinales, se giró incluso hacia la grada en respuesta a ello lo que le valió una advertencia del juez árbitro. En la final, el de Head reclamó directamente el amparo del colegiado. O le decís vos, se oyó al jugador terminar de decirle al juez árbitro justo antes de iniciar el último punto del primer set. La reprimenda de muchos aficionados llegó en forma de silbidos pese a que la mayoría ni siquiera entendía lo que ocurría.
Pero no importa. Ante cada gesto de Bela, el veredicto es automático. Cuando discute, cuando remata, cuando protesta, cuando se lamenta y hasta cuando sonríe. A Bela la sentencia le suele llegar antes que el juicio. Y no sólo por parte de la grada.
Ayer, durante la retransmisión (ver video a partir de 1:05:20), el narrador de World Padel Tour, Óscar Solé, lo tenía claro en esa escena con el árbitro: “utiliza también estos momentos Belasteguin”, afirmó el periodista. Lo llamativo no fue esta interpretación personal sino la de su compañera, Andrea Ballester, quien acompañó el dictamen con una afirmación instantánea, casi simultánea (“Sí”) pese a que, como ella misma reconoció segundos después, ni siquiera sabía lo que había ocurrido (“sí, explíquenoslo Óscar que no nos hemos enterado”, afirmó cuando Bebe Auguste dijo que no sabía lo que había pasado). Pero el laudo estaba escrito. Con Bela, resulta así de fácil. No hay espacio a la duda ni temor a equivocarse.
Entre blanco o negro, entre ángel o demonio, no tiene elección. No hay término medio posible.
En la espléndida final de Valladolid, una parte considerable del público recriminó al argentino que discutiera una bola a sus rivales. No importó que él mismo, poco antes, hubiera dado como malas dos pelotas suyas que supusieron dos opciones de break en contra. Aquel duelo se resolvió en tres ajustadísimos tie break. Pero el detalle quedó oculto para parte de la grada, enterrado en esa montaña de estigmas que ha ido acumulando a lo largo de su exitosa trayectoria. La protesta se le niega como derecho y se le imputa como reflejo de su conflictivo carácter; la deferencia, en cambio, se le reconoce como un compromiso momentáneo que no ha tenido más remedio que asumir.
Bela lleva 13 años ganando y no da la impresión de que vaya a detenerse. Para una parte de la afición no es una proeza sino una afrenta. Esperan, anhelan, ansían su tropiezo. En España, ocurre así con frecuencia. La cima es vista como el punto de partida de los que se despeñan. Nadal, Fernando Alonso, Casillas,… Y Bela, encima, ni siquiera es de la tierra.
Tampoco le ayuda su lenguaje corporal. Esa manera de andar, siempre de cara, con el pecho bien presente y los hombros hacia atrás. Su cabeza erguida y su mirada firme y penetrante. Una pose propia, de honestidad y franqueza, sin máscaras, ni caretas, de quien va de frente y no se arruga es, sin embargo, para muchos, el desafiante disfraz del personaje que detestan.
En el último duelo de Mallorca, Bela remató en paralelo e impactó en Juan Martín Díaz. Los silbidos volvieron a irrumpir en parte de la grada que no tuvo duda alguna sobre la intencionalidad del de Pehuajó. En el mismo encuentro, El Galleguito, a un palmo de la cinta, hizo diana en el pecho de su excompañero. Le buscó y le acertó. Sonrieron ambos. El público, ni un reproche, también.
Altivez, marrullería, soberbia. El triunfo no le redime nunca; los títulos siempre le desgastan. Lo que a muchos se le permite, se le comprende e incluso se le aplaude, a Belasteguin se le recrimina. Sus éxitos se relativizan (incluso por él mismo) mientras que sus errores, por parte de muchos, sirven para deformar su leyenda. Es la injusta maldición que soporta uno de los jugadores más honestos del circuito. No, no es un halago fácil. Bela está muy lejos de ser un santo. Tampoco ha aspirado nunca a serlo. Episodios habrá en su trayectoria que así lo demuestren. Pero, desde luego, no encaja en el rol de villano que muchos le atribuyen por más que no se rebele contra ello.
Su entrega, su sacrificio, su competitividad, su determinación, su profesionalidad y su ambición son la mayor muestra de respeto a sus rivales y a este deporte. En cada partido, de primera ronda o en la final, Belasteguin se despliega sin dobleces, sin reparos, sin reservas. No entiende otra forma, no conoce otro camino. Es su seña de identidad. Por más que el rival sea inferior, por mucho que el encuentro se ponga de cara o le salga cruz. Esté pletórico o lesionado. No hay excusas ni reproches. De Bela se aprende siempre. Cuando gana y cuando pierde.
A sus 36 años, el argentino de Head afronta el último tramo de su carrera con la aspiración de seguir compitiendo al máximo. Ese sigue siendo su objetivo. Las victorias no son más que la consecuencia de ello. Y en todo este tiempo, su mayor pecado no ha sido la altanería ni la artimaña. Su verdadera maldad ha sido minimizar sus éxitos hasta el punto de mostrarnos como accesible un camino sólo reservado a los mitos.
Lo escuchamos tras coronarse dos veces junto a Willy Lahoz al principio de la temporada. Ahora, tras la final de Mallorca, hemos vuelto a oirlo. “Lo único que tenía claro es que tuve la suerte de tener de compañero durante 13 años al mejor de todos los tiempos, y ahora tengo la suerte de tener al lado al mejor de todo el año. Así que quizá lo bueno mío es tener siempre a uno muy bueno al lado”.
La sencillez de su discurso tras su quinto título del año ahoga sus méritos. Su empeño en huir de la escena, una vez logrado el triunfo, ignora la complejidad de su juego, su capacidad de anticipación, su portentosa inteligencia, su combatividad, su espíritu de lucha, su físico inconmensurable, su fortaleza mental, su habilidad para hacer mejor al compañero. “Es nuestro trabajo. Cuando nos sacan la paleta de padel, somos igual que todos”.
Esa es la gran mentira de Bela, nuestra ilusión cotidiana. Mientras que la magia de Juan Martín se nos muestra como un sueño imposible, el “trabajo” de Belasteguin se nos presenta como una recompensa alcanzable. Un injusto espejismo. Para Bela, el rey maldito, y también para nosotros.
completamente de acuerdo menos en lo del pelotazo, cuando la gente silbo era el tercero q le daba a Juan , y ese ultimo los q jugamos a Padel opinamos q tiraba al cuerpo, el de Juan fue al cuerpo de bela pero sin hacer daño , en la cercanía del jugador podía haber tirado con «venganza» y a hacer daño, son esos pequeños detalles por los cuales Juan es querido y bela «odiado»
Hola Juanjo. Gracias por tu punto de vista. Realmente no aprecié esa intencionalidad tan clara en Bela. La capacidad defensiva de Maxi es mucho mayor para defender esos remates que la de Juan. Igual Bela buscaba eso también con su remate en paralelo. En cualquier caso, me parece que a Bela le penalizan situaciones como estas que a muchos otros se le permiten.
Muchas gracias por tu opinión.
Recuerdo cuando Seba Nerone sufría lo mismo que Bela, y seguramente por la misma causa: ambos son trabajadores del pádel, algo que no está premiado por el público en su justa medida.
Desde Argentina no nos damos cuenta de tamaña injusticia por sólo verlo por streaming (o por lo menos no nos damos cuenta en esta medida), y lo he visto a Bela mucho más afuera de España que en España, pero sin duda no pasa eso con Bela jugando en otro país, seguramente por no estar ya acostumbrados a verlo con continuidad (lamentablemente…!).
Para ser el uno hay que ser el que mejor juega, el que mejor elige a su compañero y el que mejor lo hace jugar, y Bela reúne esas tres condiciones.
Felicitaciones por el artículo periodístico, tan necesario en nuestro deporte dominado por la inmediatez de internet.
Gracias Guille por tu punto de vista. Muy interesante.
Saludos.
Buenos días, después de ver su comportamiento en el Protur de Ibiza de 2012… Lo siento pero no pienso que sea un jugador limpio, ni que respete a sus compañeros/rivales.
Hola Bel. Me parece muy interesante tu opinión. Estoy convencido de que mucha gente opinará como tú. Es cierto. Como aparece en el artículo, Bela no es un santo y ejemplo de ello tendrá en su carrera. La cuestión es ¿por qué a él le retrata lo que a otros se les perdona? En cualquier caso, te agradezco mucho tu punto de vista. Es fantástico conocer opiniones distintas.
Saludos.
Buenas, yo creo que No hay que mezclar cosas. Bela es un gran jugador y eso lo demuestra día a día, pero no tiene tacto ninguno en su relación con el público. Yo estuve en Palma y otros torneos y no da esa sensación de proximidad y humildad que dan el resto. Creo que es por su carácter que es mas seco y eso no acaba de gustar. La solución a todo eso es muy fácil, ser amable con el público, ser más próximo a el ( dejarte hacer fotos, firmar autógrafos, etc…) y dedicar unos minutos en cada uno de sus apariciones a la gente que le reclama, que es muuuuucha. Solo con eso, se ganaría al público y no tendría ese desprecio que el mismo se ha ganado con su actitud extra deportiva. Para mi es un 10 como jugador y un 0 como trato al público. Como persona no puedo opinar porque no le conozco. Como anécdota decir que desde octavos intente conseguir una foto con mi niño con el y siempre la respuesta de él era después. Conseguí fotos de todos los jugadores menos de el y a él fue al que mas le pedí. Da igual que se la pidas antes del partido o después (aunque haya ganado) la respuesta fue negativa. Eso ya me ha pasado en otros torneos con el. En fin una lastima. Muchos saludos a todos y que conste que yo solo cuento mi experiencia.
Hola, Víctor. Te agradezco enormemente tu experiencia. Una lástima que no pudieras conseguir esa foto. Imagino que para tu hijo sería una decepción también. En fin. El artículo refleja una opinión particular. La tuya, diferente, es igual de valiosa.
Mil gracias por compartirla.
Saludos (espero que la próxima consigas esa foto ;-)).
Brillante e interesante reflexión.
En mi humilde opinión creo que tanto tu artículo como las opiniones aquí vertidas tienen su parte de razón. Si esos gestos «feos» de Bela los hace el número 12 (por decir un número al azar), probablemente pasarían desapercibidos; digo más, seguramente si ese número 12 llega a una hipotética final, el público iría con él, y todos los aplausos serían para él. Pero hablamos del número 1 (desde hace muchisimo), y aquí en este país tenemos esta costumbre de intentar derrumbar a toda costa a todo el que está en la cima, por la cuestión que sea. Buscamos dónde le duele y ahí atacamos sin piedad… Los ejemplos más claros están citados en el artículo.
Por otro lado, no deja de ser cierto que Bela quizá no sea la simpatía personalizada en cuanto al trato con el público. Pero quizá deberíamos pensar si eso es ser antipático, o puede ser otra cosa, por ejemplo que Bela sea tímido… lo digo por decir eh? no estoy diciendo que lo sea. Por intentar dar otro punto de vista ya que al menos yo no le conozco personalmente como para juzgarlo.
En cuanto a las comparaciones, no creo que haya que ir muy lejos. A mí siempre me ha parecido Lima un jugador mucho más «antipático»… o bueno, para no usar ese adjetivo, vamos a llamarle «distante» con el público. Sin embargo no soporta la misma presión que Bela.
Por último tampoco podemos pretender que todos los jugadores de cualquier deporte tengan que estar a nuestra disposición. Quizá no nos guste, vale; ne ese caso, no le busques después de los partidos; digo más, no le animes si lo consideras oportuno; pero deberíamos aprender a separar los aspectos extradeportivos de lo meramente deportivo, y creo que no hay razones suficientes para pitarle dentro de la pista de Padel por las mismas situaciones que vemos en el resto de partidos. Nos guste más o menos, es el mejor actualmente, y todos los que amamos este deporte deberíamos rendirnos a esta evidencia con aplausos.
Saludos!.
Hola, Kurro. Gracias por compartir tu argumentada opinión. Lo cierto es que coincido contigo plenamente aunque entiendo que hay quien no lo verá así.
Saludos.
Creo que la gente quiere que ganen otros jugadores, para que no sea tan monótonos los torneos. Lo mismo pasaba cuando Schumacher ganaba 7 torneos seguidos en F1 y la gente se aburria de ver carreras si ya sabía quien iba a ganar…o lo mismo con Nadal durante sus años de apogeo y el publico queria que gane su rival. Quizas no tiene la complicidad de Federer con la gente, quien a pesar de haber dominado muchos años en el tenis la gente lo adora y no se cansa de verlo, reconocerlo y aplaudirlo. Bela es una maquina, tiene una mentalidad ganadora y fuerte, y demas cualidades que ya todos conocen. No creo que sea antipatico, sino un tipo timido y sencillo que no se la cree; hay que aplaudirlo y disfrutarlo porque lo vamos a recordar como unos de los mejores jugadores de este hermoso deporte. Muy buena nota y saludos desde Mendoza, Argentina!!
PD: como aburren Solé y Ballesteros en los relatos!! siempre dicen lo mismo, tambien ellos contribuyen a la monotonia de las transmisiones
Muchas gracias por la atención a este artículo y por compartir tu interesante opinión.
Un gran saludo para ti también.
De acuerdo contigo amigo… sólo que distinto debe ser que prefieras que gane otra pareja, a silvar a un jugador, sea el que sea.
En cuanto a las retransmisiones, bueno, tienen sus días… Ahora bien, de los invitados, sin duda para mi el mejor es Seba Nerone. Un crack, me río un montón y disfruto de sus comentarios!!
Saludos
Siii, Nerone lo hace mas ameno, mezcla conocimiento con humor. El tono de Sole es medio apatico y aburrido y si bien en un partido de padel o tenis mucho no se puede hablar entre punto y punto; hay buenos relatores (de tenis por ejemplo) que dan tan buenos comentarios que uno aprende. Pero es otro tema digno de un articulo aparte. Saludos!!
Hola, me gusto tu articulo, pero discrepo amigablemente. Bela es el número uno ganando al Padel.. Nada más. Jugar al padel es algo mas que ganar. La gente se identifica con jugadores que no ganan pero que les transmiten algo, que les dan algo mas… Alguno ha mencionado lo que es: amabilidad, cercania, nobleza….Recuerdo hace dos años en valencia, cuando el público hizo salir a saludar a Reca y Nerone….y acababan de perder…eso a Bela no le pasará Bela solo gana…pregunto, todo el mundo se equivoca? Todo el mundo es injusto con él?…todos? Siempre?…quizás no.
Mi humilde opinión. Saludos
Hola, Nacho.
Gracias por leer el artículo y por expresar tu opinión con tanta claridad. Es un placer poder leer puntos de vista diferentes. Me parece genial tu discrepancia. Hombre, no creo que todo el mundo se equivoque porque no es todo el mundo el que le silba. Bela tiene muchísimos seguidores, desde luego. La cuestión es que si Bela debe ser amable, más cercano (lo de nobleza no lo incluyo porque para mí es un jugador muy noble), más ‘tribunero’ en ocasiones, ¿estaríamos hablando entonces de Fernando Belasteguin? Yo creo que no. Entonces, realmente lo que le pedimos es que ¿no sea tan Bela para poder perdonarle lo que a otros sí le perdonamos? Las respuestas a estas preguntas son muy abiertas. Yo tengo la mía y seguramente tú, la tuya. A mí, por cierto, me ha encantado leer tu exposición así que ¡mil gracias!.
Saludos.
Tienes razón con lo de la nobleza: lo retiró completamente. Tu respuesta es muy atinada, pero yo no le reprocho que sea como es…por ese mismo motivo no le pidas al público que sea de otra manera con él… Están en su mismo derecho que él. Yo lo veo como una accion- reacción…en todo caso, parece que nos importa esto mas a nosotros que a el. un placer debatir sobre algo que nos gusta tanto. Saludos
Efecticamente. Llevas toda la razón. Cada aficionado/a tiene derecho a expresar su afinidad o rechazo hacia quien le parezca. Desde luego, yo no soy nadie para indicar si es o no es acertado. La mía es simplemente una opinión particular acerca de una situación que me llama la atención. Y tras los muchos comentarios recibidos a raíz de ésta, tengo una visión más completa aún de ello. Así que ¡gracias!
Saludos.
Bueno, es que creo que hay una pequeña pero importante diferencia. Es obvio que un jugador no tiene por qué gustarle a todo el mundo. Pero creo que el público debería limitarse en cómo expresarlo. No sé si me explico… Cuando veo un partido en el que alguno de los jugadores me cae bien especialmente, animo, lo vivo y vibro con cada punto de ese jugador o la pareja. Me gusta que ganen. Pero en el caso contrario, cuando se trata de algún jugador que me es indiferente o incluso que «no trago», pues simplemente me limito a ver Padel, que es lo que me gusta. Seguramente no animaré, y vibraré algo menos; pero igualmente aplaudiré una dormilona, una salida por 3, una dejada… etc… y aplaudiré al que gane. Pero nunca, NUNCA, silvaré si ese jugador no ha hecho nada antideportivo…
Saludos!
Que buen artículo, personalmente creo que es imposible no mezclar las cosas, el hombre y el deportista son solo uno, las historias como las de Victor y su hijo (triste para un niño) son previsibles en bela. Por otro lado, Nacho, la expresión final del artículo «…Mientras que la magia de Juan Martín se nos muestra como un sueño imposible, el “trabajo” de Belasteguin se nos presenta como una recompensa alcanzable…», que atinada y quizás una cruel realidad para los que somos admiradores de jmd, pero sabes?, ciegamente algunos no lo compartimos porque la pasión opaca la razón y esperamos ansiosos la revancha!!!, excelente artículo!!!
Hola Alfredo. Gracias por tu exposición. Dices «para los que somos admiradores de jmd». ¿Se puede no serlo? Jajajaja. Es broma. Te agradezco el rato que le has dedicado a leer esta reflexión y por compartir tu opinión aquí. Sí, dices que es difícil separar a la persona y al deportista. En realidad, no creo que alcancemos a conocer a la persona. Nos formamos la imagen del personaje con retazos de su proyección pública. Igual conociéndoles en profundidad cambiábamos de opinión respecto a más de uno.
Saludos.
Excelente articulo !!!!!! Creo que todos deberíamos disfrutar de uno de los jugadores más completos de la historia de este deporte. Lo que le falta de talento lo suple con esfuerzo, es un trabajador y hace que uno sienta que es alcanzable. Mi experiencia fue en el Open de Barcelona, foto, autógrafo y un abrazo. Bela se ocupa de hacer grande a sus compañeros y esa virtud no la tienen todos. Declaraciones medidas, siempre con respeto hacia sus rivales, la gente lo trata como si fuera uno que va de sobrado y la verdad nunca vi eso en Bela. Es un ganador y creo, el más competitivo de todo el circuito.
Gracias por el articulo creo que explica muy claramente una realidad.