Sobre la moqueta de la central del Palacio de los Deportes ‘Elena Benítez’, su figura se agiganta conforme avanza esta final masculina del Cervezas Victoria Marbella Master 2020 hasta que se apodera de ella por completo.
Está en disputa el primer título del curso. Es, además, un enfrentamiento que dirime el liderato en solitario del ranking. Pero el sevillano Paquito Navarro se despliega como si en juego hubiera algo más relevante todavía.
Algo más que un título en juego en la final masculina del WPT Marbella Master
Enfrente tiene a su excompañero Juan Lebrón, aquel con quien tocó la gloria y a quien fulminó a final de año para formar proyecto con Pablo Lima. Ahora, en su primer duelo cara a cara, Navarro busca marcar territorio y dar un golpe de autoridad.
Lebrón forma con Alejandro Galán. Ambos fueron rechazados por quienes ahora tienen enfrente y se unieron en una alianza temible que se aventura como una de las claras favoritas a dominar la temporada. De hecho, a Marbella ya llegan con la vítola de pareja número uno del ranking. Son dos figuras de explosión precoz que, a sus 24 y 23 años respectivamente, han irrumpido en el centro de la escena y reclaman los focos tras haberse saltado el peaje de maduración exigido al resto.
Así que aquello que ocurre en ese ring entre cristales tiene también algo de una pugna generacional en la que Paquito acepta el rol de veterano con solo 31 años. El andaluz, máximo referente del pádel español durante mucho tiempo, ve amenazado su reinado por estas nuevas figuras emergentes. Como si la bandera del espectáculo que hasta ahora le ha correspondido, estuviese a punto de cambiar de manos.
Lo deja claro el público desde el inicio, dividido en su apoyo hacia las dos parejas. Incluso, ligeramente decantado del lado de Ale y El Lobo en el comienzo. El sevillano le acabará dando la vuelta a todo y pondrá la grada a sus pies con una actuación estelar.
Un tie break decide el primer acto
Tardan en entrar al partido los españoles. Desperdician un 40-15 para amarrar el saque inaugural de Galán y sufren un break en contra que consolidan sus contrarios (0-2).
La sangría no es mayor porque Ale y Lebrón se sostienen con el Punto de Oro en el tercero. A partir de ahí cogen vuelo. Amenazan el saque de Paquito en el cuarto aunque el break no llega hasta el sexto (3-3).
Los españoles, encaramados a la cinta, le dan palique al juego sin descanso pero no desde el vértigo. Su despliegue achica espacios mientras su dictado desgasta a sus contrarios. Sufre, en especial, Pablo Lima. La posición adelantada de Paquito para hacer frente a los acometidas del madrileño desde el cruzado, ofrece una llanura atrás en la que el brasileño, hoy, no está nada cómodo.
Cuando certifican la remontada (4-3), un gesto de Galán delata el plan trazado desde el laboratorio M3. El de Leganés se señala la sien mientras se dirige a El Lobo. ¡Cabeza, cabeza! Hoy no es día de tiroteos sino de temple y mucho tajo. Lebrón, un volcán cualquier otro día, se mantiene bajo control. A veces, incluso, demasiado. La fórmula es clara: despejar el componente emocional y ganar el pulso por juego.
A diferencia de las jornadas anteriores, es Ale quien lleva hoy las riendas sobre la moqueta. Firme, decidido, despacha un primer set fabuloso hasta que llega el momento decisivo. La pareja española puede abrochar este acto con un Punto de Oro en el undécimo, al saque de Paquito. No lo consiguen porque Galán estrella en la red una volea sin demasiada complicación. No es su único error en este tramo.
Con el duelo sobre el alambre del tie break, se enciende Lebrón y se apaga su compañero. Con un parcial de 3-0 recuperan una mínima ventaja concedida y se quedan a un punto de llevarse el set. Hasta cuatro bolas tiene para ello la pareja española; todas se van al limbo.
Emerge Paquito. El sevillano está tan metido que, tras un fallo de Lima, suelta un alarido que desconcierta al propio brasileño. Con Galán titubeante, el andaluz de Bullpadel se hace gigante y certifica ese triunfo parcial con una espectacular acción que pone a toda la grada a corear su nombre (7-6). El hispalense también empieza a ganar el otro pulso.
Galán y Lebrón vuelan
Simples detalles han decidido el primer capítulo. Paquito y Lima quieren aprovechar la inercia y golpear pronto en la reanudación para encarrilar el encuentro. Pueden conseguirlo en el cuarto juego al saque de Lebrón. Tienen dos oportunidades para romper y no convierten ninguna. En realidad, no volverán a mover su casillero en todo el set.
Sus rivales aciertan con el break en el quinto (2-3). Lebrón se libera, Galán se conecta de nuevo. La pareja número uno pasa a dominar con claridad mientras al otro lado de la red, la dupla hispano-brasileña pierde el paso.
Lima se busca a sí mismo en medio de un calvario del que no sabe cómo salir. Paquito se desespera, sometido por los adversarios. El desequilibrio es notorio.
El guión cambia por completo y el marcador refleja de manera inapelable la superioridad de Ale y El Lobo al término del segundo parcial (2-6).
Paquito se apodera de todo
Con sus rivales en pleno vuelo, sabe el andaluz que sus opciones en este partido pasan por reducir el ritmo y rescatar a su compañero. Tiene faena por delante y la rotura que sufren al comienzo del tercer acto lo complica todo aún más.
Galán y Lebrón buscan dar el golpe definitivo. A punto están de conseguirlo en el tercer juego desde el resto pero no logran transformar ninguna de las dos oportunidad de break que tienen (1-2).
Paquito da un paso atrás, reduce el rango de cobertura de Lima y le da altura a la pelota mientras le quita velocidad al juego. Comienza una exhibición majestuosa que le abre la vía que busca. Se equilibra el partido y, enseguida, el marcador (2-2).
El sevillano se apodera del encuentro y Lima se incorpora al trazo, ahora sí, más cómodo con esta propuesta. Enfrente, Galán y Lebrón no aflojan y mantienen su ofensiva insistente. El pulso es hermoso.
Ambas parejas buscan cualquier rendija para imponerse y las dos tienen opciones para ello. Pero son Paquito y el brasileño quienes conquistan un break decisivo en el octavo juego (5-3).
La reacción de los españoles les sitúa con opciones para recuperar la ventaja desde el resto. Un 30-40 al saque de Lima es la última esperanza para seguir vivos. ¡Dos puntos!, le grita Paquito a Lima en mitad del tremendo alboroto de una grada excitada. ¡Son solo dos puntos! Y los dos caen de su lado para certificar un triunfo magnífico (6-3).
Vencen en la primera final, consiguen el primer título y se llevan la primera batalla ante sus excompañeros. Paquito, ya número uno en solitario, se ubica en mitad de la pista mientras recibe la atronadora ovación de la afición. Es su propia reivindicación. Hoy, el sevillano ha ganado también su particular contienda pero la lucha no ha hecho más que comenzar…