Resuena ¡vamos! en la pista, vibrante, reincidente; mientras los puños cerrados elevándose al cielo se suceden a ambos lados de la red. Los cuatro jugadores celebran cada punto con la misma pasión con la que golpean la bola, y a la vez, buscan de reojo la mirada cómplice de sus familiares, en vilo, al otro lado del cristal.
Es la final sub-12 del I Open de Pádel Lloyds Bank International, todo pádel, puro espectáculo, emoción absoluta. El enfrentamiento de estas cuatro promesas ocurre de manera simultánea al resto de finales, y sin embargo, es capaz de suscitar un gran interés entre el público asistente; y más aún conforme avanza el encuentro.
Porque Fernando Domínguez, ‘Fer’, y Álvaro Jiménez, por un lado; y Arturo Bretones y Enrique Ortiz, por otro; lo dan todo sobre el verde desde el calentamiento. Son competitivos, exigentes y ambiciosos, y persiguen dar lustre a su incipiente carrera en el pádel con un trofeo más.
Arturo y Enrique comienzan el encuentro desatados; muy firmes en la red, ofensivos, peligrosos. Conquistan terreno gracias a la prodigiosa muñeca de Enrique que causa estragos en sus rivales y a la infatigable movilidad de Arturoque tapa cualquier resquicio de su campo, y es capaz de devolver bolas imposibles.

‘Fer’ y Álvaro aguantan el vendaval aunque, unas veces, imprecisos, y otras, faltos de suerte en la definición de algunos puntos importantes (a ‘Fer’ se le fueron un par de remates que no suele errar); no pueden evitar un primer parcial de 3-0. Sin embargo, ninguno de los dos estaba dispuesto a dejar escapar el partido así, sin plantear batalla. Por eso, al cuarto juego, tocan arrebato, corren, pelean, defienden, sufren, y se anotan un juego crucial (3-1) que, no sólo sirve para acortar distancias, sino, sobre todo, para gritar al cielo que ambos están preparados para la gran batalla.
De hecho, con un 0-40, disponen de inmediato de tres pelotas de break en el servicio de Enrique que aprovechan (3-2). Sin embargo, sufren un nuevo revés, al siguente, cuando de nuevo pierden el saque de Álvaro y ven otra abierta la brecha (4-2). A esas alturas, Arturo ha recorrido ya la pista una decena de veces, mientras que Enrique ha exhibido con éxito uno de sus golpes más dañinos, una volea alta de derecha que ejecuta asimilando el movimiento de un parabrisas, lo que le permite ocultar la intención hasta el último momento y cambiar de dirección la bola.
Dominio de Arturo y Enrique
Son casi las seis de la tarde. Álvaro acusa el calor, sufre físicamente, pero mantiene la cabeza en el partido, y eso es mucho. ‘Fer’ tira de la pareja en esos momentos, defiende todo lo que puede, y a la menor oportunidad, busca el hueco para matar el punto. El esfuerzo de ambos les vale para devolver el break (4-3) y empatar, después, el partido (4-4).

Sólo es el primer set. ‘Fer’ celebra el primer punto del noveno juego con un grito. Enrique responde al siguiente. La tensión es máxima en la pista. Los nervios, en cambio, afloran fuera, con padres y madres revolviéndose en sus asientos, haciendo kilómetros alrededor de la cancha, sufriendo, animando, disfrutando.
La maratón de Arturo es decisiva para que él y su compañero se anoten ese juego y se queden a un paso del set (5-4). Un meta que alcanzan al lograr el tercer break, los tres con servicio de Álvaro, a quien la suerte no le sonríe en el último momento, y deja una volea en la red. Es el único de los cuatro jugadores que no sale de la pista en ninguna de las pausas del encuentro. Rostro serio, ceño fruncido. Sabe que las opciones de levantar el trofeo de campeón pasan por apretar los dientes y darlo todo en el segundo set.
En la reanudación, ‘Fer’ y Álvaro cambian de estrategia, atacan el revés cruzado de Arturo, ganan metros hacia la red, y reducen su porcentaje de errores. Así consiguen el break en el primer juego de la segunda manga (0-1), pero no pueden evitar, de nuevo, otra rotura de saque, en contra, en el siguiente (1-1).

La igualdad es dueña del partido. El ritmo desciende algo y los juegos se suceden sin sobresaltos hasta el quinto, que se anotan con muchos apuros Enrique y Arturo, con servicio de este (3-2). Al siguiente, se lanzan hacia la red, dispuestos a encarrilar el encuentro, presionan el servicio de ‘Fer’ y logran un nuevo break que cierra Arturo con una volea espectacular desde la red (4-2). Lo tienen ya cerca. Están a dos juegos de la victoria.
Espectacular remontada
Pero los nervios por ganar aparecen y encogen el brazo de Enrique, que ya no volea con tanto acierto; y tiran de las piernas de Arturo, que ya no devuelve todo lo que pasa la red. Sus rivales, en cambio, resurgen bajo el sol, se rebelan ante la derrota, crecen ante la adversidad. ‘Fer’ y Álvaro, que ya es otro jugador diferente al del primer set, más constante, más atrevido, protagonizan una espectacular remontada, con un parcial de 0-4, que les da el set e iguala el partido.
La balanza ha cambiado su inclinación. El ritmo de juego lo impone ‘Fer’, un jugador valiente, sin miedo a fallar, que se juega el punto apenas aparece el hueco; y Álvaro, espléndido desde el tramo final del segundo set, renacido para la victoria a base de inteligencia y serenidad, con una consistencia formidable y una gran bandeja que le empieza a funcionar.

Arturo y Enrique afrontan el último tramo del encuentro con la intención de recuperar las sensaciones iniciales. Se pegan a la red, tratan de dominar el partido, pero ya nada es igual para ellos ni para sus oponentes, que empiezan el set marcando el terreno con un break al servicio del propio Enrique (0-1).
Álvaro y ‘Fer’ mandan desde el fondo de la pista, han recuperado confianza, se han levantado cuando parecían derrotados y van decididos a por el partido; algo que dejan claro con un 0-3 casi definitivo.
Pero sus adversarios no bajan los brazos. En blanco, rompen el saque de ‘Fer’ e impiden que él y Álvaro se disparen hacia la victoria (1-3). La ambición de ambas parejas, su resistencia a la derrota abre la puerta a un carrusel de break sucesivos (cinco roturas de servicio consecutivas se anotan) que deja el marcador en un 3-5.
Arturo y Enrique, que reman contra un 1-4 en contra, logran mantener, ahora sí, el saque de este último, para alcanzar el 4-5 y tratar de agarrarse al último resquicio del encuentro.

Pero ni ‘Fer’ ni Álvaro conceden oportunidad alguna y cierran el partido con el definitivo 4-6.
El marcador final (6-4, 4-6 y 4-6) estableció la simbólica división entre vencedores y vencidos. El juego, el sacrificio, el esfuerzo y la pasión en la pista, en cambio, eliminaron distinción alguna y elevaron a los cuatro jugadores, honestos con el pádel, generosos con el espectáculo.
Muchas gracias por todo los cuatro se merecieron la victoria pero solo pueden ganar dos ,aunque los cuatros son estupendos niños y lo mas importante buenos amigos
Hola, María José. En realidad, por su sacrificio, su honestidad, su entrega y su nobleza, la victoria fue de los cuatro, más allá de que los trofeos fuesen diferentes.
Muchas gracias por la visita a la web y el comentario.
Un saludo.
Pero si se veía venir , es un CAMPEÓN
Papa. …aprende
Felicidades.