¡Intensos! ¡Piernas! ¡Puntos largos, puntos largos! Se revuelve en la grada, tenso, inquieto, ansioso, José Carlos Gaspar, el padre de uno de los protagonistas de la final cadete del Campeonato de España de Padel de Menores 2013. La central del emblemático club Nueva Alcántara, la pista por la que han desfilado muchos de los mejores jugadores del mundo, sirve de escenario a la última batalla de una competición de récord, un duelo intenso entre dos de las parejas más prometedoras del padel nacional.
Juega, por tanto, en casa, un hipermotivado Manu Rocafort. A su lado, el malagueño José Carlos Gaspar busca reeditar la gesta que logró el pasado año en Madrid junto al antequerano, Momo González, al anotarse este título nacional de padel de menores en su primera temporada como cadete.
El desafío, ahora, un año después, se presenta en tierras malacitanas. Y ello sobreexcita a ambos. En especial, al marbellí de Vairo, un jugador eléctrico y atrevido con una clara tendencia al vértigo. El mediano de los Rocafort se despliega apresurado hacia la cinta para decantar los primeros puntos por la vía rápida. La receta, sin embargo, apenas funciona un par de juegos. Aunque, en ese tiempo, a punto están de pagarlo sus rivales por un flojo inicio de partido.
Curro Soriano y, sobre todo, Fernando Romero, algo desactivados al comienzo, cometen demasiados errores y en el primer servicio de que disponen, casi entregan el break. Un gran remate del cordobés de Dunlop y un fallo al resto de Manu extinguen el fuego antes de que el incendio adquiera mayores proporciones (1-1).
Advertidos, los números uno de la categoría doman el impetuoso arranque de sus adversarios, le echan el lazo al juego y dictan el tempo del encuentro. Los globos altos sobre Gaspar dotan de pausa el intercambio. Irrumpe el padel de terciopelo de Curro que mece a su antojo a los rivales por la cancha. Una chiquita para acercarles a la cinta, un globo para enviarles al cristal. Orden, fluidez, naturalidad. Espacio para que, a su lado, Fernando afile la volea y percuta por alto.

Mientras Soriano y Romero gobiernan con claridad el juego, la dupla local, sin respuestas, es víctima de su propia ansiedad. Un globo fuera de José Carlos, una volea a la red de Manu y una bandeja suya con idéntico destino les abre camino temprano hacia el foso. El madrileño de Head certifica la rotura y provoca una brecha de inmediato (1-2).
Desbordados, Rocafort y Gaspar apenas salvan su servicio (2-3), pero no pueden evitar el break en el séptimo. ¡Vamos!, ruge un Curro imperial cuando firma el 0-30. La pelota que acaba por certificar la rotura es un desajuste por el centro entre Manu y José Carlos que amagan pero ninguno acude finalmente a tapar el agujero en la red (2-5).
Este segundo golpe, no obstante, sirve para abrir los ojos de los anfitriones. El encuentro, en realidad, rehuye de la prisa y el relámpago; y reclama paciencia y mucho trabajo. Empiezan a asimilar la fórmula y así aprietan el saque de Soriano para ponerlo contra las cuerdas. Gaspar, inmenso, construye desde atrás y cierra por tres metros su duelo con el de Head. Una volea de Fernando impide que puedan aprovechar esa ocasión de break. Los favoritos cierran la primera manga con la pegada de Romero, de nuevo, a un globo corto de Rocafort (2-6).
Así cae el telón del primer acto aunque un nuevo camino se abre para Manu y José Carlos en el segundo. ¡Puntos largos, puntos largos! Desde la grada, el padre de José Carlos persiste en remarcar la hoja de ruta. La apuesta pronto da sus resultados.
Manu Rocafort y José Carlos ganan el duelo mental
En la reanudación, el enfrentamiento cobra altura. Los globos se suceden en un trepidante duelo sobre el alambre. Se prolonga el intercambio, se multiplican las opciones. Con la bola surcando el cielo, los depredadores aguardan abajo su turno, acechan el error; una bola corta, un globo bajo; para devorar cada punto.
Aparece el revés a dos manos de Gaspar. Rocafort, sublime, acepta su parte en la faena y mezcla millas con talento. Una prodigiosa salida de pared del marbellí perfora el revés de Fernando. Encuentra ahí el de Vairo la grieta para romper el servicio del cadete cordobés (2-0). Es el anticipo de una brecha que alcanza una dimensión considerable (3-0), pero, en absoluto definitiva, con Soriano y Romero delante.

De hecho, es el madrileño quien se revuelve para impedir un cierre prematuro. Su padel de seda, de nuevo, hipnotiza a sus oponentes. Busca la duda en sus rivales. Tira chiquitas, irrumpe en la red, afila la volea. Curro emerge desde el fondo. Explota la vía aérea sobre José Carlos, a quien dos remates fallidos le crean una inseguridad terrible en un golpe que ya, de por sí, no es una de sus opciones preferentes. Es, finalmente, un error de Manu lo que acaba por entregar el saque de Gaspar (3-2).
Curro y Fernando cierran la herida con su servicio (3-3) y se preparan para el asalto final. Pero Rocafort y su compañero de Dunlop, a esas alturas, han comprendido ya por dónde debe transcurrir el juego. Ágiles, dinámicos, sólidos, los malagueños son quienes voltean el segundo acto.
Sucede a partir de una jugada dudosa que provoca una discusión entre los cuatro jugadores. Es una pelota que da ventaja al saque de Curro Soriano y lo sitúa a un paso del 4-4. Detenido el partido, con el juez árbitro analizando las opciones, el cruce de palabras, sin embargo, encierra algo más que un debate. Es la prolongación del encuentro, una emboscada verbal que atrapa a los derrotados en ella; un enfrentamiento dialéctico que arroja a los perdedores hacia la oscuridad hasta hacerles extraviar su camino en el duelo. La decisión de repetir la acción, que finalmente ordena el árbitro, enciende aún más a Curro y a Fernando, que reclamaban para sí el punto. Perdedores, por tanto, de la discusión, acaban también por sucumbir en el juego. El cordobés comete dos errores seguidos y entrega el servicio de su compañero. El break (5-3) desactiva a los campeones del mundo que ceden la segunda manga (6-3) ante el empuje de sus rivales.
Romero y Soriano se salvan a tiempo
El abatimiento de Soriano persiste al comienzo del tercer set. Tres errores consecutivos del madrileño descubren su ausencia y edifican el break que consiguen Manu y José Carlos al saque de Fernando. ¡Bolas largas!, insiste el protegonitor del cadete de El Candado tras el break que acerca a su hijo al título. Mucho más cuando logran consolidar la rotura (2-0). ¡Cabeza!, le pide con gestos Rocafort a su compañero, consciente de la obnubilación que provoca la proximidad del éxito.
La central de Nueva Alcántara vibra con la remontada de la dupla malagueña que tiene ahora por delante la difícil misión de gestionar bien la renta obtenida. No es una empresa sencilla. En casa, con el título nacional en juego, ante los favoritos de la categoría, la presión juega a oprimir el brazo, bloquear las piernas, confundir las ideas y desatar las emociones. Trabaja contra ello en los cambios de lado, José Luis Gutiérrez, Guti, el entrenador de José Carlos en El Candado, coach también de ambos en el campeonato.

No impide, sin embargo, que se agraven las dudas por arriba de su pupilo que ya, definitivamente, renuncia a la pegada. Ni siquiera como recurso para sorprender. Se aprovechan de ello Curro y Fernando, que encuentran pista por ahí para meterse en el partido. Manu y Gaspar aflojan el brazo. Los errores que les impiden presionar el saque de Soriano en el tercero (2-1) acaban por condenar el servicio propio en el cuarto. Un remate fallido de José Carlos que Romero saca por cuatro junto a la red; una envío de Manu a la malla lateral y un revés paralelo de Gaspar que se queda en la cinta aumentan la amenaza. Curro, con una chiquita, pone el señuelo; Fernando, con una volea, asesta la puñalada definitiva.
La rotura nivela la contienda (2-2). Se fortifican los saques; se debilitan los restos. Se encamina la final cadete del Campeonato de España de Padel de Menores 2013 hacia un desenlace de infarto. Con las dos parejas ganadoras y derrotadas, al mismo tiempo, se abre la puerta del tie break.
Soriano y Romero exhiben síntomas de fatiga física. Rocafort y Gaspar, algun señal de debilidad en su juego. Pero nada que haga sospechar el desplome que se avecina. Porque, súbitamente, los malagueños caen presa de una terrible amnesia que les lleva a olvidar todo aquello que les había funcionado durante el partido. Rocafort, que venía de firmar un notable segundo set, vuelve otra vez a optar por el atajo. Cuatro errores del marbellí en los cinco primeros puntos de la muerte súbita elevan a Curro y Fernando a un nivel inalcanzable. ¡Bolas largas, bolas largas!, insiste el padre de José Carlos, antes de que éste, con un remate que no vuela y que Soriano remacha en la red, acabe por entregar en blanco el tie break, y con él, el set y el partido (6-7).
La derrota (2-6, 6-3 y 6-7), dolorosa para la dupla local, no oculta el brillante campeonato de Manu y José Carlos en Marbella donde se coronan como la segunda mejor pareja de cadetes en España. Sus adversarios, Curro Soriano y Fernando Romero, confirman su esplendoroso presente y anticipan un porvenir mágico.