Hace apenas 7 días levantaron el trofeo de campeonas de Andalucía de Padel por selecciones provinciales en Marbella. Ahora, una semana después, vuelven a adjudicarse un título, esta vez, el de la VII Prueba del Circuito de la FAP en Málaga, la penúltima del calendario federado andaluz en la provincia.
Andreína de los Santos y Candela Escobar firman un triunfo brillante, una victoria en un cuadro con pocas parejas y mucho padel. Son apenas seis duplas las que se miden en el Fantasy Padel, el escenario de una prueba huye del mal tiempo.
De los Santos y Escobar se estrenan directamente en las semifinales para derrotar a Carmen López y Sabina Baena y se citan en la final con otras dos malagueñas, Elena García y Pilar Santolalla, que llegan al último escalón tras superar a Mena Smolders y Almudena Toré en semis.
El relato de la final, sin embargo, está marcado en su inicio por los nervios de Pilar y, sobre todo, de Elena que firman un dubitativo arranque. En realidad, una auténtica temeridad que les condena ante dos rivales firmes y afiladas con Andreína y Candela.

El resultado de ese horrible inicio es un parcial de 4-0 trufado de errores, imprecisiones y lamentos por parte de Elena y Pilar que, pese a todo, no sucumben al desánimo. Sus rivales, apreciada a la debilidad, trazan el juego con solidez e inclinan la pista sobre Elena. Es Santolalla quien emerge primero y arrastra a su compañera para atisbar una recuperación esperanzadora.
Así, en el quinto, un break activa la esperanza. Elena suelta su padel para empezar a construir esa rotura que acaba frenando la hemorragia en el marcador (4-1). Cuando consolidan el quiebre (4-2), el encuentro parece adoptar otro rumbo. Un espejismo que Candela y Andreína se encargan de disipar al abrochar, sin ninguna otra fisura, el primer set. Lo hacen con un nuevo break en el octavo que les adelanta en la carrera hacia la gloria (6-2).

Elena y Pilar se recomponen
Sin embargo, ese atisbo de recuperación que Santolalla y García protagonizan no es en vano. En verdad, les sirve para reconstruir un trazo desdibujado que les había dejado a merced de sus fabulosas oponentes en la primera manga. Y es que Andreína y Candela se despliegan con mucha autoridad. De los Santos juega firme y aprieta en cuanto puede. Su calma muta en tormenta tan pronto como alcanza la red. A su lado, Candela sostiene una danza incesante, un vaivén que asfixia a sus rivales a quienes opone un muro infranqueable.
Esa receta les sirve en el primer acto. Ahora en el segundo, el duelo es bien distinto.
Atemperados los nervios, hallado el camino, el juego de Elena y Pilar se eleva lo suficiente como plantar batalla. El cambio se percibe desde el inicio. Andreína y Candela sufren para mantener el saque propio que abre el segundo apartado. Lo consiguen (1-0) pero la amenaza se convierte en realidad en el tercero cuando Santolalla y García asaltan el servicio de Candela (1-2).

Confirmada la rotura (1-3), se abre un nuevo escenario para Elena y Pilar. Sin embargo, sus oponentes reaccionan a tiempo para no conceder más brecha. En el quinto devuelven el break (2-3) al saque de Pilar y en el sexto nivelan el marcador (3-3). Busca con cierta insistencia Candela a Elena por alto lo que le permite a ella tapar la red y a Andreína encontrar pista para decantar el juego.
La pugna por el séptimo juego resulta feroz. Es el punto de inflexión del partido. El instante en el que unas buscan despegar definitivamente y otras evitarlo. Es un intercambio eterno, un duelo sin tregua que finalmente cae del lado de Andreína y Candela que conserva así su saque (4-3).
Este triunfo parcial abre la fosa que acaba por engullir las aspiraciones de Elena y Pilar. La oportunidad perdida entierra sus opciones. De los Santos y Escobar aceleran hacia el triunfo, con break incluido, para firmar un parcial de 5-0 que desarma definitivamente a sus contrarias (6-3).
Una semana después, Andreína y Candela vuelven a levantar otro trofeo.
