Podría pensarse que para Bela y Lima 2018 fue una temporada para olvidar pero, sabiendo cómo son, es todo lo contrario. La prolongada baja del argentino por la lesión de codo y la travesía del brasileño en su ausencia (sólo un título sin su compañero; en Bilbao junto a Paquito Navarro) seguro que ha multiplicado aún más la voracidad competitiva que muestran.
Lo vimos en la exhibición que regalaron en el Master Final de 2018. ¿Qué ocurrirá en 2019?
5 Claves del éxito de Bela y Lima en 2019
En tres de los cuatro años que suman juntos, Belasteguin y Lima han gobernado el ranking de principio a fin. No lo hicieron en 2018, una temporada en la que penaron por la lesión de codo del argentino. Aún así, lograron llevarse cuatro torneos juntos (Lima se anotó un quinto junto a Paquito Navarro). Estos son algunos de los factores que pueden condicionar el éxito de la pareja en su quinta temporada.
Estado físico
La evolución de la lesión en el codo de Fernando Belasteguin es, sin duda, uno de las grandes incógnitas que asoman en el horizonte de la pareja para este 2019.
El de Peahujó se retiró de la competición en el Open de Mijas el pasado año, el 10 de agosto; y no regresó hasta el Master Final en diciembre. Cuatro meses parado. 18 semanas sin poder competir. 128 días alejado de las pistas.
Por más que su triunfo en el Master Final resultara asombroso, ahora hay que ver cómo responde el codo de Bela con la carga de entrenamientos, un calendario muy exigente y un desafío enorme: recuperar el trono.
Hambre competitiva
Precisamente, el Master Final de 2018 desveló una de las claves fundamentales de la pareja que forman el argentino y el brasileño: su voracidad
Tras cuatro meses sin jugar juntos, con Bela en el dique seco y Lima apurando sus opciones con tres compañeros diferentes, se juntaron en la última prueba del calendario y conquistaron el título.
Lo hicieron con una exhibición de coraje y fe que les llevó a levantar un 5-1 en contra en el primer set contra la mejor pareja del año, Maxi Sánchez y Sanyo Gutiérrez.
Cualquier otra dupla, tras una temporada infernal, habría cedido satisfecha al volver a verse en una final. Belasteguin y Lima, no. Exhibieron su capacidad competitiva, el hambre que les empuja sobre la moqueta y aplastaron a sus contrarios para conquistar el título.
Con esa fiereza afrontan este año el objetivo de recuperar el trono del padel mundial. Una situación inédita para este dúo desde que compite unido.
Estabilidad
En este 2019, Fernando Belasteguin y Pablo Lima sumarán su quinta temporada juntos. No hay un registro igual en la cabeza del ranking masculino de World Padel Tour. Mucho menos con el baile de parejas que se ha producido este año.
La única dupla del Top 10 que repite respecto a 2018 es la española formada por Javi Ruiz y Uri Botello (Lijó y Belluati también vienen de jugar juntos la pasada temporada aunque se unieron en el último tramo). El resto pondrá a prueba su alianza por primera vez este año.
Bela y Lima pueden sacar ventaja competitiva de esta circunstancia. Su proyecto es estable, sólido, visto lo ocurrido el año pasado. Superadas algunas dudas recientes, han recobrado el trazo inicial (con Miguel Sciorilli, de nuevo, al frente de la dirección de los entrenamientos), esa línea que les llevó a dominar el circuito en las primeras tres temporadas.
La prueba de Lima
La travesía por el desierto de Pablo Lima en 2018 duró cuatro meses. Los que su compañero estuvo alejado de las pistas. En ese tiempo, el de Porto Alegre compitió junto a Marcello Jardim, primero; Agustín Gómez Silingo, después; y Paquito Navarro, al final. Sólo con el sevillano recuperó la competitividad perdida.
La retirada de Bela en Mijas truncó una racha de dos títulos consecutivos (Valencia y Suecia) que enderezaba un complicado inicio de año. La lesión de codo de Belasteguin frenó esa recuperación. En los tres siguientes torneos (Andorra, Lugo y Portugal), Lima, emparejado primero con Jardim y luego con La Bestia, cayó en los cuartos de final.
Con ambos compañeros, el brasileño trató de cambiar el rol, asumir mayor responsabilidad y abarcar más pista. No tuvo éxito. Se mostró muy errático, desordenó su despliegue, se exigió definir incluso cuando no tocaba y se precipitó en muchas ocasiones. Acabó resultando irrelevante.
Sólo junto Paquito Navarro recuperó algo de su trazo sobre la moqueta. El título logrado en Bilbao y la final perdida en Murcia avalaron la mejoría.
En 2019, Lima podrá recobrar su papel junto a Bela. Volver a mostrar su intenso despliegue, su rigor táctico, su imponente capacidad defensiva y su juego agresivo. Con el de Pehuajó a su lado, el brasileño vuelve a elevarse.
Evolución
Durante tres años han gobernado el circuito profesional de padel con un juego absolutamente reconocible. Sin embargo, en 2018, antes de la lesión de Bela, ya mostraron signos de cierto estancamiento.
No tanto por los resultados (ganaron tres de los seis primeros torneos) sino por el juego, algo romo en determinados momentos.
Dos remontadas simbolizaron esas dificultades. La derrota sufrida ante Lamperti y Mieres que les expulsó en cuartos del Open de Jaen (3-6, 6-3 y 6-4); y la cosechada ante Chico Gomes y Fede Quiles en octavos del Open de Valladolid (2-6, 7-6 y 6-3).
Este año van a tener que recuperar su mejor versión, no sólo para desbancar del trono a Maxi Sánchez y Sanyo Gutiérrez, sino para hacer frente a las múltiples amenazas que se han configurado con el baile de parejas.
El desafío es mayúsculo. De inicio, un abismo les separa de los actuales números uno (Maxi y Sanyo les doblan la puntuación) mientras que, por detrás, sienten el aliento de la dupla número tres, Paquito Navarro y Juan Lebrón, situados a tiro de piedra (comienzan la temporada a 2400 puntos de ellos).