Sólo el carácter de un genio, el arrebato de orgullo de un mito, impidió que la jornada de cuartos masculinos del Adeslas Open 2020 transcurriera en su totalidad por la vía rápida.
Tres de los cuatro partidos tuvieron claros dominadores y resolución en dos mangas. En el otro, emergió una leyenda para transportarnos en el tiempo. Juan Martín Díaz perdió pero, en el camino, nos recordó que la jerarquía no solo la concede un marcador.
Su exhibición tuvo continuidad en la de otro mago de este deporte que, cuando está enchufado, no resiste comparaciones.
Cuartos masculinos Adeslas Open 2020
El pulso entre las dos primeras parejas sigue vivo. Ambas superaron los cuartos de final con buenas sensaciones. Frente a ellas tendrán a dos duplas que todavía no saben lo que es pelear por un título en este 2020. Credenciales para ello han acreditado en este torneo.
Los bicampeones siguen intratables
Los favoritos, Juan Lebrón y Alejandro Galán, mantienen el paso. La pareja 1 del ranking superó el complicado escollo de Javi Ruiz y Uri Botello con buena nota. Sufrió cuando tuvo que hacerlo y gobernó cuando logró imponerse.
Es un mérito más para la dupla de Mariano Amat que afronta cada escollo sin descomponerse. Y los tuvo en el partido de cuartos. Sus rivales comenzaron con una rotura de saque inaugural que les situó a remolque desde el principio.
Galán volvió a tener problemas para conectarse al duelo en el inicio mientras Lebrón se agitaba en busca de rendijas al otro lado de la cinta. No tardaron en encontrarlas. Devolvieron el quiebre y apretaron el paso.
Por momentos, se manejaron bien Javi y Uri que tuvieron algunas opciones de amenazar a sus rivales pero les faltó acierto en momentos clave. Difícil tenerlo cuando la exigencia que demandan desde el otro lado de la red es tan elevada a cada instante.
Con Lebrón manejando a su antojo y Galán, ahora sí, crecido en su juego, los bicampeones encontraron el break que les llevó a apropiarse del primer acto (6-4).
El juego, entonces, quedó en sus manos. Los de M3 se desplegaron con una fiabilidad impropia de los riesgos que asumen (solo cometieron 6 errores frente a los 11 de sus rivales en el segundo parcial y 10 winners por 5 de sus contrarios), apenas concedieron una opción de break a Javi y Uri y aprovecharon las que tuvieron para decantar a su favor el partido (6-3 y 6-3).
La victoria les sitúa en el último peldaño antes de pelear por su tercer título. Para superarlo, tendrán que (volver a) derrotar a Sanyo y Stupa.
Paquito y Lima se reencuentran
Todo aquello que les faltó en el torneo anterior lo recuperaron en este y lo pusieron sobre la moqueta en el duelo de cuartos de final ante Juan Martín Díaz y Lucas Campagnolo.
Paquito Navarro y Pablo Lima tomaron nota del traspié sufrido hace 15 días (una dolorosa derrota ante Bela y Tapia en la que no mostraron ni carácter) y recuperaron el paso. Con una intensidad asfixiante y una disposición al tajo permanente, la pareja 2 del ranking maniató a sus rivales durante buena parte del encuentro.
Se anotó con facilidad el primer set (6-2) y pudo haber cerrado el duelo en el segundo. Opciones tuvo para ello. Si no ocurrió así fue más por méritos de sus contrarios que reaccionaron de forma conmovedora. En concreto, Juan Martín Díaz, que pidió pista, reclamó la pelota y protagonizó un arrebato de juego deslumbrante. A su lado, Campagnolo se sostuvo con mucha firmeza mientras asistía, junto a sus rivales, a un ejercicio de orgullo de quien tiene plaza fija en el Olimpo de este deporte.
Recordó a ese tie break en semifinales del Open de Vigo 2019 en el que Bela, con Lima lesionado, se echó el partido a la espalda y corrió de lado a lado de la pista hasta la última pelota.
Así que el partido no terminó como debía. El set se marchó al tie break y ahí lo igualaron El Galleguito y su compañero (6-7).
Pero Paquito y Lima no se amilanaron. Todo lo contrario. Quisieron estar a la altura del desafío que tenían por delante y recuperaron las riendas del partido con mucha determinación y brillantez. Esta vez sí, se despejaron el camino hacia el triunfo (6-2, 6-7 y 6-2).
El esfuerzo de Juan Martín no merecía un recinto sin público por más streaming que hubiera. Acabó resultando inútil de cara al marcador, pero ese arrojo del genio devuelve el importe de cualquier entrada.
Paquito y Lima siguen su camino y se medirán a Chingotto y Tello en semifinales.
Sanyo y Stupa exhiben su alianza
El batacazo de octavos hace dos semanas era un lastre que amenazaba con frenar su proyecto. Aquella derrota en el primer partido del anterior torneo ante Di Nenno y Silingo arrojó ciertas sombras a la alianza que forman Sanyo y Stupa. Hoy las han despejado todas de un plumazo.
La pareja argentina ha regalado una auténtica exhibición en cuartos de final ante los finalistas del Vuelve a Madrid Open 2020. El regreso de Belasteguin a la posición de revés y la potencia de Tapia en la derecha eran argumentos inquietantes. Con la pelota en movimiento, el trazo ha correspondido a Stupa y la magia a Sanyo.
El de San Luis ha protagonizado otra de esas tardes inolvidables en las que actúa de prestidigitador. En mitad del tiroteo, el hombre detiene el tiempo, escudriña los espacios, se anticipa a la jugada y hechiza la pelota como si fuese una rutina cualquiera.
Tanto brillo, no obstante, ha estado sustentado en el soberbio despliegue de Franco Stupaczuk. Le hacía falta al chaqueño una actuación de esta magnitud. El chico ha agitado a Bela sin descanso, le ha torturado con el rulo a la malla y ha achicado espacios como una centella.
Al otro lado de la red, la respuesta era defectuosa. Bela, que buscaba domar el juego, se perdía en demasiados errores mientras Tapia, confinado en la derecha, apenas veía transcurrir el juego.
El plan trazado desde el banco de Pozzoni funcionó a la perfección. La dupla 4 se anotó el primer set tras encontrar el break a tiempo (6-4) y, en el segundo parcial, acrecentó aún más su dominio. Emergió Sanyo, indetectable, a lomos de la endiablada movilidad de Stupa, fiable y punzante durante todo el encuentro, y le puso rúbrica a este ejercicio maestro de pádel.
A Bela le pesaron más los errores que el coraje y Tapia no se enganchó del todo nunca. No logró quebrar la propuesta contraria y no tuvieron opción alguna de quiebre para inquietar a sus contrarios, justos vencedores (6-2).
A Sanyo y Stupa, la victoria les sirve de estímulo para afrontar la semifinal como barrera a superar. Aún no lo han hecho este curso. Y parte de culpa la tienen sus dos rivales de mañana, Juan Lebrón y Ale Galán, que les dejaron fuera de la pelea por el título en Marbella.
Chingotto y Tello asestan un golpe de genio
Se medían dos parejas de corte similar: mucho tajo, dos pegadores de vuelo infinito y dos especialistas de pocos centímetros y mucho oficio. El único precedente de la temporada, el Estrella Damm Open 2020, necesitó de un tie break en el tercer set para proclamar a los vencedores.
Así que la pelea estaba anunciada en el mismo escenario. Sin embargo, lo que ocurrió estuvo lejos de ese guión. Fede Chingotto y Juan Tello se apoderaron del juego desde el principio y no soltaron las riendas hasta que la última pelota dio dos botes.
No aflojaron ni cuando sus rivales, Mati Díaz y Maxi Sánchez, reaccionaron para cerrar la fractura en el marcador que había provocado un break de los de Gaby Reca. La pareja 7, la única que se atrevió a contradecir el ranking en esta jornada de cuartos, se procuró otra oportunidad para desnivelar definitivamente el primer acto (6-4).
En el segundo, Chingotto y Tello no concederían oportunidad alguna a sus contrarios que no encontraron la manera de discutir el gobierno del partido. En menos de una hora y veinte minutos, habían fulminado a sus ilustres contrarios (6-1) y tenían plaza en semifinales, el techo que aún no han superado en este 2020.
Paquito y Lima les cierran el paso.