Cuando concluye la primera semifinal masculina del Open de Vigo, el reloj suma seis horas de pádel llenas de dramatismo, épica y espectáculo.
No importa que la segunda semifinal femenina no vaya a disputarse por los problemas de espalda de Alba Galán ni que aún no se haya jugado el segundo encuentro de los hombres entre los números uno y Mati y Stupa.
A esas alturas, con la grada conmovida por dos partidos inolvidables, la entrada de la jornada es ya una de las más baratas de toda la era World Padel Tour.
Lo vivido, lo sentido, la huella imborrable que genera, multiplica con creces el precio de cualquier localidad.
Las Martas sobreviven a una agónica batalla
El turno de mañana comienza con un duelo portentoso. El ranking cuenta que se enfrentan las cabezas de serie número 1 y la 5. Sobre la moqueta, en cambio, el relato es muy distinto.
Las Martas van en busca de su tercer título pero, antes, deben vencer a la única pareja que las ha derrotado este año: Patty Llaguno y Eli Amatrian. Éstas, a su vez, tratan de asomarse a su primera final de una prueba grande en mucho tiempo. En concreto, desde que jugaran la última en el Open de Mijas de la temporada pasada, hace 9 meses ya de ello.
La curva de juego de Amatriain y Llaguno marca un clara ascensión. Las pupilas de Neki Berwig, tras una dura travesía por el desierto, han logrado evolucionar su juego sin perder su espíritu combativo.
Las sufren Ortega y Marrero en el primer set de la semifinal. El rodillo de Patty y Eli aplasta a sus adversarias con un parcial de 5-0 que acaba entregándoles el primer set de manera inapelable (6-1).
En el segundo, la dupla de Juan Alday reacciona. Crece Martita sobre el trazo firme de Marrero. Aciertan en los momentos clave y se llevan ese parcial (3-6).
Y pueden acelerar definitivamente hasta el triunfo gracias al parcial de 3-0 que consiguen las bicampeonas de 2019 en el arranque del tercer set. Pero Patty y Eli no se descuelgan en ningún momento. Todo lo contrario. Se apoderan del juego y nivelan el marcador hasta aproximarse a la meta. Disponen de hasta 5 bolas de partido para cerrarlo.
Lo consiguen, en cambio, Las Martas, en el décimo octavo punto de un tie break memorable (1-6, 6-3 y 7-6) que acaba con ambas parejas exhaustas.
La desgraciada dolencia de Alba
Es una guillotina que pende sobre el camino de esta pareja, una amenaza presente que parece siempre a punto de cobrarse su peaje.
Así ocurrió en el estreno de la temporada, en el Master de Marbella, cuando Alba Galán y Victoria Iglesias no pudieron disputar los cuartos de final por las molestias de espalda de la madrileña. Y de igual forma, vuelve a suceder en Vigo, aunque esta vez apartándolas de sus primeras semifinales juntas.
Tras haber vapuleado en cuartos a Ale Salazar y Ari Sánchez con una exhibición imponente, Alba y Victoria ni siquiera pueden salir a la pista en semifinales. Su baja hurta un duelo de enorme interés que anunciaba emoción y espectáculo; y clasifica directamente a Lucía Sainz y Gemma Triay a su primera final de 2019.
El cuarto de Paquito y Lebrón frente a la grandeza de Bela
Tras el espectáculo, con las emociones jugueteando aún con las entrañas y el corazón de la grada, saltan a la moqueta las parejas 2 y 3 del ranking masculino.
Es el cuarto duelo de la temporada entre Fernando Belasteguin y Pablo Lima y Paquito Navarro y Juan Lebrón. En los tres precedentes anteriores, los andaluces han ejercicio de fabulosos verdugos de los ex-números uno.
En este, el marcador final apunta en la misma dirección pero los hechos, en cambio, añaden matices bien distintos a la historia.
El primer set marca la misma tendencia que en los anteriores partidos. A Bela y Lima les cuesta mandar. Se obligan a jugar mucho por abajo para evitar la pegada de sus rivales pero no es sencillo ante el afilado juego en la red que tienen los de Ramiro Choya.
Los errores les condenan desde el principio. Sirve como ejemplo el primer juego, un servicio que Bela y Lima están a un paso de amarrar y acaban entregando a sus contrarios.
El triunfo en el primer acto (6-4) parece anunciar la gloria para Navarro y Lebrón pero Bela y Lima no se desconectan. Mantienen el pulso, esquivan incluso alguna amenaza al saque; en concreto, en el quinto y el séptimo juego. Así, sobre el alambre, encuentran la oportunidad, la única, de tomar la ventaja necesaria para llevarse el segundo set (3-6).
En el tercero, Paquito y Juan encuentran pista y demarran con un parcial 4-1. Pero Bela y Lima resisten al filo del abismo y consiguen empatar el marcador.
Y ahí irrumpe un infortunio que le añade dramatismo al duelo. Lima cae de mala manera sobre su tobillo en un salto y se lo tuerce en un doloroso escorzo. Recibe asistencia médica y regresa a pista totalmente cojo.
Emerge, entonces, Bela. La leyenda de Pehuajó, el mito que ganó mil batallas, arrincona a su propio compañero, pide pista y regala una kilométrica exhibición de coraje, un esfuerzo conmovedor que acaba con la grada coreando su nombre.
Belasteguin hace frente a sus adversarios y le da para alcanzar el tie break aunque no para el triunfo, desde luego. Ganan Paquito y Lebrón (6-4, 3-6 y 7-6) que se meten en su cuarta final consecutiva.
Para Bela es la cuarta derrota en semifinales, ante los mismos rivales pero, esta vez, la desgracia les ha mostrado un camino.
Maxi y Sanyo, los dueños de la mazmorra
La otra semifinal masculina es una prueba en dos direcciones. Por un lado, mide la respuesta de los números uno tras la eliminación en los cuartos de Alicante a manos de Tello y Chingotto. Por otro lado, examina la pujanza de Matías Díaz y Franco Stupaczuk, lastrada de inicio en su acoplamiento por la lesión de The Warrior, frente a dos titanes.
El duelo es extremadamente táctico. Maxi Sánchez y Sanyo Gutiérrez tiene grabada a fuego la hoja de ruta. Le dan palique a Mati, atentos a la agitación de Stupa para encontrarle huecos.
Por momentos, el pulso se mantiene en equilibrio entre dos duplas capaces de meterle cloroformo al juego hasta hacerlo estallar cuando encuentran la opción.
Sin embargo, los favoritos se cobran el primer break en el sexto. El traspié es de Mati, aún lejos de su mejor forma, que encadena varios errores hasta entregar el saque de su compañero.
La ventaja es suficiente para que Maxi y Sanyo amarren el primer set (6-3). En el segundo, sin embargo, cambia el escenario.
Se agita Stupa, que se revuelve para liberarse de su mazmorra mientras Mati, pese a molestias físicas que requieren atención médica, secunda con algo más de solidez. La fórmula se impone al despliegue de sus contrarios que se vuelve, por momentos, roma, previsible.
El resultado es un parcial de 3-0 que les sitúa en el set con un esperanzador 4-1. Incluso, llegan a estar a un punto del 5-2 pero les falta acierto para hacerlo.
La reacción de Maxi y Sanyo es poderosa y equilibran el marcador (4-4). El tie break es la solución a la pugna entre ambos duelos y ahí mandan los puntanos. Apuran sus opciones Mati y Stupa con un 4-1 a favor sobre el alambre. La remontada de los favoritos es prodigiosa y se llevan el partido (6-3 y 7-6) para disputar su tercera final de la temporada.