De nuevo, un zurdo y un diestro ante el espejo en la pista central de El Candado. Frente a frente, dos parejas simétricas buscando la gloria en tierras malagueñas. Igual que en 2012. Tres de los protagonistas de aquella final repiten ahora en el mismo escenario. El tiempo, sin embargo, ha agitado la mezcla, alterado los componentes.
No está Chiqui Cepero; sí repiten Guillermo Demianiuk y Gonzalo Rubio, rivales entonces, compañeros en esta novena edición de la Semana de Pádel y Tenis San Miguel, el torneo de mayor prestigio en la provincia de Málaga. También está Alejandro Ruiz, ahora enfrente del argentino de Dunlop, que fuera su pareja el año anterior. Comparece acompañado de otra joven promesa del pádel español, el bilbaíno Andoni Bardasco.
El enfrentamiento corona una intensa contienda en un formidable cuadro de 28 parejas, un trayecto lleno de minas que eleva aún más la gesta de los supervivientes.
Demianiuk y Gonzalo Rubio superan con dificultad la semifinal ante Sergio Contreras y Ángel Ruiz (4-6, 7-5 y 2-6), mientras que Ale Ruiz y Bardasco se deshacen de Cayetano Rocafort y Gabo Loredo (6-4 y 6-2).
Ahora, cara a cara, miden velocidades, confrontan estrategias, contraponen estilos. Andoni Bardasco y Ale abren pista sobre el sevillano de Head. Le buscan desde el fondo, le apuran por alto, le aprietan desde la cinta. Ahí comienzan su relato, un discurso valiente y hermoso que atenaza a sus adversarios con un ritmo endiablado. Sólidos, firmes, atrevidos, ambos percuten sobre Gonzalo con insistencia, buscando abrir la brecha para imponer el mazo.
No resiste del todo el joven jugador zurdo, que recula demasiado, cede espacio por alto, pierde la red con cierta facilidad. Un error capital ante la osadía de estas dos perlas del pádel que firman así el primer asalto en el tercer juego.
Aunque con algún apuro, Ale y Andoni conservan el servicio del primero para, a continuación, abalanzarse sobre el saque de Rubio. Obtienen tres ocasiones de break. Suficientes. Convierten la segunda. Demianiuk, prácticamente inédito en el primer tramo del encuentro, se atreve con el remate pero no vuela lo suficiente. Bardasco, en la red, saca la pelota por tres metros de revés (1-2).
Esa primera escaramuza a favor espolea aún más a Ale y Andoni, inaccesibles cuando gobiernan desde el servicio. El pupilo del Bebe Auguste protagoniza una actuación sensacional. Eléctrico en la red, firme y agresivo desde el fondo, mortal cada vez que la bola se eleva sobre su cabeza. A su espléndido repertorio, el zurdo de Vairo añade ahora además, cierta disciplina, un orden que agranda aún más el brillo de su talento.
A su lado, Bardasco es un poderoso gladiador que alterna ritmos y velocidades, que recurre a la seda para imponer el martillo, que percute en paralelo con la persistencia de un soldado que cumple órdenes y acuchilla en diagonal con la libertad que le inspira su inmensa clase.
Pese a ello, El Rayo se agita en el revés, amplía su radio de acción, tratar de interferir en el ritmo para frenar la ofensiva contraria. Surgen las dejadas del argentino que se hunden en la moqueta. Aparecen las voleas que alisan el verde para morir junto al cristal. Se eleva el de Dunlop hasta la derecha para exhibir una pegada formidable.
Frente a ello, el vasco de Head y el malagueño no se arredran y mantienen la apuesta. Con la cinta como objetivo, desafían desde la red para impedir el dominio de sus contrincantes. La solidez con el servicio propio es una de las claves del primer periodo. Demianiuk y Gonzalo no disponen de ni una sola oportunidad de rotura a favor. Lo más cerca, en el octavo juego, es un 15-30 que dos errores del sevillano con su volea y uno al resto del argentino sepultan.
Es el jugador de Alhaurín de la Torre, imperial, quien cierra el primer set. Lo hace con potencia y estilo, desde la red, tras un gran trabajo de su compañero sobre Gonzalo Rubio a quien empuja hacia el fondo. El de Vairo resuelve con una enérgica volea y echa el telón a este primer acto (4-6).
Única opción para G&G
En la reanudación, la mano de Demianiuk comienza a mecer el encuentro. Dos sutiles dejadas y una dormilona portentosa que desata la ovación del público rubrican un inicio diferente en el segundo set. Tan distinto que, por primera vez, El Rayo y Gonzalo disponen de sus primeras dos bolas de break. Es el segundo juego, con servicio de Bardasco. Guille vuelve a acunar un remate junto a la red. Rubio se impone al bilbaíno en el duelo Head que mantienen en paralelo. El sevillano, ahora sí, inclina a su favor el debate con el vasco. El 15-40 refleja otro escenario.
La fortuna, sin embargo, irrumpe a favor de Ale y Andoni que salvan la primera con una volea que se muere tras tocar en la cinta; y la segunda, con un resto de Demianiuk que sorprende al de Bilbao, pero que se marcha fuera por un pelo. Finalmente, la joven dupla espanta la amenaza y conserva el saque (1-1), tras otro error de Guille con el resto (sufre el genial jugador argentino restando desde el revés).
Esa ocasión desperdiciada, en cambio, es la que no desaprovechan Bardasco y Alejandro con el saque de Gonzalo. De nuevo, como en el primer set, el mazazo llega en el tercer juego. Se embolican Guille y Rubio con el servicio de éste. No aprietan cuando pueden. No cierran cuando deben. Ale, inmenso, toca arrebato, planta el muro en la cinta y manda con mucha autoridad. Su rival sevillano, con una volea que deja en la red, acaba entregando su propio servicio (1-2).
El break empuja al abismo las opciones de la dupla hispano-argentina. Se confirma en el quinto. Demianiuk saca. Ale y Andoni juegan. Tres nuevas oportunidades de rotura aparecen por errores de G&G. Desajustes entre ambos, e incluso una bola dudosa (un resto paralelo del jugador de Euskadi) que la juez árbitro, Nayra Ramírez, canta a favor de Bardasco. Con mucha facilidad, ganan Ruiz y su compañero la red y desde allí, el ritmo, la velocidad y su solidez asfixian a sus rivales. Un globo del argentino se va directamente fuera y confirma un nuevo break (1-4).
Descontando juegos para el final, sometidos al dictado de sus adversarios, Gonzalo y Guille no encuentran salida a la presión que imponen Alejandro y Andoni. Síntoma de ello es el globo estratosférico que se juega el joven sevillano, una bengala al cielo en busca de inspiración, un intento de interrumpir una dinámica que les conduce directamente al hoyo. Pero, a esas alturas, la consistencia de sus oponentes no admite contestación.
Una prodigiosa bajada de pared de Bardasco que Demianiuk no acierta a volear bien rubrica un partido impecable de estos dos jóvenes jugadores (2-6) que firman una fabulosa actuación en uno de los grandes escenarios del pádel de Andalucía.
El valor del triunfo va más allá de los 1000 euros de premio. Está el prestigio de imponerse a unos rivales formidables. La autoridad de protagonizar un campeonato sin ceder ni un solo set. La confirmación de que ambos, con su progresión, son el espejo para la gran cantera del pádel en España. Alejandro Ruiz y Andoni Bardasco ya no prometen; cumplen.