“Si ves al futuro, decile que no venga”. Así quedó escrito a mano, en papel, con un simple lápiz. Aquellas fueron sus últimas palabras antes de morir. Era la noche del 11 de octubre de 1812. Se marchaba en Buenos Aires el llamado ‘Orador de la Revolución’.
Un siglo después de aquel óbito, un grupo de colonos se estableció en un área al noroeste de la provincia de Chaco, en Argentina. Aquel asentamiento creció muy rápido hasta convertirse en la ciudad que lleva el nombre del célebre político y abogado fallecido, promotor de la Revolución de Mayo, Juan José Castelli.
En ese lugar, hace 21 años, vio la luz quien hoy, precisamente, encarna otra revolución, la llamada “Rebelión de los Jóvenes”, que agita estos días el circuito profesional de padel. El exponente de este movimiento es Franco Stupaczuk.
Franco Stupaczuk: una progresión constante
El espectacular triunfo conseguido en el Cervezas Victoria Mijas Costa del Sol Open 2017 ha desatado la Stupamanía. En verdad, no ha sido sólo el título sino la manera de conseguirlo. Con actuaciones notables durante toda la competición y un despliegue imperial en la final. El joven chaqueño, en el duelo por el título, regaló una exhibición de padel en un encuentro muy táctico frente a la pareja número tres, Maxi Sánchez y Matías Díaz.
Mijas encumbra a Franco Stupaczuk y a Cristian Gutiérrez en una final inolvidable
El título pilló por sorpresa a su actual compañero. “Sinceramente, no creía que iba a llegar un torneo tan rápido pero bienvenido sea”, reconoce Cristian Gutiérrez, exhausto tras un partidazo y con el trofeo de campeones bien agarrado en la mano.
Su primer compañero, en cambio, lo estaba esperando. “Obvio que lo esperaba. Era una oportunidad ideal para poder lograrlo y creo que fueron los que mejor se adaptaron a la pista”. Habla quien le conoce bien. Sus padres les unieron para formar pareja en el Campeonato del Mundo de 2007 en Argentina y de allí surgieron los Superpibes. Es Martín Di Nenno: “A lo de la edad no le doy mucha importancia porque sino cómo entendés que Fran (Stupa), con solo 16 años, ya era número 1 de Argentina, jajaja”.
Quien sí destaca la precocidad del de Chaco es otro ex-compañero, el brasileño Marcello Jardim, que compartió pista con él en 2016. “No sé si esperaba que lo ganara tan pronto pero las circunstancias se han dado y lo ha ganado, se lo merece y que lo disfrute mucho; no hay muchos jugadores que pueden decir que han ganado torneos grandes a nivel mundial y más con su corta edad”.
En efecto, a sus 21 años, Stupa fue un veterano con carné de adolescente en su triunfal regreso a Mijas. Un año antes, el argentino de Nox había conquistado el Challenger en el mismo municipio. Lo hizo junto a Fede Quiles pero su actuación no guardó similitud alguna con la del pasado domingo.
Tras un gran torneo, aquella tarde, en la central de Cerrado del Águila, el chaqueño se apuró, se vio superado por momentos por las circunstancias y por sus rivales (Javi Ruiz y Peter Alonso-Martínez), y sólo el oficio de Quiles le permitió conectar de nuevo para darle la vuelta al partido.
“Fue un partido divertido”, recuerda el propio Quiles acerca de una final que giró gracias a su experiencia. Un año después, quien fuera su compañero aquel día, se doctoró en la misma plaza. “No me ha sorprendido. Con Cristian hacen buena pareja”, afirma el argentino de Vairo que llamó a Franco antes de la final para darle ánimos. “Creo que el cuadro se abrió para todos y ellos lo han aprovechado de la mejor manera. Me pone muy contento que haya ganado su primer torneo”.
El Impenetrable de Chaco
Juan José Castelli, la ciudad que le vio nacer, fue conocida durante mucho tiempo como el “Portal del Impenetrable” ya que da acceso al célebre monte de Chaco. El Impenetrable son 40.000 kilómetros cuadrados de bosque nativo, con vegetación densa y cerrada, con multitud de especies de arbustos espinosos y sin apenas agua en superficie.
Impenetrable fue uno de los hijos de esta tierra, Franco Stupaczuk, en la final del Open de Mijas. Sólido en su juego; veloz para achicar espacios y rescatar bolas imposibles; atrevido para buscar ángulos cuando debía hacerlo. A todo ello, Franco le unió además una calma insólita que acabó por encumbrarle junto al maestro Cristian Gutiérrez.
El Polaco fue indetectable en sus irrupciones en la cinta; una centella en las espectaculares salidas de pista; un martillo en las contadas ocasiones en que optó por el remate (la pista no estaba para ello); un arquitecto cuando tuvo que sostener el juego (sus rivales eligieron a su compañero para que cargara con el peso del partido). Pero, por encima de todo, destacó su capacidad para no precipitarse, para comprender lo que demandaba un duelo de gran entramado táctico.
No le sorprende esta impecable actuación a su actual coach, Carlos Pozzoni, quien, más allá del título, mantiene la misma confianza en él desde el inicio de año, cuando los resultados aún se hacían esperar. “La verdad es que nosotros no vamos con esa presión de tener que ganar torneos pero sabíamos que si hacíamos las cosas bien lo podíamos conseguir; y desde el torneo de Santander hasta Mijas sigo teniendo la misma confianza en Franco (Stupa). Su corta edad sólo es en el DNI porque dentro de la pista es un grande”.
Una ascensión sin límite
La progresión de Stupaczuk es meteórica y no anuncia techo. Lleva en España viviendo y compitiendo desde hace poco más de dos años. Pero su fulgor se aprecia mucho antes. En 2013, visitó la Península Ibérica con 17 años y junto a Martin Di Nenno (16 años), formando los llamados Superpibes, dejaron su irreverente huella conquistando el Mundial de Padel de 2013 (en el mismo año, se hicieron también con el título mundial de padel sub 18).
Para entonces, el chaqueño era número uno de Argentina junto a su compañero. Su carrera ya anunciaba púrpura y metal desde que a los 8 años fue campeón de Argentina sub-12. Desde aquello, la ascensión de Stupa ha sido imparable. Dominio indiscutible en su país, títulos mundiales, incursiones exitosas en el circuito profesional (en su primer torneo World Padel Tour hizo cuadro desde pre-previa).
Pero, desde su traslado a España (reside en Madrid), el argentino ha saltado varias etapas. Primero junto a Di Nenno (ganaron el Challenger de Barcelona en 2015); después, tras el accidente de tráfico que apartó a El Turco de las pistas durante un año, con Marcello Jardim; con Fede Quiles (victoria en el Challenger de Mijas de 2016); con Álvaro Cepero (victoria en el Challenger de Pilar de la Horadada 2017) y, ahora con Cristian Gutiérrez (victoria en el Open de Mijas de 2017).
El isleño Cepero le conoce bien. El de San Fernado estuvo en aquel Mundial de Menores de 2007 en Argentina en el que apareció el niño Stupa en la categoría sub-12. Diez años después, ganó junto a él un Challenger de World Padel Tour. “Es un chico muy fuerte, con maneras asombrosas”, apunta el español a quien no le ha sorprendido la actuación de Franco en Mijas dada la evolución que mantiene.
Su triunfo en un prueba grande del circuito es la consecuencia lógica de una carrera vertiginosa. Pero la prudencia es la mejor compañía por más que las expectativas con Stupa se mutlipliquen en cada hito conseguido. “Nos gusta ir despacio sin tener el cartel de futuro número 1”, advierte Pozzoni sobre su pupilo, “porque hay muchos jugadores que lo pueden ser, pero lo veo muy bien encaminado para serlo”.
También vislumbra su ascensión al olimpo su actual compañero, Cristian Gutiérrez. “Ya vemos que en nada está ahí arriba. En unos años va a ser uno de los mejores jugadores del mundo”.
No le pone límites tampoco Marcello Jardim, junto a quien el chaqueño fue proclamado jugador revelación de World Padel Tour en 2016. “Stupa no tiene techo y seguramente será número uno en el futuro aunque hay una nueva generación de jugadores jóvenes muy buenos y la competencia va a ser muy grande”.
“Techo no tiene”, confirma Quiles quien, eso sí, le recomienda que no pierda la hoja de ruta. “Tiene 21 años, está en lo más alto y lo que le queda es seguir trabajando. Se ha consolidado y eso es lo más difícil, lo que tiene que hacer es mantenerse. Seguir apostando por el trabajo y por hacer lo que más le gusta: disfrutar del padel”.
“Hoy está en el 8 (octavo puesto de WPT) y en 5 años, con la marcha de algunos jugadores, le veo arriba, asentado como una de las mejores parejas y se quedará ahí de por vida”, augura Cepero.
El trabajo de un compañero excelente
Mientras eso ocurre, el trabajo es su gran certeza y va dando forma a un jugador prodigioso, de físico excepcional y cabeza muy asentada. “De él, destaco todo. Lo veo como uno de los jugadores más completos del circuito”, recalca Di Nenno que no advierte problemas de presión añadida para su compañero en el futuro. “Él jugó partidos muy importantes en su carrera, creo que tiene espalda y la experiencia suficiente para manejar este momento”.
“Como jugador es muy completo pero destaco de él la defensa, que llega a todas las bolas. Es muy largo”, subraya Fede Quiles que, además, pone énfasis en otra cualidad del chaqueño. “Tiene mucha paciencia. Su juego es de un adulto. Siempre que jugué con él noté que, en la pista, no tenía 20 años”, elogia el argentino acerca de quien define como “un compañero de 10”.
Coincide en su análisis Álvaro Cepero quien califica de “brutal” el compañerismo que demuestra El Polaco en una pista. El isleño sabe bien de lo que habla. “Puedes tener una total confianza en él. No todo el mundo responde como él”, asegura el genial jugador de Wingpadel que, además, destaca el entusiasmo y la profesionalidad del chaqueño. “Cómo vive la competición. Lo hace de una manera muy diferente a otros. Empieza a correr y no para hasta la última bola. No se relaja nunca. Se exige mucho. Tiene una manera de competir y un hambre diferente al resto”.
“Lo mejor que tiene Stupa es que conoce muy bien sus debilidades y trabaja mucho para suplirlas, aparte de que sabe esconderlas muy bien a la hora de jugar”. Se expresa así Marcello Jardim que, en lugar de detenerse en aspectos de su juego, prefiere elevar otra cualidad fundamental de Franco Stupaczuk. “Tiene mil virtudes que todos conocen pero yo resaltaría la cabeza y trabajar para el equipo es lo que más destaca en su juego. Son características muy difíciles de encontrar en deportistas jóvenes y que hacen de él ese jugador especial”.
En la final de Mijas exhibió todos los elementos que componen esta radiografía del chaqueño. “Aparte de ser un jugador muy rápido en la pista, para mí lo más importante es que sabe competir muy bien y es lo primero que vi en él para que juegue con Cristian (Gutiérrez)”, explica su entrenador.
Aupado al puesto 8 del ranking masculino World Padel Tour y con un Open a sus espaldas con apenas 21 años, Franco Stupaczuk está definitivamente en el radar de todos, aficionados y rivales. La Stupamanía es una realidad. “La presión seguramente aumentará pero él es un chico que ya lleva muchos años compitiendo al más alto nivel y tiene la cabeza preparada para afrontarlo”. Está seguro de ello Jardim, un referente excelente para aprender cada día. Suyo es el consejo: “tiene que seguir trabajando de la misma manera y con la misma filosofía que le ha hecho llegar hasta aquí”.
Buena guía tiene para ello. Con el mago Cristian a su lado y el profesor Pozzoni en el banco. “Mi consejo es que siempre haga las cosas lo mejor posible y que sea el mismo siempre. Que no tiene que demostrar nada a nadie, ya no es una promesa. Y que disfrute todo lo que pueda con Cristian”.
Y en ello está. El presente es suyo. “Si ves al futuro, decile que no venga”, proclamó hace dos siglos el Orador de la Revolución justo antes de morir. Hoy, el chaqueño Stupa, estandarte de la Rebelión de los Jóvenes, va en su busca.
De las mejores notas de prensa referente a padel que he leído. Enhorabuena!
Hola, Ignacio.
Muchas gracias por tus palabras. La verdad es que los compañeros de Stupa consultados y su entrenador facilitaron muchísimo la tarea y, por ello, les estoy muy agradecido.
Ha sido un reportaje que tenía muchas ganas de hacer.
Saludos.